Redacción Farmacosalud.com
Pese a todo el empeño, cariño y esfuerzo que el personal de Enfermería Geriátrica pone en el ejercicio de su profesión, hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo, y que, para conocer ese ‘mundo’ de cada uno y mejorar así la estancia del usuario en un centro de la Tercera Edad, no hay nada mejor que la ayuda de familiares y allegados de las personas ingresadas. “La ayuda que los familiares y acompañantes pueden brindar a las enfermeras es fundamental en muchas ocasiones para el bienestar del usuario/paciente. La familia y allegados aportan información clave sobre la vida personal de las personas mayores que puede ser utilizada para la individualización de los cuidados, especialmente en el caso de personas con deterioro cognitivo”, explica María Victoria García López, enfermera y vicepresidenta de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica (SEEGG).
García López, a su vez enfermera y Prof. Titular de la Universidad de Castilla-La Mancha, advierte que “la enfermera, en su quehacer diario, desarrolla actividades basadas en la evidencia científica”, por lo que “ya no realiza tareas o delegaciones de actividades propuestas por otros”, como podrían ser tareas o actividades no profesionales -no propias de la profesión de Enfermería- solicitadas por usuarios y acompañantes de los ancianos. Vamos, que las enfermeras son enfermeras y nada más, de manera que no tienen por qué realizar tareas -por ejemplo aquellas que sí deben realizar los familiares y acompañantes de los mayores- que no les corresponden. La vicepresidenta de la SEEGG lanza otra advertencia: “El mundo envejece: España es uno de los países más envejecidos. En la actualidad el 18.8 del total de la población tiene más de 65 años, y esta es una cifra en continuo movimiento creciente”. “Solo con estos datos, la formación en la especialidad de Enfermería Geriátrica debería impulsarse y fomentarse su realización, para poder dar respuesta a las necesidades que este grupo de población requiere y que, desde luego, la sociedad necesita”, señala.
-¿Considera que la Enfermería Geriátrica tiene visibilidad y reconocimiento suficiente en España?
Se tendría que definir el ámbito de la respuesta:
-A nivel de la profesión, todas las enfermeras conocemos la figura de la Enfermera Geriátrica, el campo de acción donde debería prestar sus cuidados y el resultado de sus acciones.
-A nivel del Sistema Sanitario y de la población en general, el hecho de no tener reconocido un puesto de trabajo en donde desarrollar las funciones que le son propias de su especialidad contribuye a disminuir su visibilidad. Este paso es imprescindible para que el resultado final de las acciones enfermeras sea reconocido y considerado único, acciones que ninguna otra persona puede realizar con los mismos resultados, si no es de esta misma categoría profesional.
-¿La remuneración profesional en el cuidado a los mayores es la adecuada? ¿Y en el sector privado?
Uno de los debates que con frecuencia aparecen en los medios de comunicación es la retribución de las enfermeras, y mucho más el de las enfermeras especialistas. Las enfermeras están presentes las 24 horas al lado del usuario o paciente; por tanto, el grado de permanencia constante requiere de una equiparación en la percepción económica. En el sector privado, aun siendo la misma permanencia en tiempo diario con el usuario, los convenios laborales son diferentes y en muchas ocasiones sin opción a pactos entre trabajador y empresa. Las enfermeras de instituciones sociosanitarias dedicadas al cuidado de personas mayores, en la gran mayoría de los casos, aceptan contratos sabiendo el ‘no reconocimiento’ de su labor asistencial.
-¿Respecto a los datos demográficos de los profesionales de Enfermería Geriátrica, es cierto que hay predominio del sexo femenino? ¿Puede ser que, en algunas ocasiones, algunos centros prefieran o prioricen enfermeros de sexo masculino porque facilitan algunas tareas (levantar pacientes que pesan mucho, etc.)?
La profesión enfermera desde su inicio, y siguiendo en la actualidad, es predominantemente femenina, lo que no quiere decir exclusivamente. Los centros de la sanidad pública, en sus baremos de contratación, no formulan el acceso a determinado género. Son baremos públicos que en la gran mayoría de casos se nutren de bolsas de trabajo con criterios bien definidos y en el que esta condición no está presente. Los centros privados, en la mayoría de los casos, se nutren con otra forma de selección. Generalmente suele ser mediante entrevista y pactos entre las dos partes. No conozco que la característica de la fuerza forme parte de los requisitos de admisión.
-¿Cuáles son las principales funciones de la especialidad de Enfermería Geriátrica?
La enfermera especialista en Geriatría tiene como función la adquisición de conocimientos científicos para cuidar en situaciones de salud o enfermedad a las personas mayores de forma individualizada junto a la familia, considerando paciente y familia como una unidad a cuidar y en su entorno inmediato, la comunidad. La enfermería geriátrica ayuda a satisfacer las necesidades de la población que envejece, de acuerdo con los avances y los requerimientos que la sociedad demanda.
