El doctor Joan Lima ha alertado de la complejidad que, desde un punto de vista terapéutico, presentan los pacientes diabéticos, ya que para obtener objetivos de colesterol LDL se requieren dosis altas de estatinas, dosis que están relacionadas “con un mayor riesgo de presentar diabetes o en algunos casos empeorar, aunque discretamente, el metabolismo glucímico”. En este sentido, “las resinas, sumadas al efecto de las estatinas, no solamente nos permiten bajar mucho más el colesterol y acercarnos más a las cifras objetivo, sino que nos van a mejorar el metabolismo de la glucosa”, ha contado el experto.
Recientemente se ha corroborado que “las resinas son claramente eficaces en mejorar el metabolismo hidrocarbonado en los pacientes que tienen diabetes”, ha explicado Lima, que es facultativo de Medicina Interna y director responsable de la Unidad de Lípidos y Riesgo Cardiovascular del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
Con ambos fármacos, el hígado toma colesterol de la sangre
Así pues, “la combinación de estatinas con resinas de intercambio aniónico constituye un claro ejemplo de un sinergismo entre dos fármacos que actúan de una forma totalmente diferente”, ha comentado el doctor. Las estatinas inhiben la síntesis hepática de colesterol, mientras que las resinas inhiben la absorción de los ácidos biliares. El resultado final de esa sinergia es que “el hígado tenga que tomar mucho más colesterol de la sangre y esto redundará en una mejor y mayor bajada de colesterol plasmático”, según ha dicho Lima.
El doctor ha incidido aún más en la complejidad del tratamiento para la diabetes al destacar que “los pacientes que han tenido un infarto y son diabéticos tienen claramente peor pronóstico que los pacientes que han tenido enfermedad coronaria y no son diabéticos”. De ahí la importancia de lograr los objetivos de control en este tipo de enfermos.