Redacción Farmacosalud.com
Un equipo de Vall d’Hebron ha descrito que la presencia de cefalea en pacientes con COVID-19 se asociaría a una mejor evolución de la enfermedad. En el estudio han participado los Servicios de Neurología y de Inmunología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y los grupos de investigación en Cefalea y Dolor Neurológico y en Inmunología Diagnóstica del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR, en Barcelona). La cefalea, juntamente con la anosmia (pérdida del olfato) y la ageusia (pérdida del gusto), son síntomas neurológicos frecuentes que se han asociado al COVID-19. Ante el desconocimiento de su capacidad de predicción del curso de la patología, los investigadores decidieron definir y describir las características de la cefalea y buscar una asociación entre su aparición y el pronóstico del COVID-19. Los resultados han sido publicados en la revista ‘Cephalalgia’1.
El estudio analizó los síntomas y la evolución de 130 pacientes con COVID-19 que llegaron a Urgencias de Vall d’Hebron durante tres semanas entre marzo y abril de 2020. Todos ellos fueron atendidos por un neurólogo a causa de la necesidad de reorganización de los profesionales para adaptarse al alto número de pacientes durante la crisis pandémica.
“El hecho de que parte de los pacientes fueran visitados por médicos con diferentes especialidades, permitió llevar a cabo estudios desde diferentes puntos de vista, que aportan información relacionada con síntomas que no solo son respiratorios”, explica la Dra. Patricia Pozo Rosich, jefa del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR, especialista del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y responsable del Migraine Adaptive Brain Center de Vall d’Hebron. De estos pacientes, 97 (un 74,6%) presentaban dolor de cabeza, aunque solo un 19,6% tenían historia clínica de migrañas episódicas previas a la enfermedad. En la mayoría, la cefalea era leve o moderada, pero en una cuarta parte de los pacientes, sobre todo mujeres y personas jóvenes, era más parecida a una migraña.
En un 21,4% de los pacientes con dolor de cabeza persistente, este era un síntoma prodrómico de la COVID-19, es decir, aparecía antes que los otros síntomas de la enfermedad. En relación a su evolución, los pacientes que presentaban cefalea cuando llegaban a Urgencias tenían una duración clínica del COVID-19 aproximadamente una semana más corta: unos 24 días en total en los casos con dolor de cabeza, mientras que, en los casos sin cefalea, la durada media de la enfermedad era de unos 31 días. “Parece claro que la presencia de cefalea es un factor de buen pronóstico de la COVID-19 y podría servir para predecir su evolución”, destaca Pozo Rosich. Los investigadores encontraron también una asociación entre la cefalea y la anosmia y la ageusia, ya que la pérdida de estos sentidos era mucho más común en personas con dolor de cabeza.
La cefalea persiste en un 40% de los pacientes
Al cabo de seis semanas desde la llegada a Urgencias, se hizo seguimiento de la evolución de 100 de los pacientes que habían participado en la primera fase del estudio. Entre estos se encontraban 74 personas que presentaban dolor de cabeza en el momento de la admisión al hospital. En el momento del seguimiento, 28 de estas (un 37,8%) aún tenían cefalea con poca respuesta al tratamiento y a menudo siendo el único síntoma que quedaba del COVID-19. Estos resultados demuestran que el dolor de cabeza puede persistir después de que el COVID-19 se resuelva, incluso en personas sin historia previa de migrañas ni cefaleas recurrentes.
El estudio presenta algunas limitaciones, ya que se trata de una serie hospitalaria que no incluye casos muy graves de la enfermedad (y que, por lo tanto, no se podían entrevistar) ni muy leves (y que no iban al hospital). Aun así, la Dra. Pozo Rosich destaca, en base a los resultados obtenidos, que “es importante cambiar el concepto de que la cefalea sea un síntoma poco relevante en pacientes con COVID-19; por lo tanto, es necesario estudiar en profundidad su asociación para entender la evolución de la enfermedad y mejorar el tratamiento”.
