Redacción Farmacosalud.com
Actualmente, aquellos pacientes con dolor causado por fracturas vertebrales osteoporóticas pueden ser tratados con técnicas mínimamente invasivas como la vertebroplastia y cifoplastia, basadas en la introducción de cemento óseo en la vértebra fracturada. Sin embargo, el uso de este material puede presentar como inconvenientes su gran rigidez, que puede ocasionar nuevas fracturas en las vértebras, por lo que en los últimos años se han realizado grandes esfuerzos en la búsqueda de nuevos cementos óseos más elásticos y flexibles, que han dado origen a una nueva técnica quirúrgica denominada elastoplastia. En opinión del doctor Marcelo Budke, especialista del Servicio de Neurocirugía de la Clínica La Luz, “se trata de realizar una cirugía de vertebroplastia o de cifoplastia pero utilizando como relleno un nuevo cemento vertebral, un tipo de silicona flexible y elástica que al ser inyectada en las vértebras fracturadas causa un alivio inmediato y significativo del dolor, estabilizando la vértebra fracturada y evitando el surgimiento de nuevas fracturas en las vértebras adyacentes. Otras ventajas son el tiempo quirúrgico reducido, ya que la intervención no supera los 30 minutos, y la posibilidad de que los pacientes puedan ser dados de alta a las 24 horas de la cirugía”.
En el caso de la estenosis severa del canal lumbar, la cirugía mínimamente invasiva ha supuesto un verdadero avance clínico para los pacientes. Este proceso degenerativo se produce por una disminución de los diámetros del canal lumbar en donde se encuentran la parte final de la médula espinal y las raíces de nervios de la cola de caballo, responsables del movimiento en los miembros inferiores y del control de esfínteres. La estenosis empieza a la edad de 45 años y está presente en el 95% de los varones y en el 80% de las mujeres de más de 65 años, han apuntado desde la Clínica La Luz (Madrid). “Los avances quirúrgicos han permitido desplazar la técnica de la laminectomía, que consiste en extirpar la parte posterior de la vértebra, y sustituirla por una nueva técnica basada en la colocación de un dispositivo interespinoso entre la vértebra superior e inferior para dilatar progresivamente el conducto por el que pasan los nervios. Este dispositivo no tiene ninguna complicación, excepto la infección que es excepcional, y se realiza la intervención en 30 minutos. EI paciente es dado de alta a las 24 o 48 horas y a las dos semanas puede hacer vida normal” aclara el doctor Francisco Villarejo, director de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz.
Enfoques terapéuticos para la hernia discal y espina bífida
En el caso de la hernia discal, trastorno que origina el 90% del dolor lumbar, el control quirúrgico permite resolver con éxito el 80% de las hernias que no desaparecen con tratamiento conservador. “La microcirugía es la técnica más efectiva en el tratamiento de las hernias discales ya que puede aplicarse en todo tipo de casos y es altamente efectiva en el 95% de los casos”, señala el experto.
Por otra parte, el doctor Fernando Carceller, experto del Servicio de Neurocirugía del Hospital La Paz de Madrid, aduce que en los últimos diez años la introducción de nuevas técnicas mínimamente invasivas y de microcirugía ha modificado el planteamiento quirúrgico de los cuadros de espina bífida. El tratamiento quirúrgico de los anclajes medulares secundarios a lipomas o fibrosis del filum terminal (ligamento de la parte inferior de la médula que llega hasta el cóccix) puede realizarse utilizando técnicas endoscópicas. Este tipo de anclaje del filum terminal encuadrado dentro de la espina bífida cerrada/oculta puede originar síntomas de disfunción méduloradicular pudiendo causar pérdida de control de esfínteres y cuadros de dolor lumbar y ciática. Otras formas más graves de anclaje medular asociado al desarrollo lipomielomeningoceles (acumulación anormal de grasa que comienza debajo del nivel de la piel y que se extiende a través de la abertura ósea de la médula espinal) en la espalda pueden tratarse eficazmente en etapas precoces de la vida utilizando técnicas microquirúrgicas. El objetivo de la cirugía es liberar la médula espinal y las raíces de la formación lipomatosa. “Extirpando los componentes lipomatosos, la médula y las raíces quedan libres, se mejora su funcionamiento y se evita el deterioro progresivo que puede producirse en etapas de crecimiento de los niños afectando gravemente al control de los esfínteres y a los miembros inferiores que pueden sufrir deformidades, pérdidas de movimiento y sensibilidad”, puntualiza el doctor Carceller.