Redacción Farmacosalud.com
Unos científicos canadienses han hablado recientemente de la posibilidad de retrasar la segunda dosis de la vacuna frente al COVID-19 para poder inmunizar con la primera a un mayor número de personas. Esta estrategia, que permitiría paliar la escasez de preparados disponibles, se ha planteado porque la vacuna de Pfizer y BioNTech tiene una efectividad de entre el 85 y 92,6% después de la primera inyección, según los diferentes estudios realizados. Con todo, el Dr. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), se opone a adoptar esta estrategia y apuesta por seguir escrupulosamente los plazos de dosificación establecidos porque, a su juicio, son los que garantizan la efectividad del preparado: “De lo que soy partidario es de vacunar correctamente. ¿Vacunar a mucha gente con una sola dosis? Sí, vacunaríamos a mucha más gente… pero esa gente estaría mal vacunada. Por lo tanto, yo creo que, salvo que haya una evidencia muy sólida al respecto, lo correcto y lo adecuado es vacunar de acuerdo con los criterios con los que se han autorizado esos productos”.
En este sentido, el Dr. García Rojas recuerda que la dosificación marcada por los órganos reguladores establece que, entre la primera y la segunda dosis, pueden pasar hasta un máximo de 42 días.
A todo esto, Pfizer y BioNTech han demostrado la estabilidad de su vacuna de ARN mensajero antiCOVID-19 almacenada a entre -25ºC y -15ºC durante un par de semanas. Así pues, si se aprobara esta modalidad de conservación, se podría flexibilizar la logística de uso de la vacuna, que hasta la fecha debe mantener unas condiciones de ultracongelación (-80ºC y -60ºC) durante seis meses. A juicio del presidente de la AEV, si las temperaturas de almacenamiento pudieran mostrar registros de congelación más ‘convencionales’ (como son a -25ºC y -15ºC), se favorecería un mayor ritmo de vacunación. Sea como fuere, por ahora y hasta nueva orden, el preparado de Pfizer y BioNTech debe guardarse a 80/60 grados bajo cero.
Por otra parte, la Comisión de Salud Pública española ha fijado en los 55 años la edad límite para administrar la vacuna de la compañía AstraZeneca. Según el Dr. García Rojas, por encima de esa edad los ensayos clínicos realizados hasta ahora con dicho preparado carecen de “solidez estadística… son muestras muy escasas y, por lo tanto, no hay evidencia científica al respecto. Las recomendaciones, lógicamente, tienen que fundamentarse en la evidencia científica y, en este caso, no se dispone de ella”. De todos modos, es muy posible que en abril se publiquen estudios que puedan determinar si esa vacuna es eficaz o no por encima de los 55 años de edad. A la espera de que llegue ese momento, García Rojas deja muy claro que la limitación etaria del preparado de AstraZeneca “no tiene absolutamente nada que ver” ni con la seguridad ni con la eficacia de este medicamento, ya que, por debajo de los 55 años, “la vacuna ha demostrado, sin lugar a dudas, que es tremendamente eficaz para abordar las formas graves del SARS-CoV-2 y para dar un golpe a la pandemia”.
Vacunación de la población infantil
“Cuanto antes nos vacunemos todos, incluidos los niños, antes se acabará con el COVID y sus variantes”. Son palabras del Dr. Marcos López de Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, pronunciadas con motivo de las jornadas sobre vacunas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria de Atención Primaria (SEPEAP). López de Hoyos coincide así con el investigador Federico Martínón, quien explica que los virus suelen mutar unas 24 veces al año, pero eso no anula la efectividad de las vacunas, sino que únicamente la reduce levemente.
Martinón destaca que, de entre las 180 vacunas antiCOVID candidatas, 4 ya han sido aprobadas en Europa. De los 200 millones de preparados administrados, sólo se han presentado 4,7 casos de anafilaxia por millón de vacunados -en la vacuna de Pfizer- y 2,5 por millón de casos -en la de Moderna-. Los datos que muestran los resultados de la vacunación dan un alto porcentaje de efectividad, por lo que están reduciéndose drásticamente las hospitalizaciones y los casos graves de la enfermedad. “Es una excelente noticia la efectividad de las vacunas cuando todavía no se ha cumplido un año de la declaración de la pandemia por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud)”, afirma el experto.
Tocilizumab, posible nuevo estándar de tratamiento
Por último, cabe decir que investigadores de HM Hospitales han participado como autores del ensayo clínico avanzado ‘COVACTA’, cuyas conclusiones han sido publicadas en la prestigiosa revista científica ‘The New England Journal of Medicine’. En concreto, el artículo recoge las conclusiones de un ensayo Fase 3, multicéntrico e internacional en el que han participado 62 centros hospitalarios de Europa y América del Norte. “Aunque el ensayo no llegue a alcanzar la significación estadística para su objetivo primario, los resultados que hemos publicado, junto con los resultados recientemente comunicados del ensayo ‘RECOVERY’, pueden establecer un nuevo estándar de tratamiento a nivel mundial para los pacientes con neumonía por COVID-19, bajos niveles de oxígeno e inflamación significativa”, señala el Dr. Antonio Cubillo, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC Madrid.
“Tras los resultados reportados de los distintos ensayos con tocilizumab, en apariencia algo dispares por sus distintos diseños en cuanto a objetivos de eficacia, tamaño muestral y situación basal de los pacientes tratados en cada uno de los mismos, hoy podemos afirmar que el uso del tocilizumab, un antagonista de la interleuquina 6, en pacientes ingresados por neumonía por COVID-19, con bajos niveles de oxígeno y con parámetros analíticos de inflamación elevados, está asociado a un aumento de la supervivencia y a una reducción de la posibilidad de ingreso en UVI, especialmente en aquellos pacientes en los que se combina con el uso de dexametasona”, puntualiza el Dr. Cubillo.