Neuroinflamación local, posible sistema de defensa contra el virus
Con el objetivo de entender la asociación entre el COVID-19 y la cefalea, los investigadores del estudio proponen algunas hipótesis sobre cómo la infección por SARS-CoV-2 podría producir el dolor de cabeza. Una de las hipótesis explica que el virus podría imitar la aparición de la migraña, en la cual se genera una fuerte inflamación del sistema trigeminovascular, que provoca el dolor. “Esta inflamación local cercana a las fosas nasales serviría como sistema inicial de defensa contra el virus, que en las personas con cefalea sería más fuerte”, explica Pozo Rosich. “Si los pacientes tienen una mayor respuesta local, se evitará que el virus produzca una inflamación sistémica grave con liberación de una tormenta de citocinas”, agrega.
En este sentido, se estudiaron los niveles de IL-6, una molécula que, si aparece de forma sistémica, está muy implicada en la tormenta de citocinas que en muchas ocasiones provoca la muerte de los sujetos con COVID-19. En el caso de los pacientes con cefalea, se observó que los niveles de IL-6 eran más bajos y que, además, se mantenían estables a lo largo de la enfermedad. “Este hecho apunta a que, en los pacientes con cefalea, la IL-6 se libera en la neuroinflamación local y hace que estas personas no desarrollen tanta inflamación sistémica y, por lo tanto, tengan una mejor evolución de la enfermedad”, señala.
Esta hipótesis va en consonancia con la relación con la anosmia, ya que el virus actuaría no solo en el epitelio olfativo produciendo la pérdida de olfato, sino también en las ramas del nervio trigémino, muy cercano a las fosas nasales por donde entra el virus. En este sentido, sería necesario estudiar si la sensibilización del sistema trigeminovascular persiste cuando la infección por SARS-CoV-2 desaparece.
Estar en tratamiento con estatinas reduce la mortalidad por COVID-19
El coronavirus ha infectado a más de 40 millones de personas en el mundo y ha provocado más de un millón de muertes en menos de un año. Todavía no está claro el motivo por el que algunas personas pasan la enfermedad de forma asintomática mientras que otros acaban muriendo o sufriendo consecuencias muy severas. Aunque la edad, las enfermedades y los tratamientos previos de los pacientes pueden definir el pronóstico en algunos casos, tampoco se puede explicar con exactitud cómo evolucionará la enfermedad. Uno de los tratamientos que han sido objeto de debate sobre su papel en la evolución de la COVID-19 ha sido el de las estatinas. Este fármaco, que ayuda a reducir el colesterol en la sangre y se utiliza para prevenir enfermedades cardiovasculares, lo toma actualmente una de cada cuatro personas, y es el medicamento más utilizado por la población general.
Ahora, una investigación de la Universitat Rovira i Virgili (URV, en Tasrragona) y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) dirigida por el investigador Lluís Masana ha puesto de manifiesto que las personas que siguen un tratamiento con estatinas tienen un riesgo de morir por COVID-19 entre un 22 y un 25% inferior. Los resultados del estudio han sido publicados en el ‘European Heart Journal – Cardiovascular Pharmacotherapy’2.
El trabajo, que se llevó a cabo a través de la Red de las Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis de Cataluña (XULA), recogió información de 2.159 pacientes infectados por SARS-CoV-2 de 19 hospitales de Cataluña durante la primera ola de la pandemia, desde marzo hasta mayo. Los investigadores valoraron unas cien variables clínicas por paciente tales como edad, sexo, enfermedades previas, niveles de colesterol, evolución de la enfermedad, tratamientos utilizados para la COVID-19, etc.
Se compararon los datos de mortalidad de aquellos pacientes que seguían un tratamiento con estatinas con los de quienes no las tomaban, y también se valoró qué efecto tenía retirar las estatinas o no hacerlo en el momento del ingreso. “En nuestra comparación ajustamos los grupos para que fueran comparables en cuanto a edad, sexo o presencia de enfermedades previas”, explica Masana. El porcentaje de pacientes que murió en el grupo que no recibía tratamiento con estatinas fue del 25,4%, y de un 19,8% entre los que tomaban el fármaco, es decir, un 22% menos. “Los datos indican que con el tratamiento con estatinas se evitaba una de cada cinco muertes”, indica Masana. Además, si el tratamiento con este medicamento se mantenía durante el periodo de hospitalización, el porcentaje de mortalidad se reducía hasta el 25%, evitando así una de cada cuatro muertes. Así pues, “no sólo se demuestra que el tratamiento con estatinas no empeora el curso de la COVID-19, sino que reduce significativamente la mortalidad de los pacientes”, destaca Lluís Masana.
