Redacción Famacosalud.com
Guillermo Martín Melgar, farmacéutico comunitario y autor del blog ‘Farmacia Enfurecida’ y del libro ‘Esta farmacia es una cruz’, detecta a menudo influencers, blogueros y youtubers que, a pesar de carecer de preparación médico-sanitaria, dan consejos médicos sin base científica que pueden entrañar, obviamente, riesgos para la salud. Entre las imprudencias que ha descubierto el propio Martín Melgar, figura una especie de asesoramiento sanitario a través del 'privado' que conduce a una “incitación al consumo de medicamentos”, como aquellos que potencian “la borrachera (los que llevan codeína, que está de moda)… hay para elegir”.
Otro de los llamativos consejos de este peculiar top ten es aquel que propugna el uso de toallitas impregnadas de eritromicina (un antibiótico) como un cosmético más. Con ello, sostiene el farmacéutico, se está favoreciendo -aunque sin querer, claro- las bacterias multirresistentes a antibióticos y la aparición, además, de eventos adversos inesperados: “El problema es que piensan que esas toallitas son desmaquillantes o de limpieza facial. En realidad, son un medicamento (antibiótico, además) que puede tener efectos secundarios no deseados”.
Mayoría de chicas en blogs de moda y cosmética
Las recomendaciones estéticas provienen, mayoritariamente, de blogueras. ‘Desde las farmacias estamos viendo, y cada vez más, un aumento en la demanda de medicamentos prescritos por la bloguera de turno, la cual suele tener los conocimientos sanitarios justos para ponerse una tirita. Y de las que ya vienen cortadas’, señala Martín Melgar en su página web. “El perfil de usuario que suele hacer estas cosas es el de bloguero de moda. En ese mundillo (blogs de moda y cosmética), hay una gran mayoría de chicas; por ello, estos casos -protagonizados por blogueras- son mucho más frecuentes”, apunta el experto.
Hay personas que incluso dejan el tratamiento de sus hijos en manos de una encuesta de Instragram. Por ejemplo, ahí está el caso de un niño que tenía una tos algo persistente. “Lo correcto hubiera sido llevarlo a la farmacia o al médico si la cosa se complica, pero no dejar la salud de tu hijo en manos de una encuesta de Instagram. Hay que ser muy inconsciente para ello”, asevera sin tapujos el autor del libro ‘Esta farmacia es una cruz’.
La influencia del amimefuncionismo
Según Martín Melgar, esos influencers, blogueros y youtubers basan sus consejos sobre todo en el fenómeno del amimefuncionismo (‘a mí me funcionó’, o incluso ‘le funcionó a otra persona que ellos conocen’. “Lo único que tienen es su experiencia con estos productos (medicamentos). Desde luego, la mayoría no tienen ni de lejos una idea aproximada ni sanitaria de lo que están recomendando”, advierte.
Dicen que ‘rectificar es de sabios’. Bueno, pues según parece, aquí, de rectificaciones, pocas o ninguna. En este sentido, Martín Melgar lamenta que cuando los profesionales sanitarios advierten a esas personas del riesgo que entrañan algunos de sus consejos, los nuevos ‘guías’ digitales se burlen de los avisos o, simplemente los ignoren: “Por lo general hacen caso omiso, bloquean, insultan o se hacen las víctimas (nos llaman haters). Es una cosa que nunca he entendido: si decenas o centenares de sanitarios te dicen que estás haciendo algo mal, lo suyo es, como mínimo, replanteártelo. Nunca entenderé que se pongan a la defensiva o ataquen”.
“Cuando les pides receta se asustan”
En cuanto a los usuarios que piden un medicamento en farmacia por consejo del bloguero/a, influencer o youtuber de turno, por suerte suelen reaccionar sin agresividad cuando constatan que necesitan una receta para poder adquirirlo. “Cuando les pides receta se asustan (pocos se cabrean, la verdad) -revela el autor de ‘Farmacia Enfurecida’-. El problema viene del desconocimiento de que se trata de medicamentos… cuando se lo explicas, entonces se llevan una sorpresa”.
Martín Melgar sospecha que las autoridades sólo pondrán freno a todas estas conductas de riesgo cuando se produzca un percance para la salud que sacuda conciencias entre la opinión pública: “En el momento en el que ocurra algo ‘gordo’ nos acordaremos de estos días en los que los sanitarios estamos pidiendo más control sobre los contenidos. Por desgracia, hasta que no pasa algo grave, no se toman las medidas necesarias”.