Redacción Farmacosalud.com
Un grupo constituido en el seno de la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS) ha identificado 10 medidas clave que urge desarrollar para acelerar de forma óptima el proceso de transformación y evolución digital del sistema sanitario español. Para los expertos del grupo, la evolución digital del Sistema Nacional de Salud (SNS) debe estar precedida de un rediseño organizativo, en tanto que el modelo actual no resulta lo suficientemente válido como para mejorar los niveles de salud y calidad de vida y la experiencia del enfermo, por poner dos ejemplos. El Dr. Julián Pérez Villacastín, patrono de IMAS y presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), considera que el primer paso que hay que dar para poder empezar a transformar el SNS pasa por alcanzar “un acuerdo político entre los responsables sanitarios y aceptar que el rediseño organizativo de nuestro Sistema Nacional de Salud es vital para su supervivencia. Y le diré incluso los siguientes pasos: el segundo, diseñar su horizonte contando con los profesionales y los ciudadanos / pacientes, los cuales habitualmente han estado marginados en la toma de decisiones en política sanitaria”.
“Y el tercero -añade Pérez Villacastín en declaraciones a www.farmacosalud.com-, enfocar el sistema hacia la mejora y preservación de la salud, centrando la atención en el paciente y midiendo los resultados de la asistencia sanitaria. El proceso de digitalización puede contribuir de forma relevante al logro de estos objetivos”.
El nuevo decálogo, creado a partir de criterios de calidad, eficiencia, innovación, equidad e igualdad con el fin de reducir la ‘brecha digital’ en Sanidad, ha sido elaborado por especialistas de perfiles profesionales diversos: miembros de la Fundación IMAS, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN), la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y expertos independientes del ámbito sanitario y empresarial.
“Para hacer una transformación digital, la tecnología es necesaria pero no suficiente; se requieren cambios fundamentales en la organización liderados por profesionales sanitarios, incluyendo la perspectiva de los pacientes y apoyados por expertos en procesos de transformación no necesariamente clínicos”, indica Ignacio Ayerdi, patrono de la Fundación IMAS.
10 principios transformadores
Tanto profesionales sanitarios como usuarios de la sanidad han coincidido en que resulta apremiante acelerar de forma adecuada y óptima la digitalización del sistema sanitario español teniendo en cuenta los siguientes 10 principios transformadores:
1. El foco debe ponerse en la salud, tomando en consideración todos sus determinantes: biología (genética), estilo de vida, medioambiente y asistencia sanitaria; hay que saber que todos los determinantes de la salud están influidos por los determinantes sociales.
2. La digitalización del sistema sanitario debe estar al servicio de un cuádruple objetivo: mejorar los niveles de salud y calidad de vida (1), la experiencia del paciente (2), la experiencia del profesional (3) y aumentar la eficiencia del sistema en la utilización de los recursos (4). La evolución digital del sistema sanitario debe contribuir a la transición hacia una economía verde.
3. La evolución digital del Sistema Nacional de Salud debe estar precedida de su rediseño organizativo. El modelo actual no responde suficientemente al cuádruple objetivo. Digitalizar para hacer lo mismo llevará a obtener los mismos resultados. Hay que apostar por la reingeniería de procesos sobre el paciente, con el desarrollo de nuevos servicios de salud digital y refuerzo de capacidades del SNS.
4. Se debe implantar la cultura de medir resultados en salud orientados hacia la población. Los sistemas de salud deben desarrollar instituciones para la adopción temprana de la innovación con capacidad de introducir cambios en el sistema basados en la evidencia.
5. La transformación de los sistemas de información debe buscar el establecimiento de una Historia de Salud Digital (HSD) única, que cubra la atención a la salud del ciudadano a lo largo de toda su vida, basada en la Identidad Digital Única promovida por el Parlamento Europeo, interoperable entre los distintos Sistemas Regionales de Salud y con los distintos operadores privados, aspirando incluso a ser interoperable con el resto de la Unión Europea (UE).
6. Los pacientes, ciudadanos y profesionales deben ser involucrados en el codiseño de proyectos de transformación digital, identificando cómo mejorar la experiencia, calidad y eficiencia de los profesionales, maximizando el retorno del valor de la tecnología, automatizando tareas, estandarizando procesos e integrando las herramientas digitales en los flujos de trabajo. Se debe facilitar la corresponsabilidad y la experiencia del enfermo, ofreciéndole herramientas que faciliten la implicación en la gestión activa de su estado de salud.
