Redacción Farmacosalud.com
La pandemia de COVID-19 ha alcanzado en septiembre un estado de baja infectividad caracterizado por la presencia de positivos con cargas virales bajas que son aparentemente eliminadas con rapidez. Tras reanudar la actividad del Programa COVID-LOT de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), se ha determinado la estabilización de los datos de infectividad en torno a los 800 casos por cada 100.000 habitantes detectados en 14 días, según se deduce del análisis sistemático de la comunidad universitaria que realiza este Programa. En el pasado mes de julio, cuando se alcanzó el pico más alto de infectividad, ésta alcanzó un valor superior a los 5.400 casos por 100.000. Hasta qué punto estas infecciones de baja intensidad y posible carácter muy transitorio pueden mantener la presencia de diferentes cepas virales en la población es algo que deberá investigarse.
Considerando que siguen apareciendo nuevas cepas del coronavirus SARS-CoV-2 (causante del COVID-19), y en la incertidumbre de que el estado actual de inmunidad siga protegiéndonos de todas ellas, se recomienda mantener la vigilancia en lo que se refiere a la adecuada ventilación de los espacios públicos y el uso de mascarillas en situaciones de alta densidad de ocupación de espacios cerrados.
Observatorio ANTICIPA-COVID19 de Infecciones Emergentes
Los datos sobre los contagios por COVID-19 obtenidos del seguimiento de la comunidad universitaria forman parte de la actividad del ‘Observatorio Complutense ANTICIPA-COVID19 de Infecciones Emergentes’, que periódicamente proporciona información sobre la evolución de la pandemia en España, con la vocación de contribuir a la difusión de los resultados de investigaciones en curso, en particular las relacionadas con la pandemia.
La infectividad se ha mantenido en las semanas prospectadas de septiembre en torno a 800-1.000 casos positivos a 14 días por cada 100.000. Destaca la presencia dentro de estos positivos de una proporción elevada (en torno al 60%) de positivos con una baja carga viral que desaparece en muy pocos días. Estos positivos podrían reflejar infecciones transitorias de baja intensidad y duración, que son rápidamente resueltas por personas con un nivel de protección inmunitario alto, consecuencia de vacunas e infecciones previas.
El Observatorio Complutense ANTICIPA-COVID19 de Infecciones Emergentes forma parte de una de las líneas de ANTICIPA-UCM, un proyecto de investigación dotado con 8,5 millones de euros, financiado por la Comunidad de Madrid y la Unión Europea a través del fondo europeo de desarrollo regional (FEDER), para encontrar herramientas contra la pandemia de COVID-19. Este observatorio aporta datos a tiempo real gracias al sistema COVID-LOT de prospección de infectividad viral que se ha venido desarrollando en la comunidad universitaria. Recientemente, al programa COVID-LOT se han incorporado también muestras tomadas de niños menores de 3 años y de sus educadoras en una escuela infantil, también con periodicidad semanal.
Vacunas de segunda generación
La incorporación de este novedoso grupo al proyecto obedece al interés por conocer la situación infecciosa en una población sin vacunar (los menores de 3 años) y en un entorno educativo donde se desconoce si el SARS-CoV-2 puede circular, al tiempo que puede proporcionar una eventual protección de la comunidad infantil y de sus educadoras basada en el conocimiento de la situación infectiva.
El proyecto ANTICIPA-UCM integra 42 grupos de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, 2 del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Y 2 Empresas de Base Tecnológica (EBTs). El objetivo del programa es desarrollar herramientas contra la pandemia de COVID-19 y su estructura está orientada a mostrar la capacidad de los investigadores para lograr sinergias productivas. Se espera que el proyecto ANTICIPA-UCM permita además desarrollar en un futuro cercano nuevas estructuras de análisis epidemiológico y de respuesta colectiva frente a esta y otras pandemias. La prevención y la investigación aplicada a la generación de herramientas de diagnóstico, fármacos y nuevos inmunógenos que puedan convertirse en vacunas de segunda generación y en sistemas de desinfección novedosos son los ejes de este proyecto, que perseguirá estrategias innovadoras en el ámbito de la medicina personalizada enfocada a la protección de la infección y de los síntomas graves de COVID-19.