Redacción Farmacosalud.com
El Grupo de Trabajo de Enfermedades Raras y Medicamentos Huérfanos de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (OrPhar-SEFH) ha colaborado en la elaboración del ‘Manual de buenas prácticas de humanización de los servicios de farmacia hospitalaria en la atención a pacientes con enfermedades raras’. El documento pretende que los profesionales sanitarios tengan detallados los requisitos mínimos de una asistencia humanizada que sirva como base para la certificación de las condiciones estructurales y organizativas de los Servicios de Farmacia Hospitalaria respecto a la Humanización en enfermedades raras (EERR). Una de las medidas apuntadas aboga por el fomento de ambientes que garanticen la privacidad de los pacientes.
Según el Manual, ‘es comprensible que los pacientes y sus familiares asocien el entorno físico y social de un hospital a emociones negativas; por eso es importante intervenir en los elementos simbólicos de los espacios hospitalarios que pueden afectar al estado emocional de los pacientes’. “La línea estratégica ‘Espacios físicos y confort’ reúne aquellas prácticas relacionadas con el confort, la accesibilidad y la orientación en los hospitales. Dentro de esta línea se consideran medidas imprescindibles disponer de herramientas que faciliten el acceso y orientación de los pacientes al Servicio de Farmacia desde diferentes puntos del hospital, la ausencia de barreras arquitectónicas, y disponer de espacios que garanticen la privacidad de los pacientes en el momento de recibir la atención”, sostiene el Dr. José Luis Poveda, coordinador de OrPhar-SEFH.
“Considero que disponer de un lugar cálido y privado en el que el paciente se sienta cómodo para preguntar aquellas inquietudes o dudas que tenga acerca de su enfermedad y de su tratamiento es fundamental, así como extender la privacidad al momento de la dispensación del tratamiento”, agrega Poveda en declaraciones a www.farmacosalud.com.
La sobrecarga de trabajo, una de las causas del ‘burnout’
El síndrome de desgaste profesional, o ‘burnout’ (estar ‘quemado’) también tiene su hueco en el nuevo documento, donde se lee lo siguiente: ‘En un estudio realizado en farmacéuticos del sistema de salud de EEUU, el 53,2% de los farmacéuticos encuestados presentaba síndrome de desgaste profesional. La sobrecarga de trabajo, la ausencia de claridad en la demarcación de responsabilidades, o la escasa interacción social se han identificado como factores propicios para el burnout’.
En la línea estratégica dedicada al cuidado del profesional se recogen una serie de prácticas dirigidas a fomentar la motivación de estas personas, facilitar el desarrollo de las competencias adquiridas y promover la formación tanto en humanización como en el campo de las enfermedades raras. “Algunas de las prácticas que se recomiendan son disponer de un plan de acogida a los nuevos profesionales, disponer de procedimientos normalizados de trabajo para la entrevista, toma de decisiones e información al paciente, o la clara definición de los roles de cada profesional. Además, también se recomienda promover iniciativas para prevenir y detectar el ‘burnout’, como podría ser la formación específica sobre el síndrome, un diagnóstico precoz de la situación de los profesionales o el establecimiento de objetivos comunes, entre otras”, señala el Dr. Poveda. “En mi opinión -prosigue-, disponer de un plan de acogida a los nuevos profesionales donde se explique la organización, dinámicas internas, competencias, difusión de propuestas de humanización, etc. es fundamental para promover que esos trabajadores se sientan, desde el inicio, miembros de un equipo de trabajo, pero sobre todo, de un equipo de personas”.
El Manual, que ha sido validado por los integrantes del Grupo OrPhar-SEFH, recoge las prácticas recomendadas por la bibliografía y por expertos para prestar una atención humanizada. De este modo, pretende facilitar a los Servicios de Farmacia un recorrido en cuanto a la implementación de la humanización, de manera que cada centro pueda evaluar su situación y plantearse objetivos, a corto, medio y largo plazo. Para el coordinador de OrPhar-SEFH, “no cabe duda” de que las posibilidades para mejorar las condiciones de la asistencia sanitaria “requieren de un fuerte compromiso y esfuerzo político y económico; sin embargo, también es posible realizar pequeñas acciones en la actividad profesional diaria que nos acerquen a una atención más humanizada”. En este sentido, resalta en un comunicado que el documento “servirá, además, para establecer un modelo de certificación que permita verificar en qué punto se encuentra cada servicio y qué puede hacer para mejorar”.
Cinco grandes líneas estratégicas
Por ello se han desarrollado estándares de humanización que se han clasificado en 3 tipos (básicos, avanzados y excelentes), en función de la relevancia de la práctica y los recursos necesarios para su implementación. Se busca así establecer objetivos y metas accesibles, de manera que se fomente la motivación para implantar mejoras en los Servicios de Farmacia.
El nuevo texto incluye 5 líneas estratégicas que definen estándares medibles para poder valorar el grado de Humanización aportado: la línea de ‘Cultura de humanización’ busca impulsar la humanización como política estratégica en el Servicio de Farmacia; la relativa a ‘Empoderamiento del paciente’ quiere impulsar este aspecto pero no solo en cuanto al propio paciente, sino también en cuanto a su entorno a través de la formación y educación en el autocuidado; la línea estratégica 3 es la relativa a los ‘Profesionales’, en la que se evaluará el fomento de la motivación y el desarrollo de las competencias adquiridas de los profesionales del Servicio de Farmacia; también se medirán los ‘Espacios físicos y Confort’ para promover una infraestructura humanizada en el Servicio de Farmacia, y, por último se van a estudiar las ‘Condiciones Organizativas’ con el fin de apostar por una organización de la actividad humanizada en el Servicio de Farmacia.