Redacción Farmacosalud.com
La firma GlyCardial Diagnostics ha desarrollado el primer biomarcador que permitirá detectar precozmente un posible ataque de isquemia cardiaca. La compañía finalizará en los próximos tres años la validación clínica y la obtención del marcado CE de este nuevo test en sangre. El objetivo final es convertir la prueba en un dispositivo POC (point-of-care), es decir, un test que ofrezca un resultado más rápido y pueda ser usado en ambulancias. Según explica a www.farmacosalud.com la doctora Judit Cubedo, investigadora del proyecto y cofundadora y CEO de GlyCardial Diagnostics, “con el desarrollo de un dispositivo POC lo que buscaríamos es poder obtener el resultado en pocos minutos desde la toma de la muestra, de tal forma que se pudiese agilizar la toma de decisiones médicas asegurando un mejor pronóstico para el paciente”.
GlyCardial Diagnostics, spin-off biotecnológica del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares (ICCC), ha sido impulsada por la Fundación Bancaria “la Caixa” y Caixa Capital Risc dentro del programa CaixaImpulse. Los prometedores resultados transferidos a GlyCardial Diagnostics son fruto de la investigación iniciada hace más de diez años por el ICCC, dirigido por la profesora Lina Badimon, vicepresidenta a su vez de la Sociedad Europea de Cardiología. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) también ha colaborado en las investigaciones.
La isquemia cardíaca, que se produce por falta de riego sanguíneo al corazón, es el tipo más común de enfermedad cardíaca, que si persiste puede llegar a provocar un infarto (o ataque al corazón). El número de personas que tienen un infarto prematuro es muy elevado y va en aumento debido a la obesidad, el sedentarismo y el envejecimiento de la población. Las enfermedades cardiovasculares representan el 31% de todas las muertes anuales a nivel mundial, y el 45% en Europa, siendo los eventos isquémicos la emergencia cardíaca más común. De hecho, al contrario de lo que se suele creer, tres de cada cuatro de estas muertes se registran en países de ingresos bajos y medios, y afectan por igual a ambos sexos.
El biomarcador, con cambios dentro de los primeros 30 minutos desde el inicio isquémico
Los científicos que han desarrollado la nueva prueba diagnóstica han identificado una modificación en una proteína, llamada Apo J-Glyc, mediante la cual se puede detectar la isquemia en estadios más tempranos. Según la profesora Badimon, CSO de la compañía, “en estos episodios el tiempo es oro, porque cuanto más tiempo pasa el corazón sin riego sanguíneo, más daño se produce en el tejido y más probabilidades hay de que las consecuencias sean irreversibles”. De hecho, se ha demostrado que cuando se produce un infarto, el pronóstico es mejor si el paciente es atendido en las dos primeras horas que si se tarda más tiempo. Los métodos de diagnóstico disponibles actualmente sólo permiten detectar el evento cuando el daño en el tejido es irreversible.
“Lo que nosotros proponemos -apunta Cubedo- es un nuevo biomarcador que permitiría detectar la falta de riego sanguíneo, fase que se conoce como isquemia, antes de que se dé el daño irreversible en el tejido cardíaco. El tiempo de evolución de la isquemia puede ser muy variable en función del tipo de evento e incluso de las características del paciente. De todas formas, estudios pre-clínicos sugieren que nuestro biomarcador ya presentaría cambios dentro de los primeros 30 minutos desde el inicio de la isquemia”.
Los resultados obtenidos hasta este momento indican que los pacientes que presentan dolor en el pecho podrían beneficiarse de este test, dado que la finalidad de su aplicación sería diagnosticar de forma precoz si dicho dolor está originado por la presencia de isquemia cardíaca. “Adicionalmente, también creemos que la medición de este novedoso biomarcador sería útil para detectar a aquellos pacientes que, tras haber sufrido un evento isquémico, tienen más probabilidades de sufrir un nuevo evento o incluso de morir. Esto nos permitiría identificar a los pacientes de alto riesgo con el fin de tratarles de una forma más ‘agresiva’ y mejorar de esta forma su pronóstico”, describe Cubedo.