Redacción Farmacosalud.com
“La incorporación de la L-Metionina en el tratamiento de los pacientes litiásicos y pacientes portadores de doble J ha supuesto dotar de un arma al mundo urológico para conseguir la disminución de los eventos de calcificación litiásica en los pacientes portadores de doble J, evitando así seguramente muchas de las cirugías altamente complicativas que deberíamos utilizar para su resolución”, señala el Dr. Carlos Torrecilla, coordinador nacional del Grupo de Litiasis y Endurología de la Asociación Española de Urología (AEU).
Torrecilla ha realizado estas manifestaciones con motivo de la presentación de uno de los estudios más destacados del LXXXIV Congreso Nacional de Urología, celebrado recientemente en Bilbao, el ensayo multicéntrico, controlado y aleatorizado destinado a evaluar el uso combinado de un dispositivo y tratamiento médico en el control del pH urinario en pacientes con un catéter doble J implantado. Precisamente, Torrecilla ha sido el coordinador de este grupo de investigación. Según el experto, lo que debería hacerse ahora a nivel de la práctica clínica es llevar a cabo “una difusión correcta y coherente a todo el mundo urológico para advertir de la existencia” de esta nueva herramienta, cuyo uso “va a disminuir de una forma muy significativa”, tal y como ya se ha comprobado, “los eventos de calcificación en pacientes portadores de sonda o bien de doble J”. En el vídeo que sigue a continuación, el Dr. explica hacia dónde se deberían dirigir las líneas de investigación en este tipo de pacientes.
Hasta ahora no había ningún tratamiento preventivo frente a las incrustaciones
Normalmente los urólogos usan los catéteres JJ cuando hay una obstrucción alta, una obstrucción a nivel del uréter o a nivel de la pelvis. También hay otra posibilidad terapéutica, como son los catéteres de nefrostomía, si bien los más utilizados son los doble J. Los pacientes que tienen mayor riesgo de complicaciones, en especial de calcificación, son aquellos que tienen un sustrato de infección urinaria añadido a la patología litiásica. Por la composición de la orina y la facilidad para la incrustación, “hay que tener muchísimo más cuidado” con respecto a estos sujetos, establece el Carlos Reina, coordinador de la Unidad de Endourología y Litiasis del Hospital Universitario Virgen de Valme (Sevilla). En aquellas “situaciones especiales” caracterizadas por una gran acumulación de calcio en la orina, “también hay que tener un especial cuidado” y vigilar “que estos catéteres no se calcifiquen”, remarca el Dr. Reina, a su vez participante como investigador en el ensayo.
Hasta el momento, no había ningún tratamiento preventivo frente a las incrustaciones en estos dispositivos. “Habitualmente se da un tratamiento sintomatológico para los síntomas que el catéter produce, pero no teníamos hasta ahora ninguna medida preventiva”, afirma Reina. “No teníamos ninguna constancia de que ningún tratamiento pudiera prevenir esta complicación y ahora, según el estudio que se ha presentado, la tenemos”, agrega. En el siguiente vídeo, el facultativo da una serie de pautas sobre el manejo clínico y quirúrgico de un catéter calcificado.
El Dr. Reina quiere “agradecer a la empresa que ha hecho posible este estudio” y su divulgación, “la empresa Devicare”.