La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente y la principal causante de ictus, segunda causa de mortalidad en España y cuyas probabilidades de padecerlo son cinco veces superiores en los pacientes con fibrilación auricular. Esta arritmia también se asocia a otras graves complicaciones como embolia sistémica, insuficiencia cardiaca o deterioro mental, lo que comporta una considerable morbimortalidad y por lo tanto un elevado coste para el sistema sanitario.
La Sociedad Española de Cardiología ha alertado a través de un comunicado del grave problema de salud pública que supone la fibrilación auricular, ya que el 44% de las personas que la padecen o no lo saben o no están recibiendo el tratamiento anticoagulante necesario, situación que se acentúa en el caso de las mujeres. Según el estudio AFABE publicado por la Revista Española de Cardiología, el 10,9% de los mayores de 60 años padece fibrilación auricular. De estos, el 20,1% no está correctamente diagnosticado y el 23,5 sí que está diagnosticado pero no recibe tratamiento anticoagulante oral (TAO).
La fibrilación auricular, una patología de difícil control
“La fibrilación auricular se encuentra por lo tanto subestimada, lo que hace que se trate de una patología de muy difícil control por parte de los profesionales”, ha anunciado el doctor Josep Lluís Clua-Espuny, director del Equipo de Atención Primaria del CAP Temple de Tortosa y uno de los autores del trabajo. “Se trata de una enfermedad que es más prevalente con la edad (según el estudio la padece el 2,4% de las personas entre 61 y 64 años y hasta el 24,4% de los mayores de 84 años)”, prosigue el doctor.
“También hemos visto que el tipo de paciente con riesgo de no recibir el tratamiento con anticoagulante aumenta con la edad y es mayor entre las mujeres”, ha destacado Clua-Espuny. "Las diferencias entre ambos sexos son un hallazgo del estudio y, por tanto, las posibles razones de las mismas no han sido evaluadas explícitamente. Es probable que estén relacionadas con el mayor porcentaje de mujeres mayores de 75 años, por diferencias en la exposición a otros factores de riesgo cardiovascular (más prevalencia de hipertensión arterial, dislipemia, y mayor índice de masa corporal), debido a una mayor comorbilidad vascular (insuficiencia cardiaca asociada a fibrilación auricular), y una menor autonomía para el desempeño de las actividades básicas (menor puntuación escala Barthel entre las mujeres) que producirían diferentes inercias en la decisión del tratamiento con TAO”, ha detallado el doctor.