Redacción Farmacosalud.com
El nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), el doctor Antonio Zapatero, considera que el nivel de asistencia que se presta actualmente a los pacientes crónicos en los hospitales españoles es “mejorable”. Según Zapatero, para progresar en este ámbito asistencial “hace falta un empuje” por parte de “‘arriba’” (Administración), en concreto un “empuje con inversión económica”. Ahora bien, el facultativo advierte que mejorar la atención sanitaria no quiere decir realizar más y más pruebas porque sí, ya que “como consecuencia de las pruebas innecesarias pueden surgir complicaciones médicas importantes, tanto diagnósticas como de tratamiento”.
El doctor Zapatero se ha convertido en el nuevo presidente de la SEMI tras la celebración del XXXVII Congreso Nacional de esta Sociedad, que ha tenido lugar en Zaragoza. En el encuentro se ha puesto de manifiesto que la sedación paliativa en los pacientes en situación terminal es todavía insuficiente. Para el doctor, la mejora en este ámbito debe implicar tanto a los internistas como al “sistema sanitario” en su conjunto. “A veces es difícil en medicina, pero cuando el paciente está llegando a la época final de su vida, la obligación que tenemos es intentar dar la mayor calidad de muerte posible”, afirma. Ironías del lenguaje: dar la mayor calidad de muerte posible para ofrecer la mayor calidad de vida posible. Una frase que sólo adquiere sentido cuando el paciente está a las puertas de su defunción y la medicina ha agotado ya todos sus recursos curativos.
-¿Cuál es su balance del XXXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), encuentro celebrado recientemente en Zaragoza?
Es muy positivo porque nos hemos reunido 2.300 especialistas en medicina interna, contando además con una participación notable de residentes e internistas jóvenes. En el Congreso se han tratado prácticamente todos los temas que abarcan nuestra especialidad. Ha habido una participación en las salas muy notable, es decir, las salas estaban llenas de gente, lo cual es un dato importantísimo. Así que la valoración es muy positiva. La SEMI es una Sociedad que está muy viva y que está haciendo muchísimas cosas.
-En el Congreso ha trascendido que las comorbilidades en hospitalizados han aumentado un 16% en los últimos años. ¿Ese incremento se explica únicamente por el envejecimiento de la población?
Precisamente este trabajo sobre comorbilidades lo dirigí yo. La razón principal del aumento es esa: el envejecimiento de la población. Lo que está ocurriendo, no solamente en España sino en el mundo Occidental y en Estados Unidos, es que vivimos más años pero no estamos viviendo necesariamente mejor. Eso supone un problema porque, claro, cuantos más años de vida tenemos más enfermedades crónicas se van acumulando. Los pacientes viven más pero no con mejor estado de salud. Ese es un aspecto muy importante que debemos tener en cuenta todos los servicios de salud occidentales y de los países más avanzados.
Si pretendemos tener una senectud lo más saludable posible tenemos que adoptar medidas, tenemos que invertir en salud y para invertir en salud sabemos que hay una serie de recomendaciones básicas que favorecen que se llegue a la fase final de la vida en una situación más activa. Por ejemplo: no fumar, hacer actividad deportiva, si surge alguna enfermedad tipo diabetes o tipo hipertensión, etc, empezar a controlarla lo antes posible… si controlamos inicialmente esas enfermedades hacemos que su evolución sea mucho menos complicada para el paciente. Antes de estar enfermo, hay que invertir en salud… es lo que llamamos ‘prevención primaria’. Es cuestión de educación de salud en la ciudadanía… muy importante este aspecto.
En cuanto al alcohol, hay que consumir este tipo de bebidas con moderación. Estamos asistiendo estos días a noticias terroríficas de niños incluso con resultado de muerte por ingesta de alcohol; se han hecho estudios, como el de nuestro propio grupo de trabajo sobre alcoholismo, en el que se refleja que en nuestro país se bebe excesiva cantidad de alcohol. Y, sobre todo, se bebe en edades muy precoces de la vida. El alcohol trae consecuencias graves para muchos órganos como el hígado, páncreas, sistema nervioso… El alcohol con moderación quiere decir que cuando uno es adulto y está bien de salud puede tomarse una o dos copas de vino.
-En la reunión de la SEMI se ha abordado el estudio UDVIMI, que recoge cómo han sido atendidos en sus últimos días de vida los enfermos que fallecieron en los servicios de Medicina Interna en los hospitales públicos y privados españoles. Una de las conclusiones destacadas por sus autores es que la sedación paliativa en los pacientes en situación terminal de su enfermedad es todavía insuficiente…
Este es también un aspecto muy importante. La mejora debe ser no sólo nuestra sino también del sistema sanitario. A veces es difícil en medicina, pero cuando el paciente está llegando a la época final de su vida, la obligación que tenemos es intentar dar la mayor calidad de muerte posible. Es decir, a veces vemos que se produce una prolongación de situaciones que no tienen vuelta desde un punto de vista médico, y eso conlleva sufrimiento por parte del paciente y por parte de la familia. Por tanto, como internistas nos parece importante el desarrollo de los cuidados paliativos. Es una especialidad que está surgiendo en los últimos años y nos parece que debemos intentar, no solamente nosotros, ya que probablemente este es un problema generalizado de todas las especialidades médicas y quirúrgicas, intentar aplicar con el mayor respeto y consideración posible para el enfermo y su familia todo lo que sea necesario para que el grado de sufrimiento que se tiene en la época final de la vida sea el menor posible.
