Redacción Farmacosalud.com
Indudablemente, la inmunoterapia está de moda en el ámbito de la oncología médica. En el XVIII Simposio de Revisiones en Cáncer, celebrado recientemente, se ha comentado que los nuevos agentes inmunoterápicos están cambiando la historia natural de distintos tumores, como por ejemplo el melanoma y el cáncer de pulmón, al tiempo que ya están llegando estudios relativos a los cánceres de vejiga, riñón y colorrectal en los que la inmunoterapia juega un papel de gran calado. Pues bien. Según el doctor Carles Pericay, coordinador Oncológico de Tumores Gastrointestinales del Servicio de Oncología Médica del Hospital de Sabadell-Corporació Sanitària Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), “en estos momentos tenemos una nueva línea de tratamientos para el cáncer gástrico avanzado” que se centra en la inmunoterapia, de manera que “empezamos a disponer de resultados preliminares de pequeños estudios, con grandes expectativas”.
Otra de las importantes novedades terapéuticas para el tumor gástrico -o cáncer de estómago- es la aparición del fármaco ramucirumab. A pesar de que se configura como segunda línea de tratamiento, “en estos momentos hay estudios en periodo de reclutamiento en que se intenta demostrar la efectividad de ramucirumab en primera línea de tratamiento”, destaca Pericay. El cáncer gástrico tiene la particularidad de que acostumbra a detectarse en un estadio avanzado de la enfermedad, lo que reduce en gran medida las posibilidades de prolongar la supervivencia del paciente. El oncólogo considera que los “programas de cribado mediante gastroscopias programadas” permitirían “detectar estos tumores en estadios precoces en nuestra población y aumentar la supervivencia global de este tipo de pacientes”.
-La supervivencia a los cinco años de los pacientes diagnosticados de cáncer gástrico (o de estómago) sólo es del 26%. ¿Esta cifra tan baja se debe a que un 60% de los enfermos son diagnosticados ya en estadio avanzado (III o IV)?
Los datos de que disponemos en estos momentos están en función de los últimos datos publicados por grupos cooperativos como EUROCARE (EUROCARE-5) y REDECAN (Red Española de Registros de Cáncer), entre otros. Estos datos demuestran que la supervivencia global a los 5 años de los pacientes diagnosticados de un adenocarcinoma gástrico es de 24,1%. Pero cuando analizamos la supervivencia de los pacientes según el estadio al diagnóstico, vemos que en estadios iniciales es de más del 50%, mientras que en los estadios avanzados, que representan más de 2/3 de los pacientes de nuevo diagnóstico, es de alrededor del 30% en los estadios III y el 5% en los estadios IV.
-¿Qué medidas deberían tomarse para evitar que la detección sea tan tardía?
En países con una alta incidencia/prevalencia de tumores gástricos, como sería Japón, se realizan programas de cribado mediante gastroscopias programadas para la población. Este tipo de programas permitiría detectar estos tumores en estadios precoces en nuestra población y aumentar la supervivencia global de este tipo de pacientes.
-El cáncer gástrico es el quinto tipo de cáncer más frecuente en el mundo y la tercera causa de muerte por tumor. En 2012 se produjeron alrededor de un millón de nuevos casos en todo el mundo (de los cuales, 631.000 ocurrieron en hombres y 320.000 en mujeres) ¿Qué otros datos se conocen?
Más del 70% de los casos (677.000 casos) se producen en países desarrollados (456.000 en hombres, 221.000 en mujeres), y la mitad de los casos mundiales ocurren en Asia Oriental (principalmente China). Cuando se corrige la incidencia por la edad de diagnóstico, la proporción de tumores gástricos en hombres duplica la de las mujeres, siendo de 3,3 en África Occidental hasta 35,4 en Asia Oriental para los hombres, y desde 2,6 en África Occidental hasta 13,8 en Asia Oriental en las mujeres.
-¿A grandes rasgos, qué estrategias de tratamiento se contemplan en cáncer gástrico, tanto si se detecta en estadíos iniciales como en estadíos tardíos?
Cuando se detecta un adenocarcinoma gástrico en un estadio precoz, la cirugía radical (gastrectomía parcial o total, con linfadenectomía D2) es el tratamiento de elección. En los estadios localmente avanzados tenemos estudios que han demostrado que el tratamiento perioperatorio con quimioterapia es el que obtiene mejores resultados de supervivencia. Cuando el paciente presenta metástasis, el principal tratamiento es la quimioterapia.
-Recientemente se ha aprobado ramucirumab para tratar el adenocarcinoma gástrico avanzado y de la unión gastroesofágica. ¿Qué diferencias hay entre un adenocarcinoma gástrico avanzado y un cáncer de la unión gastroesofágica? ¿Tienen pronósticos diferentes?
El adenocarcinoma gástrico se clasifica en dos categorías según la localización de la enfermedad: la unión gastro-esofágica o cardias y el cuerpo y antro gástricos. No se conoce si el pronóstico de ambas localizaciones es el mismo o no. Actualmente, los tumores de la unión gastroesofágica representan el 27% del total de adenocarcinomas diagnosticados, con una proporción hombre/mujer de 5,3 vs 1,6 por 100.000 habitantes. Dentro del 73% de los adenocarcinomas de cuerpo y antro gástricos, la proporción hombre/mujer es de 12,1 vs 5,9 por 100.000 habitantes.
-¿Qué aporta ramucirumab en el abordaje terapéutico de estos tipos de tumores malignos? ¿Cómo actúa?
La angiogénesis, que es la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de vasos pre-existentes, constituye una función fisiológica de vital importancia para los tejidos en condiciones normales, pero tiene una importancia fundamental en el crecimiento y diseminación de los tumores. Ramucirumab es un anticuerpo IgG1 monoclonal humano. Es un antagonista del receptor VEGFR-2 que se une al dominio extracelular de este receptor bloqueando la unión de sus ligandos VEGF-A, VEGF-C y VEGF-D, y paralizando el envío de señales entre el tumor y los nuevos vasos para su crecimiento, con lo que el tumor se queda escaso de nutrientes y oxígeno y ralentiza su crecimiento.
Con los estudios REGARD y RAINBOW, ramucirumab aporta un tratamiento para la segunda línea de tratamiento del cáncer gástrico metastásico, ya sea en monoterapia o en combinación con paclitaxel, que permite aumentar la supervivencia de los pacientes tratados.
-Este fármaco se configura como segunda línea de tratamiento. ¿Podría llegar a convertirse en primera línea de tratamiento?
En estos momentos hay estudios en periodo de reclutamiento en que se intenta demostrar la efectividad de ramucirumab en primera línea de tratamiento. Pero deberemos esperar al final de los estudios para poder disponer de los datos de eficacia.
-¿Hay algún proyecto terapéutico -o sea, que esté en estudio o cerca de aprobarse- en relación al cáncer de estómago que quiera destacar por ser prometedor?
En estos momentos tenemos una nueva línea de tratamientos para el cáncer gástrico avanzado en la inmunoterapia. Empezamos a disponer de resultados preliminares de pequeños estudios, con grandes expectativas. Y ya hay en marcha estudios fase III que nos van a dar la verdadera respuesta de la eficacia de estos tratamientos de inmunoterapia.