Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Reumatología (SER), en colaboración con la Asociación Española de Fiebre Mediterránea Familiar y Síndromes Autoinflamatorios (Stop FMF), lanza un vídeo divulgativo sobre la fiebre mediterránea familiar (FMF) que se enmarca en la campaña de concienciación ‘Ponle nombre al reuma’. “Agradecemos estas medidas divulgativas”, señala la Dra. Eztizen Labrador, portavoz de SER-Reumatología y reumatóloga del Complejo Hospitalario San Millán-San Pedro de La Rioja, dado que a día de hoy la fiebre mediterránea familiar es una “enfermedad poco conocida y probablemente infradiagnosticada”.
La FMF es la más frecuente de todas las patologías autoinflamatorias monogénicas. A nivel mundial, su prevalencia se estima en 1-3 casos por cada 10.000 habitantes. “Aunque en su desarrollo y variabilidad clínica intervienen numerosos factores, el mecanismo fundamental que subyace en esta enfermedad es una mutación patogénica en el gen MEFV, heredada de los progenitores, aunque estén sanos”, detalla la reumatóloga mediante un comunicado.
Una dolencia con mutaciones originadas en Mesopotamia
La denominación de esta dolencia incluye el término ‘mediterránea’ porque la presencia de la FMF “es mucho más prevalente en países del área mediterránea. Al parecer, las mutaciones que originan esta enfermedad datan de hace más de 3000 años en la antigua Mesopotamia, y se fueron extendiendo a los países próximos a través de las rutas comerciales”, apunta la Dra. Labrador.
Los síntomas más característicos de la FMF se desencadenan en forma de brotes mediante la aparición de fiebre recurrente, dolores articulares y musculares, y serositis (inflamación dolorosa en el tórax y abdomen). Generalmente, los brotes duran pocos días, pero aparecen de manera periódica. Además, al ser una patología sistémica, puede afectar a cualquier órgano y generar una sintomatología muy diversa. Las manifestaciones clínicas, por lo general, se inician durante la infancia y adolescencia, pero en ocasiones el diagnóstico puede demorarse hasta la edad adulta.
“Las revisiones periódicas con el reumatólogo y otros especialistas son claves para lograr la remisión clínica y una mejor calidad de vida”, precisa la Dra. Labrador, quien aprovecha para destacar la importancia y el papel que juegan las asociaciones de pacientes en este tipo de afecciones.
¿Los estímulos estresantes pueden favorecer la irrupción de brotes de FMF?
A veces, los estímulos estresantes pueden favorecer la aparición de los brotes de FMF, “pero no siempre existe una clara relación” entre ambas realidades, por lo que tratar de evitar a toda costa los factores asociados al estrés no es ninguna garantía preventiva frente a la patología. Es por ello que “lo más adecuado” es realizar “un estrecho control y manejo” del paciente por parte del médico especialista correspondiente, sostiene la especialista.
La terapia estándar para la FMF se basa en el uso de la colchicina, cuya notable eficacia ha sido probada en varios ensayos clínicos, puesto que con su administración disminuyen o desaparecen los episodios inflamatorios y el riesgo de complicaciones como la aparición de amiloidosis. “La mayoría de los pacientes responden favorablemente” a este fármaco, si bien “un 5-10% de ellos pueden ser refractarios al tratamiento”, precisa en declaraciones a www.farmacosalud.com la Dra. Labrador.
En enfermos no respondedores o que no toleran la colchicina, se pueden administrar medicamentos que bloquean la proteína interleucina-1, que es uno de los principales mecanismos patogénicos de la enfermedad. En España se dispone, dentro de indicación, de dos bloqueadores de la interleucina-1: anakinra y canakinumab. “Los datos de estos fármacos son muy favorables en aquellos pacientes que no responden o no toleran la colchicina”, explica la portavoz de SER-Reumatología.