-Curiosa su afirmación de que hay que ‘intentar dar la mayor calidad de muerte posible’… A decir verdad, es una expresión tremendamente realista que sirve para afrontar sin rodeos el futuro de un paciente terminal…
Los médicos peleamos siempre, dado que es nuestra esencia profesional, para ofrecer la mejor calidad de vida posible al enfermo. Pero también sabemos que, por desgracia, es innato en nuestra naturaleza que todos tengamos que fallecer. Cuando estamos en ese momento final de la vida, que nos llega a todos, lo que tenemos que plantear tanto al paciente como a la familia, y dentro del mayor respeto, es que disponemos de herramientas terapéuticas para que ese grado de sufrimiento en la época final de la vida sea el menor posible.
-Usted se propone que la SEMI siga trabajando para avanzar en la mejora de la atención a los pacientes crónicos, algo muy relevante porque la cronicidad afecta al 40-50% de la población y representa hasta el 60% de los ingresos hospitalarios. ¿Qué propuestas en concreto realiza la SEMI para conseguir dichos progresos?
Eso es algo muy relevante. El principal desafío que tienen ahora todos los sistemas sanitarios de los países de todo el mundo es cómo afrontar el tema de la cronicidad. Los internistas, por su formación global dentro del ámbito hospitalario, es la especialidad más adecuada para hacer esto en coordinación con los médicos de familia que tenemos en el ámbito ambulatorio. Probablemente, compartimos el aspecto del ‘generalismo’, es decir, que con un solo especialista evitamos que el paciente sea visto por varios especialistas distintos, y logramos que el paciente no vuelva a urgencias si no es necesario o no reingrese si tampoco no es necesario.
¿Entonces, qué estamos trabajando? Estamos trabajando en grupos de pacientes especialmente frágiles, especialmente débiles, que son los que están en lo más alto de la pirámide de riesgo, trabajando con ellos en procesos concretos de atenciones -cardiacas, EPOC, etc-, dando mucha cancha a Enfermería, aspecto fundamental de este aspecto organizativo, y en coordinación con Atención Primaria, con el fin de intentar que esos pacientes no vengan al hospital una vez y otra y otra. Hay que procurar que estén los más atendidos posible, fundamentalmente en el ámbito de la atención primaria o domiciliaria.
-¿Cómo calificaría el nivel de asistencia que se presta actualmente a los pacientes crónicos en los hospitales españoles?
Mejorable. Tenemos margen de mejora. Y ahí insisto, no solamente es un problema de la especialidad de medicina interna, es un problema que afecta a todas las especialidades con pacientes crónicos. Hace falta ayuda por ‘arriba’ (instituciones, es decir, consejerías de sanidad y ministerio), porque es verdad que hay un plan de estrategia de la cronicidad a nivel nacional y que cada consejería va trabajando, pero lo que nosotros notamos es que hace falta un empuje, un empuje de verdad, desde arriba, y empuje con inversión económica. Hay muchas cosas que pueden hacerse a coste cero, pero otras precisan de inversión económica, y eso es así.
-La SEMI va a seguir apostando por el proyecto ‘Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España’ o ‘Not To Do’ (‘No Hacer’), que recoge recomendaciones de Sociedades Científicas para disminuir la práctica de acciones sanitarias que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa y no son coste-efectivas. ¿Podría poner algunos ejemplos de esas acciones incluidas en el ‘No Hacer’?
Por ejemplo, un ciudadano que está sano y que decide hacerse un reconocimiento de salud que incluye aplicar escáner, endoscopia… no tiene ningún sentido. Otro tema remite a un principio básico de la práctica médica: si yo me pongo a pedir pruebas sin ton ni son, probablemente me vaya a encontrar con hallazgos que luego voy a tener que interpretar y muchas veces va a conllevar probablemente hacer más pruebas. La práctica médica no es una práctica que no tenga complicaciones, ya que muchas cosas que hacemos conllevan complicaciones. Entonces, someter al paciente a pruebas innecesarias supone un coste, a veces, en términos de riesgo. Es decir, como consecuencia de las pruebas innecesarias pueden surgir complicaciones médicas importantes, tanto diagnósticas como de tratamiento.
-De hecho, los pacientes deben saber que hay pruebas diagnósticas invasivas que entrañan un riesgo…
Sí. Y sobre todo, destacar lo de las pruebas innecesarias. Cuando uno se pone malo y va al médico debe ser, en principio, porque tiene un problema de salud. Y es verdad que cuando llevas a cabo un estudio de forma amplia y haciendo cosas que no tienen mucho sentido, muchas veces te encuentras cosas que la inmensa mayoría de veces no tienen nada que ver con el motivo de la consulta. Son recomendaciones que han entrado no solamente en medicina interna, sino en unas 40 sociedades médicas… todas entienden que tienen margen para decir a sus pacientes qué cosas no tiene sentido hacer.
-¿Qué otros retos se ha marcado al frente de la SEMI?
Queremos mantener y seguir apostando por aspectos de formación e investigación de los internistas españoles; tenemos especial interés en captar para la actividad de la Sociedad a los internistas más jóvenes. De hecho, creamos una vocalía en la Junta Directiva para internistas por debajo de 40 años. Y tenemos también especial interés en relacionarnos con los pacientes, por lo que creamos un grupo de trabajo en la SEMI que se llama Educación en Salud para la Ciudadanía. Desde la Sociedad Española de Medicina Interna queremos contribuir a formar a nuestros pacientes lo mejor posible para que tengan criterio para decidir sobre sus enfermedades.