Redacción Farmacosalud.com
Con motivo del Día Internacional de Hígado Graso -12 de junio-, la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) alerta sobre la creciente prevalencia y mortalidad en España de esta enfermedad hepática, que empieza a manifestarse además a edades cada vez más tempranas, estimándose que afecta a hasta el 10-15% de los menores de 16 años, cuando hace una década era una afección que sólo sufrían los adultos. Hoy en día la realidad es muy diferente, tanto, que hasta el 40% de los niños con sobrepeso u obesidad padecen Hígado Graso.
Sin embargo, al mismo tiempo, los hepatólogos han querido lanzar un mensaje de optimismo sobre la posibilidad de revertir esta tendencia con una estrategia basada en la anticipación. “Si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes, y eso significa básicamente que no podemos conformarnos con diagnosticar y tratar pacientes avanzados, sino que debemos identificar a los pacientes que aún no han desarrollado fibrosis o la presentan en estadios iniciales”, explica el presidente de la AEEH, el Dr. Rafael Bañares.

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Incorporación del FIB4
Para ello, esta sociedad científica propone en su Plan de Salud Hepática Reto 2030 la valoración del hígado graso como un factor más de riesgo cardiovascular y el desarrollo en Atención Primaria de una estrategia de detección precoz dirigida a todas las personas aquejadas de obesidad, diabetes, hipertensión y dislipemia. En concreto, recomiendan la incorporación del FIB4 (un sencillo marcador de fibrosis hepática basado en la edad, los niveles de transaminasas y el recuento de plaquetas) en las analíticas rutinarias de estos pacientes, y la realización posterior de una elastografía de transición o fibroscan (técnica no invasiva basada en ultrasonidos que permite evaluar la acumulación de grasa y fibrosis en el hígado) a todos los pacientes que arrojen resultados positivos en el marcador anterior.
Con este sencillo proceso de detección en dos pasos, los hepatólogos estiman que se daría un salto cualitativo en el diagnóstico temprano de la Esteatosis Hepática Metabólica, algo que es muy necesario, pues el problema de esta enfermedad es que no suele manifestar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando puede evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado. En cambio, la detección temprana, y muy especialmente en niños y jóvenes, permitiría un cambio relevante en las expectativas de evolución de la patología, ya que una modificación de las pautas en la dieta y la actividad física en estos enfermos permite revertir el hígado graso en más del 80% de los casos.
Resmetiron
Al optimismo de los hepatólogos sobre la posibilidad de modificar esta historia natural inducen también las nuevas posibilidades terapéuticas que se abren con el fármaco Resmetiron, ya autorizado en Estados Unidos y que se espera pueda ser aprobado en Europa en los próximos meses, medicamento que se ha mostrado eficaz para disminuir la inflamación y la fibrosis hepática. Asimismo, los hepatólogos esperan también poder incorporar al arsenal terapéutico para la Esteatosis Hepática Metabólica los agonistas del receptor GLP1, fármacos ahora indicados para diabetes y obesidad y que en ensayos clínicos recientes han mostrado su eficacia para disminuir la fibrosis del hígado.
Este horizonte de esperanza no debe ocultar, sin embargo, que en estos momentos la evolución de la enfermedad en España arroja datos muy preocupantes. Se estima que el hígado graso afecta a más de 10 millones de españoles, de los que dos millones presentarían inflamación del hígado y 400.0000 cirrosis. Asimismo, la previsión, en el momento actual, es que la mortalidad atribuida al hígado graso se duplique en España en el próximo lustro, acercándose a las 7.600 muertes en 2030.

Dr. Rafael Bañares Cañizares
Fuente: AEEH / Euromedia Grupo (IMAGEN DE ARCHIVO)
De ahí que, junto a la anticipación y las nuevas posibilidades terapéuticas, los hepatólogos incidan en la prevención como el tercer pilar fundamental en una estrategia de país frente al hígado graso. “Es necesario cambiar los hábitos de consumo y los estilos de vida que están detrás de la obesidad y la diabetes, y ese es un reto transversal que implica no sólo a la Sanidad Pública, sino también a todas las instituciones, especialmente las educativas, así como a las familias y a los medios de comunicación”, afirma el Dr. Bañares.
Acceso remoto a tratamientos especializados para el sobrepeso
En otro orden de cosas, la firma GFT ha acompañado a la compañía Sanitas en la creación de Drop, una unidad digital pionera para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad. Diseñada pensando en las necesidades reales de pacientes y profesionales sanitarios, Drop facilita el acceso remoto a especialistas en endocrinología, nutrición, psicología y entrenamiento personal, apoyándose en tecnología de vanguardia.
El informe World Obesity Atlas 2025, publicado en marzo de 2025, indica que para 2030 se estima que cerca de 19 millones de adultos españoles tendrán sobrepeso, y 5,3 millones vivirán con obesidad. Además, el 18,6% de los niños españoles de 5 a 9 años, y el 11,6% de los de 10 a 19, serán obesos, con un incremento anual de la obesidad infantil del 2,5% durante la próxima década.
Drop se configura como una unidad digital que ofrece un abordaje integral y personalizado del exceso severo de peso, facilitando el acceso remoto a tratamientos especializados. Desde el inicio del proyecto, GFT participó en la definición de requisitos, el diseño de la solución y su posterior implementación, creando una aplicación móvil que garantiza para el usuario una experiencia ágil y accesible, con una integración eficaz con los sistemas internos de Sanitas.
Tirzepatida muestra pérdidas de peso superiores

Fuente: GFT / Atrevia
Por otro lado, la compañía Lilly anuncia los resultados detallados de SURMOUNT-5, un ensayo clínico abierto de fase 3b, que evalúa la seguridad y eficacia de tirzepatida (Mounjaro®), un agonista dual de los receptores GIP y GLP-1, en comparación con semaglutida (Wegovy®), un mono-agonista del receptor GLP-1, en adultos que viven con obesidad o sobrepeso con al menos un problema médico relacionado con el peso y sin diabetes. A las 72 semanas, tirzepatida cumplió con el objetivo primario y los cinco objetivos secundarios clave, lo que demuestra superioridad en comparación con semaglutida en todo el estudio, informa Lilly.
Los resultados detallados se han presentado en el 32º Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO) y se han publicado simultáneamente en ‘The New England Journal of Medicine’. Para el objetivo primario, los participantes tratados con tirzepatida lograron una reducción de peso promedio del 20,2% en comparación con el 13,7% con semaglutida a las 72 semanas utilizando la estimación del régimen de tratamiento, una pérdida ponderal relativa un 47% mayor. Los participantes que usaron tirzepatida perdieron un promedio de 22,8 kg, mientras que los participantes que usaron semaglutida perdieron un promedio de 15 kg.