-¿Las/os enfermeros que atienden a personas mayores, suelen ser los profesionales que soportan los cambios de conducta y de humor de ancianos y acompañantes ingresados en centros sociosanitarios u hospitales?
En este aspecto deberíamos hacer alguna matización:
-Como se ha comentado anteriormente, la enfermera permanece al lado del usuario/paciente las 24 horas, por lo que los cambios que éste experimenta en cuanto a evolución de la enfermedad conllevan en ocasiones cambios en diferentes áreas (físicos, psíquicos y en el entorno inmediato de la persona). Y, por supuesto, es la profesional de referencia quien detecta y valora las posibles modificaciones de su normalidad.
-Pero el hecho de que la enfermera realice la función que le es propia con los usuarios/pacientes no quiere decir que suponga una carga ‘no deseada’… forma parte de su quehacer profesional.
-Cuando se habla de centros de mayores, hospitales o centros de día, hay quien piensa -si bien son comentarios minoritarios- que los profesionales de Enfermería realizan actividades ‘no profesionales al servicio del paciente y su familia’…
Desde la entrada en la universidad de la profesión enfermera, las actividades que se realizaban y se realizan en la actualidad han cambiado de forma sustancial. La enfermera, en su quehacer diario, desarrolla actividades basadas en la evidencia científica y en gran medida de forma autónoma, basándose en los conocimientos que le son propios a la especialidad. Trabaja en colaboración con un equipo de profesionales de la salud con el objetivo de lograr el máximo confort en el proceso de salud-enfermedad. Ya no realiza tareas o delegaciones de actividades propuestas por otros, tiene suficiente autonomía profesional basándose en los conocimientos de la titulación para poder actuar de forma científica.
-¿Las/os enfermeras/os podrían recibir ayuda de los acompañantes y familiares de los ancianos ingresados, siempre en beneficio de estos últimos?
La ayuda que los familiares y acompañantes pueden brindar a las enfermeras es fundamental en muchas ocasiones para el bienestar del usuario/paciente. La familia y allegados aportan información clave sobre la vida personal de las personas mayores que puede ser utilizada para la individualización de los cuidados, especialmente en el caso de personas con deterioro cognitivo. En ese concepto holístico de cuidados que está presente en la función que desarrolla la enfermera especialista, cubrir la parte afectiva y de acompañamiento es esencial para una buena evolución. Si no fuera así, habría una parcela que quedaría al descubierto.
-Dadas las características de edad de los usuarios de instituciones para mayores, el porcentaje de muertes que se registran es superior con respecto a otros centros sanitarios ¿Cómo percibe la enfermera este hecho? ¿La profesión, y en concreto esta especialidad, facilita la formación en este tema?
Efectivamente, la muerte en los centros de mayores, de forma general, es muy superior a la de otros centros u unidades en las que hay presencia de usuarios de menor edad. La enfermera especialista en geriatría, tanto en su formación de grado como en su formación de especialista, contempla el conocimiento de este aspecto. La etapa final de la vida supone el acercamiento a la muerte, y esto la enfermera lo conoce y cuida al igual que otras etapas. El bienestar y que el paso por esta etapa se realice en las mejores condiciones para el paciente y la familia pasa por unos buenos cuidados profesionales, para los que la enfermera especialista está preparada.
-¿El cuidado prestado a las personas mayores revierte en un agradecimiento mayor de los ancianos hacia las/os enfermeras/os?
No es una condición indispensable que la enfermera especialista reciba agradecimiento de las personas mayores a las que cuida. La praxis de la enfermera especialista en Geriatría requiere que contenga una de las cualidades importantes de su quehacer, que es la ‘empatía’ -condición necesaria- o habilidad cognitiva para entender a la persona que tiene al lado, en este caso a la persona que cuida, y la presencia de esta cualidad hace que la percepción de seguridad y bienestar en la evolución del estado esté presente en las personas mayores.
-Teniendo en cuenta los grandes cambios demográficos derivados del envejecimiento progresivo de la población, ¿considera que las/os enfermeras/os de la especialidad de Enfermería Geriátrica van a ser los profesionales más requeridos por la sociedad para cubrir las necesidades de este grupo de población?
Sin querer entrar en decisiones políticas y organizativas, sí voy a expresar mi opinión basada en datos reales. El mundo envejece: España es uno de los países más envejecidos. En la actualidad el 18.8 del total de la población tiene más de 65 años, y esta es una cifra en continuo movimiento creciente.
Las personas mayores no son enfermos, pero sí son más vulnerables a la enfermedad, y ésta con el paso del tiempo se va convirtiendo en un cuadro de cronicidad, y en muchas ocasiones en situaciones de dependencia. Solo con estos datos, la formación en la especialidad de Enfermería Geriátrica debería impulsarse y fomentarse su realización, para poder dar respuesta a las necesidades que este grupo de población requiere y que, desde luego, la sociedad necesita.