Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Arnau de Vilanova de Lleida ha registrado una serie de visitas en Urgencias de pacientes que acudían asustados tras haber consultado sus pruebas analíticas con Inteligencia Artificial (IA), herramienta que, entre otras mútiples prestaciones, interpreta y ofrece diagnósticos. A este respecto, la Dra. Beatriz Torres Blanco, médico de familia y secretaria de Comunicación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), argumenta que “la tecnología, bien utilizada y usada de forma combinada con el razonamiento humano, es una gran ayuda tanto para el personal facultativo como para la población. Ahora bien, la interpretación de pruebas diagnósticas como puede ser un análisis o un electrocardiograma requiere de un razonamiento del que no dispone la IA”.
“Si un paciente introduce sus datos en estas aplicaciones y la respuesta sale negativa -prosigue la experta-, resulta ser un escenario muy difícil de gestionar por sí mismo, lo que lleva a estas personas a consultar a un profesional sanitario de forma inmediata y, probablemente, con una carga emocional negativa importante. La moraleja de todo ello es que, tal vez, y para evitarse dicho malestar, sea mejor esperar a la interpretación de la prueba por parte del médico que la ha solicitado, pues él será capaz de saber el motivo por el que pidió ciertos parámetros, interpretarlos en su conjunto y no de forma aislada y ponerlos en contexto con la situación clínica del paciente”.
El caso del sujeto que, estando vivo, pensaba que había muerto por lo que decía su reloj inteligente
Sin ir más lejos, hace un tiempo las redes sociales difundieron el caso de una persona que había acudido a Urgencias porque su reloj inteligente le detectaba un ritmo de asistolia, ritmo que aparece cuando el corazón deja de latir, y por lo tanto incompatible con la vida. “Obviamente se debía a un error del reloj, pues era imposible que el paciente tuviera dicho parámetro cardiaco (esta persona estaba viva, no muerta). Este es un ejemplo sencillo de entender: en muchos casos los dispositivos o aplicaciones de Inteligencia Artificial nos ayudarán en cuestiones relativas a nuestra salud, pero siempre requerirán del razonamiento propio de un profesional sanitario”, sostiene la Dra. Torres Blanco.
Volviendo a los casos vividos en el centro hospitalario de Lleida y descritos por el diario SEGRE, cabe decir que lo que hacían los usuarios era coger los resultados de sus pruebas que están guardados en la aplicación informática ‘La Meva Salut’ (Mi Salud) -un servicio que ofrece la sanidad catalana- e introducirlos en chats de IA, para que estas herramientas avanzadas procedieran a realizar una valoración diagnóstica.
Del Dr. Google a la IA medico-diagnóstica
“Desconozco los casos concretos en los que la IA ha interpretado de forma errónea resultados… no obstante, hay muchos parámetros que deben de valorarse en conjunto con un contexto clínico del que carece la IA, y por ello esta tecnología es incapaz de razonar, ya que lleva a cabo interpretaciones literales de los resultados. Algo tan sencillo como un hemograma: si se lee de forma literal, se observa que, en muchas ocasiones, hay pequeñas alteraciones que no tienen mayor importancia clínica, o bien corresponden a un pequeño proceso infeccioso que ya ha pasado el paciente, pero para una máquina es un valor alterado que puede interpretarse como el inicio de alguna enfermedad hematológica”, explica Torres Blanco.
“Otro ejemplo sencillo que se me ocurre son las analíticas de orina… si bien en muchos casos existen alteraciones en los leucocitos por contaminación de la muestra, si la persona no tiene síntomas no debe darse mayor valor al escenario observado, pero tal vez la IA caracterice todo ello como una infección urinaria que requiere tratamiento antibiótico, sin ser así realmente. Es decir, las pruebas diagnósticas deben ser interpretadas y colocadas en el contexto clínico individual del paciente”, apunta.
Por cierto, de todas esas personas asustadas que acudieron al servicio de Urgencias del Hospital Arnau de Vilanova, sólo una tuvo que requerir atención inmediata (por un cólico nefrítico).
Así pues, tras el Dr. Google (entendiendo el concepto de doctor Google como la búsqueda de información sanitaria en internet a través del explorador Google) llega ahora la IA medico-diagnóstica, al alcance también de todos… “dentro de internet hay mucha información médica; sin embargo, debemos saber qué webs son de utilidad y cuáles aportan información fiable, y, según el receptor de información, adecuarse a unas u otras páginas”, indica la secretaria de Comunicación de la SEMG.
¿Cómo evitar sustos?
A lo que añade: “dentro de las redes sociales (RRSS) hay numerosas cuentas de divulgación médica para la población; nosotros, la SEMG, como sociedad científica, en nuestras RRSS elaboramos contenidos destinados a pacientes, con información adaptada y fácil de entender. Es decir, existe contenido de calidad, pero hay que saber buscarlo. Ante dudas sobre salud, lo más rentable suele ser consultar con el médico o enfermera de familia, quienes ayudarán a sus pacientes a resolver sus preocupaciones”.
En definitiva, “que para evitar sustos”, la Dra. Torres Blanco recomendaría a todas aquellas personas que ya tienen su analítica en la mano y que están ansiosas por saber los resultados que esperen “siempre a que el profesional que ha solicitado la prueba les dé su valoración de los datos recogidos. O, en caso de que esa atención se demore si se trata de una petición hospitalaria, pueden consultar con su médico o enfermera de familia, quienes en unos días podrán explicarles los resultados obtenidos y, en caso de precisarse algún tipo de pruebas o tratamiento, iniciarán dichos procesos”.