Redacción Farmacosalud.com
La automedicación -asumida por los progenitores a la hora de dar fármacos a sus hijos- es una de las causas más habituales de los incidentes observados en urgencias pediátricas. “En este grupo consideramos los errores derivados de administraciones de dosis o de medicamentos equivocados, generados por una autoprescripción, siendo uno de los procesos de la cadena terapéutica afectados con mayor frecuencia, si bien en la mayoría de las ocasiones no causan daño a los niños”, explica a www.farmacosalud.com la Dra. Beatriz Garrido Corro, profesional del Servicio de Farmacia del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) y miembro del Grupo de Trabajo Español de Farmacia Pediátrica (GEFP) de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
La Dra. Garrido es una de las autoras del ‘Estudio multicéntrico de la incidencia y evitabilidad de los incidentes por medicamentos en pacientes que acuden a los servicios de urgencias pediátricas’, publicado en la revista Farmacia Hospitalaria. En este trabajo se concluye que el 79% de los percances asociados al empleo de fármacos son prevenibles, tal y como sostiene Garrido: “la mayor parte de los incidentes por medicamentos detectados en los niños que acudieron a los servicios de urgencias pediátricas se pueden evitar”.
Sólo una minoría de casos acaban en hospitalización
Asimismo, remarca que una “importante proporción” de esos percances “producen daño a los pacientes”, si bien no tienen potencial para causar la muerte. “Lo destacable de nuestro estudio es el alto porcentaje de preventabilidad de los incidentes detectados, la mayoría de ellos ‘sin daño’. Y de los que se clasificaron como incidentes ‘con daño’, el 56% se consideraron prevenibles. De ahí la importancia de establecer medidas de prevención de estos incidentes para mejorar la calidad asistencial”, declara la profesional del Servicio de Farmacia del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca.
Únicamente en un 3,5% de los casos los incidentes contribuyeron a un ingreso hospitalario. Además, entre estos últimos también se incluyen los eventos adversos no prevenibles (es decir, las reacciones adversas, que son inherentes al medicamento y que pueden aparecer a pesar de la correcta utilización de los fármacos).
El nuevo estudio expone los resultados de un trabajo de campo que tuvo lugar entre el 1 marzo y el 30 de junio de 2017 y en el que se analizaron 100.000 visitas a urgencias pediátricas de 8 hospitales españoles, siete de los cuales hospitales generales con atención materno-infantil, con más de 500 camas, y el restante, un hospital monográfico pediátrico. “Al igual que los estudios publicados en otros países -continúa la Dra. Garrido a través de un comunicado-, los incidentes fueron más frecuentes en niños preescolares (entre 1 y 5 años) y estuvieron causados fundamentalmente por el grupo de fármacos antiinfecciosos”.
Implicación tanto de los médicos como de los progenitores o cuidadores
Las autoras del trabajo apuestan por implementar estrategias preventivas que deberían orientarse tanto a los facultativos como a los progenitores de los niños. En cuanto a los médicos prescriptores, habría que reforzar la necesidad de adecuación de la prescripción a las características de los pacientes pediátricos y fomentar la adherencia a las GPC (guías de práctica clínica). “Una estrategia sencilla es la difusión y actualización de las guías de práctica clínica en todos los niveles asistenciales. Este estudio, que hemos realizado desde el GEFP en colaboración con la Dra. María José Otero, que lidera el ISMP-España (Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos), nos ha permitido obtener mucha información y publicaremos en breve el resto de resultados, entre los que se incluye el análisis de los tipos de errores y sus causas”, establece Garrido.
“Pero, efectivamente -prosigue la experta-, el uso inadecuado de antibióticos fue el tipo de error identificado con mayor frecuencia. Para evitarlo existen diferentes estrategias en marcha a nivel nacional como los PRAN (Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos), que tiene entre sus objetivos la reducción del consumo de antibióticos”. También se postula como prioridad la implementación generalizada en hospitales y Atención Primaria de los Programas para la Optimización del Uso de Antibióticos (PROA), cuya aplicación contribuye a mejorar la vigilancia de los microorganismos resistentes.
Con respecto a los padres o cuidadores de los niños, se recomienda proporcionarles información adecuada e impulsar campañas que recuerden los riesgos de la automedicación y, al mismo tiempo, fomenten el correcto almacenamiento de los medicamentos en los domicilios. En esa línea, es importante resaltar que las intoxicaciones accidentales continúan siendo un problema reincidente cuando se habla de acceso a fármacos y personas menores de 5 años. En definitiva, que toda precaución es poca, por lo que, cuando hay ‘peques’ en casa, los fármacos deberían estar -sin miedo a exagerar- encerrados bajo llave. “Es fundamental utilizar con seguridad los medicamentos en los domicilios y la primera medida, por supuesto, es ‘mantenerlos fuera de su alcance’. Los niños pequeños, y más en este grupo de edad, son imprevisibles, por lo que cualquier despiste de los adultos es una oportunidad para ellos para investigar el entorno”, señala la miembro del Grupo de Trabajo Español de Farmacia Pediátrica.
“En general -dice la Dra. Garrido- los servicios de urgencias son ámbitos clave para la detección de incidentes por medicamentos, ya que nos permiten recoger incidentes que reflejan la problemática derivada de la utilización de los medicamentos tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada. Además, el carácter multicéntrico de nuestro trabajo nos ha permitido estimar la magnitud y analizar las características de los incidentes por medicamentos de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias pediátricos de nuestro país. Con la información recabada, se pueden desarrollar estrategias específicas para prevenir dichos episodios y mejorar la seguridad de los tratamientos de los pacientes pediátricos en nuestro ámbito sanitario”.