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Dr. José Morales del Río, autor del libro ‘Lo que la muerte me enseñó’ (Roca editorial): José Antonio Morales del Río es médico de familia (jubilado) de Atención Primaria en el Instituto Catalán de la Salud (ICS), máster en Psicoterapia Cognitivo Conductual y máster en Medicina de Urgencias y Emergencias. También tiene un posgrado en Promoción y Educación para la Salud y otro en Bases Científicas y Operativas de la Salud Pública, y es Experto en Mindfulness por la Universidad de Lleida, además de estar acreditado en el Colegio Oficial de Médicos de Lleida en Acupuntura. Asimismo, ejerce como docente en diversos másteres y actividades formativas.
Redacción Farmacosalud.com
El Dr. José Morales del Río pasó por lo que se conoce como una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM). Tras una pérdida de conciencia provocada por un problema cardíaco, pudo captar una disociación de su cuerpo, un tránsito por un túnel y otras percepciones tan misteriosas como absolutamente arrebatadoras. Quién mejor que el Dr. Morales, por su condición de facultativo y adepto a la ciencia, para divulgar lo que probablemente nos pueda estar esperando tras el óbito… si es que algo nos espera, más allá de la putrefacción del cuerpo, incineración (si se opta por esta vía funeraria), o donación de nuestros órganos para prácticas de los estudiantes de medicina. Su libro ‘Lo que la muerte me enseñó’ es, en este sentido, una especie de testamento ideológico sobre el complejo fenómeno de las ECM.
Una experiencia cercana a la muerte (ECM) es un conjunto de percepciones descritas por personas que han experimentado una muerte clínica y que, con posterioridad, generalmente en cuestión de segundos o escasos minutos, han vuelvo a la vida tal y como la conocemos. “Esta es una descripción interesante de las ECM. Las ECM son, ante todo, experiencias profundas y transformadoras vividas por personas que han estado al borde de la muerte, y que incluyen sensaciones como separación del cuerpo, sensación de paz y unidad, encuentros con seres queridos fallecidos, o revisión de la propia vida”, señala el Dr. Morales con respecto a la descripción -más bien convencional- que propone www.farmacosalud.com para el concepto de 'experiencia cercana a la muerte'.
“Se trataría, pues, de una reanimación, no de una resurrección”
Los más escépticos dicen que una ECM es estar cerca de la muerte, pero no morir, porque, quien está muerto, está muerto y no resucita… “En muchos casos, las personas que han vivido una ECM han estado en una situación crítica, como puede ser una parada cardíaca, con cese completo del pulso y la respiración, y sin actividad cerebral detectable. Se le podría llamar ‘muerte clínica’, pero no muerte real. Si no se hubiera intervenido rápidamente, esos individuos habrían fallecido de forma absoluta, pero eso no llegó a ocurrir. Es decir, han estado en muerte clínica segundos o minutos, pero de forma reversible. Se trataría, pues, de una reanimación, no de una resurrección”, puntualiza el autor del libro.
Como decíamos, el Dr. Morales sabe, por experiencia propia, lo que es una ECM. Años atrás, sufría síncopes con pérdida de conciencia provocados por una importante arritmia. En el último de tales episodios, experimentó un trance extraordinario con “disociación de mi cuerpo, tránsito por un túnel, estancia en un entorno natural maravilloso al que me sentía profundamente conectado, encuentro con un amigo de juventud fallecido, y revisión de mi vida junto a un ser de luz, tras lo cual me fue permitido volver. El relato ocupa 15 páginas en el libro”.
De hecho, algunas personas que han vivido -y nunca mejor dicho, porque han vuelto para explicarlo- un episodio de este tipo hablan de un escenario lleno de belleza y paz interior. “¡Claro que sí!- exclama Morales-. Tanto es así, que en muchas ocasiones hay una resistencia a volver a la vida terrenal, a sus limitaciones y conflictos diarios. Es frecuente un sentimiento de nostalgia por lo perdido”.

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“La reincidencia en intentos de suicidio entre personas que ha vivido una ECM es cero”
No obstante, tampoco es cuestión de romantizar la idea de la defunción. Por ejemplo, el suicidio “es una situación dramática que no sólo acaba con la vida del suicida, sino que suele dejar una estela de dolor inmenso en el círculo afectivo de la persona fallecida. Pensemos que es la primera causa absoluta de muerte en sujetos jóvenes de entre 15 y 29 años de edad. En estos casos, a menudo en un mismo ataúd se entierran varios corazones. El mensaje de esperanza es que se ha estudiado la reincidencia en intentos de suicidio entre personas que ha vivido una ECM, y es de cero, mientras que en la población general puede llegar al 30%, en especial si existe abuso de sustancias o trastorno psicótico”, revela.
