Redacción Farmacosalud.com
Un estudio realizado en 2009 (Petr Janata, Univ. California avis) muestra como en el córtex prefrontal medial de una persona sana existe una área que se activa cuando escuchamos una música conocida y evocamos recuerdos autobiográficos. Esta área es una de las que más tarde se deteriora en la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo es especialmente valioso para ayudar a personas con esta enfermedad a recuperar recuerdos asociados a experiencias positivas de su vida a través de la música. “Podemos decir que la música tiene efectos sobre múltiples áreas del cerebro a nivel, tanto cortical como subcortical, y por lo tanto activa una red muy extensa que tiene una amplia cobertura de funciones”, explica Mónica de Castro, musicoterapeuta especializada en geriatría y demencias.
Según se desprende de un comunicado de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la finalidad última de la musicoterapia es mejorar la calidad de vida de la persona. “La persona con demencia mantiene la capacidad de procesar la música después de haber perdido la capacidad para procesar el lenguaje, por lo que la música se convierte, en las fases más avanzadas, en una importante vía para la conexión con su propia identidad y la comunicación con su entorno más cercano, activando la memoria biográfica, las emociones asociadas y ofreciendo la posibilidad de compartir una experiencia propia con otro ser humano. Además, puede ser un estímulo que les proporciona confort y que puede mejorar su contribución a las actividades básicas como el aseo o la alimentación”, añade la musicoterapeuta.
Efecto calmante de la música
La música desvía el foco de atención de la persona de estímulos que no puede interpretar a un estímulo que tiene sentido, y por tanto tiene un efecto calmante ante estados de ansiedad en fases moderadas y avanzadas del proceso de demencia. Las actividades musicales orientadas terapéuticamente aportan un sentimiento de éxito, mejorando la autoestima en fases leves y moderadas. “En fases leves y moderadas puede contribuir a mantener las capacidades cognitivas y funcionales preservadas, retrasando el nivel de dependencia, y en fases más avanzadas puede ser una de las pocas vías de acceso a su propia identidad, una vía de comunicación con sus cuidadores, un estímulo que les proporciona confort y que puede mejorar su contribución a las actividades básicas como el aseo o la alimentación”, dice la especialista.
Se han realizado numerosos estudios con resultado positivo sobre el beneficio de la musicoterapia para el mantenimiento de algunas habilidades cognitivas como el lenguaje, la atención y la memoria en fases leves y moderadas. Finalmente, existe evidencia de que “determinadas técnicas musicoterapéuticas pueden ayudar a reducir síntomas conductuales como la agresividad física y verbal o el deseo de deambular, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de la persona que padece la demencia y de sus cuidadores”, agrega de Castro.