Redacción Farmacosalud.com
La revista ‘Hepatology’ (la de mayor impacto en el campo de la hepatología) ha publicado un nuevo trabajo de la Cohorte de GeSIDA 3603 en donde se demuestra que la cura de la hepatitis C en pacientes con VIH, además de otros muchos beneficios, reduce el riesgo de desarrollo de diabetes mellitus y de insuficiencia renal crónica. “Los resultados recogidos en esta publicación aportan información novedosa y de gran trascendencia para la práctica clínica, pues indican que la cura de la hepatitis C, independientemente de lo avanzado de la fibrosis en el hígado, no sólo reduce de manera radical el riesgo de progresión de la enfermedad hepática, de cáncer de hígado, trasplante y muerte debida al hígado; además, reduce el riesgo de aparición de diferentes manifestaciones extrahepáticas asociadas al VHC como la diabetes mellitus y la insuficiencia renal crónica. Todo ello constituye un argumento más, y muy sólido, para tratar la hepatitis C en todos los pacientes coinfectados por VIH y VHC”, comenta el Dr. Juan Berenguer, coordinador de esta Cohorte de investigación junto al Dr. Juan González (Hospital La Paz) y consultor de la Unidad de Enfermedades Infecciosas/VIH del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) ha sido uno de los problemas más importantes de los pacientes infectados por el VIH, dado que ambos virus comparten vías de transmisión. En pacientes coinfectados por VIH, la hepatitis C tiene un curso acelerado con progresión más frecuente y rápida hacia la cirrosis hepático y con mayor riesgo de descompensación y de muerte en comparación con la población no infectada por VIH. En dos estudios previos realizados en el seno de la Cohorte de GeSIDA de Pacientes Coinfectados (estudio GeSIDA 3603) publicados en 2009 y en 2012, respectivamente, ya se había demostrado que la respuesta viral sostenida después del tratamiento anti-VHC (lo que equivale a la erradicación del VHC) en pacientes coinfectados reducía de manera significativa las complicaciones hepáticas y la mortalidad en este grupo de población.
Este estudio ha sido realizado en el seno de la Cohorte de GESIDA 3603 integrada por 1625 pacientes tratados de la hepatitis C con interferón y ribavirina en 19 centros hospitalarios españoles entre los años 2000 y 2008. Todos los pacientes fueron seguidos desde el fin del tratamiento hasta la última visita o el fallecimiento.
Usada una aplicación en internet que cumple la ley sobre protección de datos
Durante el seguimiento de los pacientes, se recogió información sobre las muertes, las complicaciones hepáticas, los problemas derivados del VIH y sobre una serie de manifestaciones extrahepáticas como problemas cardiovasculares, renales, óseos, diabetes mellitus, cáncer e infecciones graves no relacionadas con el sida. Toda la información se recogió en cada uno de los centros mediante una aplicación en internet que satisface los requisitos que establece la ley sobre protección de datos en España. Además, el estudio fue monitorizado por personal de la Fundación SEIMC/GeSIDA para garantizar que la información de la base de datos era concordante con lo recogido en las historias clínicas de los pacientes.
De los 1.625 pacientes incluidos en el estudio, 592 (36%) lograron la erradicación (cura) del VHC. Durante un seguimiento superior a los 5 años tras la finalización del tratamiento, el estudio volvió a confirmar de manera muy sólida algo ya conocido por estudios previos: la cura de la hepatitis C, independientemente de que la fibrosis hepática está avanzada o no, reduce de manera muy significativa del riesgo de complicaciones hepáticas incluyendo el cáncer de hígado, la necesidad de trasplante. También se confirmó que la cura de la hepatitis C se asociaba con una reducción del riesgo de muerte relacionada o no con el hígado y que beneficiaba a la infección por VIH reduciendo el riesgo de progresión a sida.
En el estudio no se pudo demostrar que la erradicación del VHC redujera el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares, de cáncer diferente al de hígado, de fracturas óseas o de infecciones graves no relacionadas con el SIDA.