Presentado un novedoso test rápido de sangre para COVID-19
El mal uso de los test de antígenos, que se traduce en recurrentes falsos negativos, así como la baja eficacia de los mismos durante los primeros días de infección y en personas asintomáticas o con menores cantidades de virus ha puesto en alerta a los expertos españoles en epidemiología y Salud Pública. En ese sentido, cobra especial trascendencia el inicio de la comercialización en España del test rápido Antígeno serológico SARS-CoV-2 desarrollado por la empresa finlandesa-china BIOHIT Healthcare, especializada en biomedicina y en el desarrollo y la aplicación de tecnología de diagnóstico in vitro. Se trata de un novedoso kit de diagnóstico rápido de coronavirus a través de muestras de sangre que pasa por ser el más fiable del mercado, con un 100% de eficacia entre los días 3 y 7 tras el contagio y una sensibilidad del 100% y una especificidad del 98,9% durante los primeros 10 días de la enfermedad incluso en personas asintomáticas, donde los test usados hasta la fecha están mostrando sus mayores limitaciones.
Para la obtención de las muestras, y a diferencia de lo que sucede con los test de antígeno y las pruebas PCR usadas en la actualidad, en el caso del test rápido antígeno serológico de BIOHIT basta con un simple pinchazo para la extracción de unas cinco gotas de sangre (0,2ml a 0,3ml). Este método de obtención de la muestra para medir la presencia de antígeno viral en suero o plasma es lo que marca la diferencia respecto al resto de métodos de detección existentes en el mercado, en los que se utiliza un hisopo de nariz o garganta, que requieren un muestreo correcto de la nasofaringe, lo que resulta muy desagradable para algunos pacientes. Según diversos estudios, la dificultad para la toma correcta de estas muestras reduciría la detección de positivos de las pruebas PCR o antígeno nasofaríngeo al 63% en el caso de la toma de frotis nasales y al 32% cuando la toma es de frotis de garganta. Una media de apenas el 50% de fiabilidad, lo que significa que, por ejemplo, una de cada dos pruebas PCR tiene como resultado un falso negativo.
Primera acreditación de la ENAC para el análisis del SARS-CoV-2
Tras posicionarse -el pasado mes de junio- como un laboratorio referente en detección y seguimiento de la pandemia del COVID-19, el centro de análisis clínicos Catlab se ha convertido ahora en el primer laboratorio de España autorizado a emitir informes bajo la acreditación de la Entidad Nacional de la Acreditación (ENAC) para el análisis del virus SARS-CoV-2. En este sentido, el pasado mes de julio, la ENAC publicó el documento ‘NT-88 Acreditación de pruebas de SARS-CoV-2 en muestras clínicas’, un texto en el que se establecen directrices específicas sobre el proceso de acreditación para las pruebas del nuevo coronavirus.
Siguiendo las directrices del documento, Catlab -avalado de acuerdo con la norma UNE-EN ISO 15189 desde 2012-, se ha convertido en el primer laboratorio que puede emitir informes con la marca de la ENAC, lo que, según la Dra. Imma Caballé, directora de Catlab, "aportará la seguridad de que la determinación se ha realizado con equipos y un método verificados”, es decir, que se ha aportado evidencia objetiva sobre la fiabilidad de los resultados.
Referencias
1. Ballvé A, Llauradó A, Gallardo VJ, Ariton DM, Lallana S, López Maza S, et al. Headache: A striking prodromal and persistent symptom, predictive of COVID-19 clinical evolution. Cephalalgia. 2020. https://doi.org/10.1177/0333102420965157
2. Masana Ll, Correig E, Rodríguez-Borjabad C, Anoro E, Arroyo JA, Jericó C, et al. EFFECT oF STATIN THERAPY oN SARS-CoV-2 INFECTION-RELATED. Europe