Redacción Farmacosalud.com
El Grupo de Salud Planetaria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha lanzado la guía ‘Qué hacer y no hacer en Salud Planetaria’, en la que se aborda cómo incluir la perspectiva medioambiental y la lucha contra la emergencia climática a la hora de realizar prescripciones en las consultas de Atención Primaria (AP). En el apartado del ‘No Hacer’, se apuesta por "no prescribir inhaladores pMDI si existe una alternativa mejor. La prescripción del tipo de dispositivo debe adecuarse a las características del paciente y a sus preferencias, pero es importante que médicos/as y pacientes tengamos en cuenta que la huella de carbono de los dispositivos pMDI es hasta 18 veces superior que la de otro tipo de dispositivos”, revela la Dra. Anna Fernández, coordinadora del Grupo de Salud Planetaria de semFYC.
En cuanto al ‘Qué Hacer’, una de las recomendaciones más destacadas es la que apuesta por unir la prescripción de ejercicio físico al hecho de pasar tiempo en la naturaleza, “ya que hay diversos estudios que han podido demostrar que los espacios verdes contribuyen a mejorar la salud humana”, comenta Fernández en declaraciones a www.farmacosalud.com. Actualmente, el nuevo documento sólo está disponible para socios/as de dicha sociedad científica.
El correcto abordaje terapéutico del asma y EPOC estaría garantizado
La guía incide en la idea de que todos los fármacos tienen un impacto en el medio ambiente por la huella de carbono de su producción, almacenaje, empaquetado, transporte y gestión de residuos. En esta línea, “aparte de los anestésicos inhalados, los inhaladores presurizados pMDI también tienen bastante impacto por el propelente que contienen”, explica mediante un comunicado la Dra. Fernández, quien aclara a renglón seguido que “la idea no es eliminar este medicamento, sino decidir -contando con el paciente- la opción de cambiarlo por otro que preserve más el medio ambiente”.
“La prescripción de medicamentos es uno de los mayores contribuyentes a la huella de carbono que genera el sistema sanitario, sobre todo en AP. Por eso, recomendamos ‘no prescribir sin tener en cuenta la huella de carbono’ y ‘no prescribir inhaladores pMDI si existe una alternativa mejor’”, insiste la facultativa. “Además -prosigue-, para nosotros es fundamental implicar a los/as pacientes en estos cambios, por lo que recomendamos también ‘no desechar los medicamentos a la basura’, sino ‘llevarlos al punto de reciclaje’”.
De todos modos, es tan lógico como natural que los asmáticos o las personas con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) piensen que la no prescripción de inhaladores presurizados pMDI puede menoscabar el correcto abordaje de su afección, lo que a la postre podría poner en riesgo su salud. “Sabemos que esta es una de las preocupaciones que ahora mismo tienen los pacientes con asma y EPOC, pero no se realizarán cambios en los dispositivos de enfermos cuyas características no lo permitan (ej. agudización, mal control de síntomas, dificultades para realizar correctamente la técnica inhalatoria, etc.), y tampoco si ellos/as no están de acuerdo. Se trata de incorporar la perspectiva de salud planetaria como un elemento más en la toma de decisiones compartidas entre profesionales y pacientes, no de imponer un cambio ni, mucho menos, poner en riesgo la salud de nuestros pacientes, que son nuestra prioridad”, puntualiza la especialista.
“Además, somos conscientes de que habrá escenarios donde no existan alternativas para los pMDI, por lo que se mantendrán pero siempre asegurando que el tratamiento es óptimo, con la dosis adecuada y con el menor número de dispositivos posibles”, remarca la Dra. Fernández.
Menos consumo de carne, procesados y ultraprocesados, no desperdiciar comida…
Se estima que cada año mueren en Europa 1,4 millones de personas por causas relacionadas con el medio ambiente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este sentido, y tal y como alertan los expertos en sanidad, factores como el calentamiento global, la mala calidad del aire o el aumento de las plagas agravan patologías de índole cardiovascular, respiratorio o gastrointestinal.
“Es importante que hagamos recomendaciones teniendo en cuenta la salud planetaria", dado que los efectos nocivos de factores como la mala calidad del aire o el aumento de las plagas ya se reflejan "en el día a día de la consulta" y, además, van asociados a muchos problemas sanitarios, advierte Fernández. “Pequeños cambios individuales pueden hacer que haya grandes cambios colectivos”, indica la experta, quien agrega que “los médicos de Atención Primaria a menudo somos un ejemplo para los pacientes y, al ser próximos y de confianza, podemos inducir cambios en ellos”.
La Dra. Fernández ejemplifica del siguiente modo una serie de pequeñas modificaciones cotidianas que, fomentadas desde AP, tendrían potencial para generar una gran transformación colectiva: “en la consulta muy a menudo hablamos con los/las pacientes sobre alimentación. Quizás hasta ahora, sobre todo en sujetos sanos, nos estábamos limitando a aconsejarles que comieran de todo (es decir, que la dieta fuera equilibrada). Si incorporamos la perspectiva de salud planetaria, nuestra recomendación puede incluir más información: que se reduzca el consumo de carne y se incremente el de vegetales, que eviten los procesados y ultraprocesados, que elijan productos ecológicos, sostenibles de proximidad y de temporada; que reduzcan los envoltorios para evitar residuos, que no desperdicien comida, etc”. Otro de los consejos propuestos gira en torno a la realización de desplazamientos a pie o en bicicleta.
La publicación de la nueva guía sobre salud planetaria ha coincidido con el XLII Congreso de la semFYC, celebrado recientemente en Sevilla y cuya convocatoria ha reunido a más de un millar de profesionales.