En el libro del Dr. Morales se habla de ‘los cuatro poderes de las ECM que cambiarán tu vida’. “Los cuatro poderes de las ECM que cambiarán tu vida son una síntesis que he desarrollado a partir de mi ECM y del estudio de numerosos testimonios similares. Representan cuatro dimensiones transformadoras que muchas personas experimentan durante una ECM y que, al integrarse en la vida cotidiana, pueden tener un profundo efecto sanador. Son: el Poder de la Conexión con la Unidad, el Poder del Amor, el Poder del Perdón y el Poder de Crear una Vida con Sentido. Son instrumentos del cambio para cuyo ejercicio propongo una serie de prácticas para la vida cotidiana”.
¿Vida eterna en el cielo o bien en el infierno? ¿Reencarnación? ¿‘Tránsito’?
En el manual se lee: «Desde el punto de vista filosófico, podríamos decir que, para una persona con una concepción del mundo materialista, la muerte es el final de un proceso que, además, no sucede de manera brusca, sino paulatina. En este sentido, la muerte sería una sucesión o concatenación de acontecimientos cuya consecuencia última es que un cuerpo vaya dejando de funcionar. El proceso, que tradicionalmente se ha llamado agonía (en la actualidad se le llama fase terminal), culmina en la muerte clínica, producida cuando el corazón y la respiración se detienen. A partir de ese momento, las células del cuerpo comienzan a descomponerse y se inicia la muerte biológica, que desemboca en la desaparición de la mente, un proceso cerebral que supone el final de la persona.
Este concepto materialista de la muerte convive con aquel que la presenta como el paso necesario para alcanzar otro plano de existencia conocido como ‘trascender’. Compartido por personas con creencias religiosas tradicionales o espirituales, esta idea de la muerte supone el paso a una vida eterna, ya sea en el cielo, ya sea en el infierno. En el caso de religiones como el hinduismo y filosofías como el budismo, la muerte es un hito más en ese ciclo de reencarnación en el que el alma accede a una nueva vida en un estadio perfeccionado o degradado de la existencia dependiendo del karma acumulado en otras vidas pasadas».
A este respecto, el facultativo opina que hay dos grandes creencias: por un lado, ‘sólo existe la materia y la muerte es el final absoluto’, y por otro ‘la vida material es una etapa en la evolución de una entidad inmaterial o espiritual’. "Ninguno de esos planteamientos consigue demostrar de forma irrefutable, al otro, que se equivoca. Ambos enfoques tienen indicios razonables que sustentan la creencia. Individualmente, cada uno debe escuchar su sabiduría interna y elegir la respuesta que le parezca mejor”.
En los últimos tiempos ha surgido una tercera explicación sobre el postfallecimiento, basada en lo que se conoce como ‘tránsito’. Así, Morales escribe que «muchos de los que hemos experimentado una ECM regresamos a esta vida con la certeza de que la muerte no es el final. Durante el tiempo que pasamos fuera de este mundo, sentimos que la conciencia se expande, que se regresa a la unidad, que se reconecta con el todo y que se abre la puerta a una continuación en nuestra evolución fuera de nuestro marco tempo-espacial conocido». ¿Así pues, tras morir, seguimos siendo conscientes de que somos alguien en alguna otra dimensión? “Para mí -contesta el autor del libro-, el tránsito es el proceso de separación de la conciencia o alma del cuerpo físico, para evolucionar a un estado inmaterial al que llamamos trascendencia. Las religiones ofrecen una explicación sobre lo que ocurre en esa trascendencia. ¿Cuál es la mejor de las explicaciones? En mi opinión, aquella que te permita vivir una vida más auténtica y significativa. Con respecto a lo que recordamos o no podemos recordar (en el más allá), las ECM son para mí solamente un asomarse a la eternidad, pero sin entrar. Durante mi experiencia no perdí mi identidad, pero tampoco llegué a morir”.
‘Mientras existimos, la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente, nosotros no existimos’
Otras personas pueden pensar, y con cierta base, que, tras el deceso, no hay nada de nada… y cuando decimos nada, es que es nada. “Esto ya lo respondió Epicuro hace dos mil años, cuando en la ‘Carta a Meneceo’ dijo que ‘la muerte no es nada para nosotros, porque mientras existimos, la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente, entonces nosotros no existimos’. No se me ocurre argumento mejor. Personalmente, mi experiencia me motiva a esperar otro desenlace, pero mientras vivo, también es cierto que lo hago con más esperanza que en la idea de la nada. Es un hecho que las personas que hemos experimentado una ECM perdemos el miedo a la muerte… por algo será”, remarca Morales.
A su juicio, ‘Lo que la muerte me enseñó’ es, sobre todo, “un texto de autoayuda para reflexionar sobre la vida y la muerte”. Es decir, es un libro que ofrece “herramientas prácticas” que pueden ser muy útiles “ante el miedo a morir, la situación terminal y el duelo. Hay que hablar de la muerte. Lo que esperas de la muerte influye en cómo llevas tu vida”, asegura el Dr. Morales.

Autor/a de la imagen: Enric Arandes
Fuente: E. Arandes / www.farmacosalud.com