Redacción Farmacosalud.com
La modificación del sistema de cita previa, la reorganización de atribuciones de los perfiles profesionales de los Centros de Salud y la puesta en marcha de ‘zonas limpias y sucias’ frente al COVID-19 son algunas de las propuestas contenidas en el documento de reorganización de la Atención Primaria (AP) desarrollado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y suscrito por sociedades de todos los perfiles profesionales de este ámbito asistencial. El documento propone “medidas organizativas y asistenciales encaminadas a ayudar a los equipos de Atención Primaria a diseñar su propio modelo organizativo para gestionar y controlar la pandemia, y responder a las necesidades de salud de su población”. Es la primera vez que se suscribe un documento conjunto entre medicina, enfermería y personal administrativo de AP. En los próximos días, la semFYC publicará un documento monográfico sobre la atención a pacientes con sospecha de infección por el coronavirus SARS-CoV-2, el estudio de contactos y las pruebas diagnósticas.
La nueva guía es fruto de la “imprescindible reconversión que han tenido que dar los distintos niveles asistenciales para hacer frente a la COVID-19 que ahora se asumen como imprescindibles para gestionar los posibles repuntes futuros, manteniendo la capacidad de una respuesta coste-efectiva orientada a resolver las necesidades de salud de la población”.
Salas de ‘acogida’
Uno de los aspectos asistenciales que el documento promueve atañe a la distribución de los espacios de los Centros de Salud mediante la creación de una ‘Sala de Acogida’ en la que se realizará un lavado de manos, se facilitará una mascarilla quirúrgica y se tomará la temperatura de los pacientes antes de dirigirles, según su necesidad de salud, hacia la consulta de su cita previa, al área administrativa, a la sala de urgencias/emergencias, o la consulta de COVID. Esta medida supondrá, además, la adecuación de los espacios comunes a las medidas de seguridad propuestas para el distanciamiento social y la definición de aforo máximo de las zonas comunes del centro de salud y de las consultas.
En la definición específica de las consultas de COVID se propone que su localización esté próxima a la entrada del centro y, siempre que sea posible, como una zona diferenciada. En caso contrario, deberán estar delimitadas con cintas en el suelo. Por otro lado, deberá habilitarse una sala de espera también aislada del resto de las zonas asistenciales. Se recomienda que sean atendidas por profesionales destinados para ello con la cadencia que cada equipo determine y con la debida protección.
Suspender el sistema de cita previa indiscriminado vía call-center, web o app
En este nuevo paradigma de modelo de atención se incluye la propuesta de reformular los mecanismos de cita previa automática y/o automatizada por un filtro administrativo inicial que permita discriminar si el motivo de consulta puede ser resuelto telemáticamente o necesita atención presencial, si es demorable o no, y qué profesional del equipo de Atención Primaria (EAP) puede resolverlo. Este modelo debería desembocar en la construcción de ‘miniequipos’ de AP en los que se integrara un profesional de Administración, otro de Enfermería y un tercero de Medicina.
Esta propuesta implica la suspensión del sistema de cita previa vía call-center, web, app, u otros dispositivos para ofertar únicamente la posibilidad de cita telefónica, advirtiendo de ello a la población e informando de que posteriormente se pondrán en contacto con la persona demandante desde el centro de salud. Según este cambio de modelo, se hace necesario que “el papel del administrativo del EAP sea más relevante y especializado, lo que evidentemente debe estar reconocido en el acceso a las plazas dentro del sistema de provisión”, así como el desarrollo de nuevos “algoritmos bien definidos y elaborados” para este fin.
Incluir tiempo para la teleasistencia en las agendas
La situación actual pone de manifiesto la necesidad de cambio de las dinámicas de asistencia por parte de todos los profesionales y, en este sentido, el considerable peso que la consulta telefónica tendrá supone un nuevo elenco de elementos a tener en cuenta que también se han recopilado en el documento. Éstos hacen referencia a la cuestión procedimental de cómo realizar las llamadas telefónicas, pero también cuestiones de carácter legal y ético que atañen a la confidencialidad y la seguridad de las llamadas. Este modelo mejora la accesibilidad de los ciudadanos a los profesionales sanitarios de Atención Primaria, lo que tiene especial trascendencia en el caso de enfermos crónicos y frágiles que suelen ser los perfiles con mayor frecuentación.
Fruto de esta reordenación del modelo, el documento conjunto entre medicina, enfermería y personal administrativo de Atención Primaria señala la necesaria desburocratización de la atención sanitaria en favor de los sistemas telemáticos.
Telemedicina frente a burocracia: recetas, informes, bajas...
La actividad burocrática global (recetas, informes, bajas, etc.) puede constituir el 30-40% del tiempo de consulta. En este sentido, el documento destaca que “durante la crisis de la COVID-19 se han producido avances hacia la desburocratización de las consultas que no solamente se deben mantener, sino incluso mejorar para permitir que las consultas sean lo más eficaces y resolutivas posibles”.
Tras el esfuerzo de contención y resolución de los cuadros leves-moderados que realizó la Atención Primaria, se abre ahora un escenario nuevo de duración indeterminada pero que se estima puede superar el próximo invierno, donde este nivel asistencial tiene un protagonismo esencial. “Hay que dirigir el esfuerzo y la organización en actividades que aportan valor en la práctica clínica y para ello es necesario contar con el presupuesto suficiente que permita la cobertura completa de las plazas y reduzca la precariedad laboral; incorporar los recursos tecnológicos necesarios para desarrollar este modelo asistencial e incrementar la capacidad de resolución de la atención primaria para dar una respuesta óptima a las necesidades de salud de los ciudadanos”.
También con vistas al futuro, la semFYC ha iniciado un proceso de análisis para el abordaje de los cambios más profundos y necesarios en Atención Primaria post SARS-CoV-2, dirigido a definir la cartera de servicios, analizar modelos organizativos que permitan dar respuesta a las necesidades sociosanitarias tanto para la población institucionalizada como para la atención domiciliaria, la relación con la atención hospitalaria y la participación comunitaria, entre otras. “Un análisis que exige tiempo para la reflexión, el debate y la participación”, señala el presidente de la semFYC, Salvador Tranche.
Fumar incrementa el riesgo de gravedad del COVID-19
A todo esto, la semFYC arranca la edición número 21 de la Semana Sin Humo -caracterizada por la irrupción de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2- con la presentación de un análisis de investigaciones y revisiones llevadas a cabo por diferentes sociedades científicas como la ENSP (European Network for Smoking and Tobacco Prevention), la Sociedad Española de Epidemiología o la propia semFYC. El Grupo de Abordaje al Tabaquismo concluye que fumar incrementa tanto la probabilidad de desarrollar síntomas severos de COVID-19 como de ingresar en las Unidades de Cuidados Intensivos hospitalarias, requerir ventilación mecánica y fallecer víctima de dicha enfermedad.
Según el Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC, hay estudios que aseveran que los fumadores son 1,4 veces más propensos a tener síntomas más severos de COVID-19, y son aproximadamente 2,4 veces más sensibles a ingresar en UCI, a necesitar respiración asistida o a morir, comparado con no fumadores. En otra revisión más reciente se definen los 3 principales factores de riesgo para desarrollar una condición crítica o mortal en COVID-19: ser varón, tener más de 65 años y fumar.