Redacción Farmacosalud.com
La broncoscopia robótica es la próxima revolución de la Neumología Intervencionista, ya que va a permitir diagnosticar e incluso tratar nódulos pulmonares muy pequeños, de menos de 1 cm, con estabilidad, precisión y seguridad. Así lo ha descrito, en su ponencia ‘La broncoscopia robótica: del diagnóstico al tratamiento ablativo de los nódulos pulmonares’, el Dr. Antoni Rosell, neumólogo intervencionista del Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona), y presidente del BRN (Barcelona Research Network), en el BRN Research Forum, celebrado recientemente en Barcelona.
La broncoscopia robótica se aplica a través de la vía natural, por la boca, la laringe y la tráquea hasta llegar a la masa que se quiere diagnosticar y eventualmente tratar. “En los últimos 20 años ha habido avances tecnológicos relevantes en el diagnóstico broncoscópico del nódulo pulmonar; sin embargo, la broncoscopia robótica representa un salto cualitativo por su navegación exacta, precisa y estable hasta llegar al nódulo. Ello le permite alcanzar un rendimiento diagnóstico que por primera vez supera el 90%, según algunas series publicadas”, explica Rosell.
Varias ventajas con respecto a los métodos convencionales
El broncoscopio convencional es un equipo en que el neumólogo utiliza el pulgar de la mano, para mover el extremo del tubo hacia adelante o hacia atrás; la muñeca, para rotar hacia la derecha y la izquierda; y el antebrazo, para ir hacia arriba y abajo. Los movimientos están sujetos a las restricciones mecánicas del médico y del propio broncosocopio, así como a inexactitudes al tener que ejercer fuerza durante un tiempo y tener que rotar y angular el broncoscopio al transitar por el árbol traqueobronquial.
En cambio, la broncoscopia robótica aporta tres importantes avances: en primer lugar, la parte mecánica no depende de una persona, sino de un brazo articulado que el neumólogo mueve con un joystick, por lo que el sistema no tiene restricciones mecánicas, sino mucha estabilidad y transición; en segundo lugar, incorpora un sistema de navegación guiado, que conduce hasta el nódulo del pulmón que se quiere explorar y tratar, después de una planificación previa que parte de la identificación del bulto mediante escáner, tras el cual esta información se carga en el robot y éste facilita la guía de todo el recorrido para llegar al nódulo.
Y, en tercer lugar, el robot toma nuevas medidas de su localización constantemente y, a medida que avanza, es capaz de recalcular la ruta hasta el nódulo, lo que es crucial porque este objetivo puede haberse desplazado 1-1,5 cm respecto a la planificación previa, al variar la respiración del paciente a causa de la anestesia durante el procedimiento, entre otros factores. “El broncoscopio robótico supone un salto cualitativo porque ofrece estabilidad y precisión durante la trayectoria hacia el nódulo, y a la vez, permite la corrección de la misma en tiempo real”, subraya el Dr. Rosell. Este nuevo procedimiento se aplica bajo anestesia general, de forma ambulatoria, para diagnosticar y eventualmente tratar nódulos periféricos de incluso menos de 1 cm, por lo tanto, de estadio inicial (estadio IA). Se abre así una oportunidad para aquellos pacientes con este cáncer incipiente que no quieren operarse o en aquellos que no pueden operarse por distintas razones, como una salud frágil o presentar varios nódulos simultáneos en ambos pulmones.
Actualmente, las fuentes de detección de estas lesiones son los programas de cribado de cáncer de pulmón, en los que se realizan TACs o escáner de tórax a bajas dosis, y los TACs para estudiar otras patologías respiratorias. La magnitud del problema lo ejemplarizan los 1,5 millones de nódulos que se diagnostican anualmente en Estados Unidos.
“La broncoscopia robótica puede ser una alternativa válida a la cirugía estándar”
“Además del diagnóstico, el nuevo gran salto cualitativo es que la broncoscopia robótica puede ser una alternativa válida a la cirugía estándar, la radioterapia estereotáxica y el tratamiento percutáneo de los radiólogos intervencionistas. Estas dos últimas son técnicas que atraviesan la pared torácica y la pleura hasta llegar al nódulo pulmonar. Este trayecto puede conllevar efectos secundarios como quemaduras en la piel con la radioterapia esterotáxica, o la entrada de aire en la pleura, o neumotórax, si se atraviesa la pared torácica con una aguja en los procedimientos percutáneos. La broncoscopia robótica alcanza el nódulo desde ‘dentro’, mientras que las técnicas comentadas lo realizan desde ‘fuera’, explica el experto.
Una vez se alcanza el nódulo, la broncoscopia robótica permite tratarlo con distintos sistemas endoscópicos de ablación como los sistemas de radiofrecuencia, microondas o criosonda, que descargan una energía térmica, de calor o frío, con la que destruyen el nódulo. La broncoscopia robótica proporciona una estabilidad mecánica de la sonda a utilizar dentro de la masa tumoral que asegura que la energía térmica impacte adecuadamente.
Las tres primeras plataformas robóticas aparecieron en Estados Unidos en 2018, 2019 y 2023, años en que fueron aprobadas por la agencia reguladora americana FDA, mientras que en Europa los dos primeros aparatos datan de mayo de 2023 y aún se están instalando. Los altos precios de estos sistemas y el material fungible y los permisos requeridos pueden estar dificultando su rápida implantación, pero, desde el punto de vista clínico, “no tenemos duda de que la broncoscopia robótica es el nuevo paradigma de la Neumología Intervencionista, aunque tardará en implantarse. La innovación tecnológica y digital en el campo de la endoscopia respiratoria, es imparable”, afirma el Dr. Rosell.