Redacción Farmacosalud.com
El neurolupus es el conjunto de síndromes neurológicos y psiquiátricos que se presentan en pacientes con Lupus Eritematoso Sistémico (LES) y que son atribuibles a la enfermedad. En concreto, se estima que tiene una prevalencia del 4,3%, excluyendo los trastornos afectivos y de ansiedad, la cefalea y el deterioro cognitivo leve. Sin embargo, si se incluyen estas últimas manifestaciones, la cifra de complicaciones neurológicas puede ser muy variable y oscila entre el 12% al 95%, según el Dr. Javier Narváez García, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona).
Narváez explica que “si sólo se consideran las manifestaciones inequívocamente atribuibles al LES, de acuerdo con su incidencia acumulada se pueden clasificar en comunes como son la enfermedad cerebrovascular y convulsiones (5-15%); relativamente infrecuentes como el deterioro cognitivo severo, depresión mayor o afección del sistema nervioso periférico (1-5%), y raras como la psicosis, mielopatía, neuropatía craneal y meningitis aséptica (menos del 1%)”. En opinión de este experto, “la mayoría de las manifestaciones neuropsiquiátricas atribuibles al lupus (50-60%) aparecen en el debut o durante el primer año de la enfermedad, y el resto en el curso de un brote de actividad generalizada”.
Complicaciones difíciles de diagnosticar
Se han establecido 19 síndromes neuropsiquiátricos relacionados con el lupus, de los cuales 12 corresponden a la afección del sistema nervioso central (enfermedad cerebrovascular, convulsiones, mielopatía, meningitis aséptica, trastornos del movimiento como la corea, síndrome desmielinizante, disfunción/deterioro cognitivo, psicosis, síndrome confusional agudo, cefalea, trastorno de ansiedad y trastornos afectivos). Y otros 7 síndromes que se relacionan con la afección del sistema nervioso periférico (neuropatía craneal, mononeuropatía, miastenia gravis, plexopatía, neuropatía autonómica, polirradiculopatía inflamatoria desmielinizante aguda y polineuropatía), han apuntado fuentes de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la compañía GSK.
Este tipo de complicaciones son difíciles de diagnosticar. “El diagnóstico de neurolupus se lleva a cabo mediante un proceso de exclusión, puesto que siempre se ha de descartar infección, trastornos metabólicos y hormonales, efecto adverso farmacológico u otra enfermedad coincidente y diferente del LES que pueda justificar los síntomas”, precisa Narváez. Las manifestaciones neuropsiquiátricas condicionan un deterioro importante de la calidad de vida de los pacientes, fundamentalmente por el desarrollo de secuelas (frecuentes en la enfermedad cerebrovascular o en las neuropatías), epilepsia recidivante, deterioro cognitivo, o evolución a un trastorno psicótico crónico leve en un 20% de los episodios de psicosis aguda.
La terapia biológica ha demostrado eficacia y seguridad
Actualmente existe un fármaco biológico -belimumab- que está autorizado para el tratamiento del Lupus Eritematoso Sistémico y que ha demostrado su eficacia y seguridad en ensayos clínicos de gran rigor metodológico para tratar esta enfermedad. Además, “afortunadamente se están investigando nuevas terapias frente a esta enfermedad autoinmune tan compleja y tan difícil de evaluar”, explica el Dr. José María Pego Reigosa, reumatólogo del Complejo Universitario de Vigo (Pontevedra). A su juicio, “esto no es fácil pues se está viendo con frecuencia cómo algunas terapias biológicas tienen que ver interrumpidos sus ensayos, en distintas fases de desarrollo, por falta de eficacia”. “Sin embargo, -añade el especialista- se siguen diseñando ensayos clínicos con nuevas moléculas dirigidas a dianas terapéuticas diferentes, y la industria farmacéutica sigue comprometida en la investigación de nuevas terapias biológicas para el tratamiento de esta enfermedad que se estima afecta a casi 1 de cada 1.000 personas en España”.
La compañía GSK ha anunciado resultados del ensayo clínico pivotal fase III BLISS-SC en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) activo. Estos resultados, que se han presentado en la Reunión Anual del American College of Rheumatology/ Association for Rheumatology Health Professionals, muestran que Benlysta® (belimumab) 200 mg administrado de forma semanal por vía subcutánea más terapia estándar (TE) muestra una reducción significativamente mayor en la actividad de la enfermedad que placebo más TE. En lo que respecta a la variable principal de eficacia (índice de respuesta de lupus eritematoso sistémico (SRI, por sus siglas en inglés) en la semana 52), un número significativamente mayor de pacientes tratados con belimumab administrado por vía subcutánea más TE (60,8%) mostraron reducción en la actividad de la enfermedad en comparación con placebo más TE (48,47%, p=0,0011).
Ecografía clínica: técnica diagnóstica rápida y precisa
El lupus erimatoso sistémico forma parte de las denominadas enfermedades autoinmunes sistémicas (como la esclerodermia, vasculitis, etc.) Las enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS) se caracterizan por ser poco conocidas y muy heterogéneas, afectando la mayoría de las veces a mujeres jóvenes en edad fértil. La prevalencia real de estas enfermedades no se conoce con exactitud, por lo que es muy importante la creación de registros y mecanismos que ayuden a conseguir un diagnóstico más rápido y preciso, siendo la ecografía clínica uno de los más importantes, han informado desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
“Disponer de un ecógrafo en las consultas de enfermedades autoinmunes nos va a permitir ser más precisos en los diagnósticos, para así poder elegir los mejores tratamientos, además de identificar de forma precoz inflamación articular, distinguir entre una trombosis venosa de una infección de la piel o descartar diversas causas de fiebre”, apunta el doctor Lucio Pallarés, coordinador del Grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de la SEMI. En lo que se refiere al seguimiento, la ecografía clínica permite estudiar el crecimiento de las glándulas salivales o del tiroides, el funcionamiento del corazón o la afectación pulmonar frecuente en estas patologías. “Es tal su importancia para tratar estas enfermedades que podría acabar sustituyendo a otras exploraciones, como la tomografía conocida como TAC, evitando el riesgo de radiación y sus consecuencias para el paciente, al tratarse de una técnica inocua, reproducible y fiable”, advierte el especialista.
Por su parte, la ecografía Doppler carotídea también ofrece ventajas para el diagnóstico de las enfermedades autoinmunes sistémicas, ya que permite detectar precozmente la enfermedad ateromatosa. “Esta prueba se realiza en la propia consulta, incidiendo así tanto en las medidas de los hábitos de vida como en las farmacológicas para prevenir las complicaciones cardiovasculares en las enfermedades autoinmunes sistémicas”, asegura Pallarés.