Redacción Farmacosalud.com
El varón que padece síntomas urinarios por hiperplasia benigna de próstata (HBP) tiene mayor probabilidad de sufrir disfunción eréctil (DE) que aquellos que no padecen este agrandamiento anómalo de la próstata. Y, a mayor intensidad y severidad de dichos síntomas urinarios, mayor prevalencia, según ha conocido en el 36º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). “La hiperplasia benigna de próstata y la disfunción eréctil son dos patologías que coexisten, que están interrelacionadas y que no se dan a la vez simplemente a causa de la edad. En un estudio con 13.000 varones, de entre los realizados sobre este tema, más del 50% de los hombres de entre 50 y 59 años que tenían síntomas urinarios severos padecían disfunción eréctil. Y la prevalencia de la disfunción eréctil estaba relacionada directamente con la intensidad de los problemas urinarios”, explica el Dr. Francisco José Brenes Bermúdez, coordinador del Grupo de Trabajo de Urología de Semergen y médico de familia.
El coordinador del Grupo de trabajo explica que esta correlación entre ambas patologías se debe, según las últimas hipótesis, a una disminución de la liberación de oxído nítrico a través de la zona interna que recubre los vasos sanguíneos que llega a los órganos del pene, la próstata y la vejiga, causando estas alteraciones por falta de oxígeno vascular. “Este sería el nexo común que explica la interrelación entre la disfunción eréctil y la hiperplasia benigna de próstata”, afirma el especialista.
Preguntar por problemas de erección ante síntomas urinarios
Ante esta realidad, las últimas guías médicas están recomendando que, en la valoración inicial del varón con HBP, el médico de atención primaria debe preguntar también por la función sexual de su paciente. “El 65% de los varones que acuden a la consulta del médico de atención primaria por síntomas del tracto urinario inferior padecen hiperplasia benigna de próstata. A ellos, hay que preguntarles cuándo, cómo, de qué manera y patologías asociadas tiene… Porque si sólo nos enfocamos en tratar solo los síntomas urinarios, nos estamos dejando de lado otros problemas añadidos que tiene el paciente”, asevera el Dr. Brenes.
En estos casos de tratamiento conjunto, según destacaron los expertos, es importante saber que existen nuevas alternativas como los fármacos que aumenten la liberación del óxido nítrico. “Los fármacos vasodilatadores como tadalafilo (un inhibidor de la fosfodiesterasa 5), indicados hasta hace poco solo para disfunción eréctil, han demostrado también ser eficaces en hiperplasia benigna de próstata”. En esta línea, recalcaron que la última guía europea de la Asociación Europea de Urología (Guía para el manejo de los síntomas del tracto urinario inferior de los hombres), incluido de 2014 da el mayor rango de evidencia científica a la eficacia de tadalafilo en pacientes con hiperplasia benigna de próstata, tengan o no disfunción eréctil. “El 70% de los pacientes con HBP tienen una patología que no va a derivar en complicaciones. Y es este 70% el que se podría beneficiar de tadalafilo, ya que la evidencia que dan las guías internacionales es que su eficacia es equiparable a la de tratamientos más convencionales como los alfabloqueantes. Teniendo la ventaja adicional de que si el paciente presenta un problema de erección, puede tratarse de ambas patologías a la vez”.
Datos sobre la HBP y los problemas de erección
La próstata es una glándula situada debajo de la vejiga urinaria masculina, cuyo crecimiento comienza en la pubertad y continúa hasta la vejez. La hiperplasia benigna de próstata (HBP) se debe a un agrandamiento anormal, pero benigno, de la próstata, lo que causa síntomas urinarios como la necesidad urgente y frecuente de orinar, una debilidad en el chorro miccional, esfuerzo para orinar y tener que parar y reanudar varias veces la micción. La disfunción eréctil (DE) se define como la incapacidad persistente para conseguir o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual satisfactoria, y se origina cuando el pene no recibe una cantidad suficiente de sangre que le permita endurecerse y expandirse en respuesta a la excitación sexual. La prevalencia de la hiperplasia benigna de próstata alcanza hasta un 40% en hombres a partir los cincuenta. Aproximadamente el 40% de los hombres mayores de 40 años tienen algún grado de disfunción eréctil.