7. La evolución digital del Sistema Nacional de Salud debe promover la implicación de los profesionales en la organización y gestión de la asistencia sanitaria (gestión clínica). La responsabilidad de mantener el foco de todos los procesos en el individuo debe recaer en los gestores clínicos correspondientes. Se deben difundir las experiencias de éxito (small steps big wins) y deben promoverse las iniciativas de abajo a arriba.
8. La evolución digital del sistema debe permitir una estrategia de salud poblacional eficaz. Se debe garantizar la equidad y atender a la 'brecha digital’.
9. Los sistemas de salud deben colaborar con agentes interesados de todos los sectores para revisar la regulación y nivel de conformidad de las nuevas tecnologías de salud digital, incluyendo guías y formación en ciberseguridad, privacidad de datos y sistemas de aprendizaje automático, procedentes de otros sistemas de salud internacionales.
10. La digitalización del sistema sanitario debe incorporar el concepto de gobernanza de la OMS (Organización Mundial de la Salud): un enfoque de todo el gobierno y de toda la sociedad.
Decálogo del ‘no hacer’
El grupo de expertos ha identificado, asimismo, 10 recomendaciones de ‘no hacer’ en el proceso de digitalización del sistema sanitario español:
1. Poner el foco en gastar los recursos de los fondos de la UE para la digitalización del sistema sanitario. Los recursos se emplearán igual si se alinean con los objetivos de mejora y el resultado será una mayor calidad, sostenibilidad y solvencia del sistema. Esta es la diferencia entre gastar e invertir.
2. Pensar que la digitalización resuelve los problemas de gestión del Sistema Nacional de Salud (falta de continuidad asistencial, listas de espera, falta de datos confiables para medir resultados, desigualdades en la calidad de la asistencia recibida, variabilidad inapropiada de la práctica clínica...). Sin una previa aproximación a la resolución de estos problemas desde la perspectiva organizativa y de gestión, éstos persistirán, aunque entonces estén digitalizados.
3. Invertir mucho en dispositivos y programas y poco en estandarización, interoperabilidad, seguridad y usabilidad para pacientes y clínicos. La inversión en tecnología no es el objetivo, es simplemente el medio, el habilitador, pero no el fin.
4. Diseñar e implementar la digitalización del sistema sin la involucración de pacientes y profesionales o, en otras palabras, desconociendo el sistema y sus problemas. Conocimiento que no aporta la sola perspectiva de los técnicos en IT (tecnología informática).
5. Consolidar e incluso reforzar la fragmentación del sistema sanitario entre sanidad pública y privada; entre los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas y los del Estado, incluyendo las otras formas de cobertura sanitaria pública; entre hospitales y entre éstos y la Atención Primaria, promoviendo por Comunidades Autónomas o centros sanitarios el desarrollo de soluciones ad hoc. “Estoy seguro de que, si colocamos al paciente en el centro de la atención, mejorará la coordinación y cohesión interterritorial del sistema sanitario, como hacemos los profesionales sanitarios, quienes trabajamos conjuntamente en equipos multidisciplinares para mejorar la asistencia prestada. Creemos que es bueno que las autonomías cuiden de sus ciudadanos porque ven los problemas más de cerca. Pero esto no debe limitar la equidad interterritorial ni la mejor atención sanitaria posible para cada ciudadano. Y si para ello se debe trascender una barrera localista o público-privada, son los ciudadanos los que lo deben decidir”, argumenta Pérez Villacastín.
6. Digitalizar sin invertir en el desarrollo de competencias digitales de los profesionales.
7. Digitalizar sin formar a los pacientes en el uso de herramientas digitales para su autocuidado y sin prever soluciones para afrontar la ‘brecha digital’. A este respecto, el Dr. Pérez Villacastín aclara que esa capacitación tecnológica debe ir dirigida a todo tipo de usuarios de la sanidad, con independencia de su edad (se supone que las personas de edad avanzada tienen más dificultades a la hora de manejar las nuevas tecnologías). “Aunque probablemente la ‘brecha digital’ afecte más a las personas mayores, también incide en grupos de población más desfavorecidos y del ámbito rural. Estamos convencidos de la importancia de implicar a las personas en el cuidado de su salud, así como de darles la formación necesaria para que puedan utilizar herramientas digitales que les permitan cuidarse mejor e interrelacionarse con el sistema sanitario. Esta formación debería darse en todo el continuo asistencial e incluso debería ampliarse a toda la población general como parte de su educación en salud. Los profesionales sanitarios -especialmente los de Enfermería- y los pacientes (por ejemplo, el ‘paciente experto’) deberían participar activamente en la realización de esta formación.
8. Digitalizar sin rediseñar los procesos asistenciales, y sin incorporar a ellos las ventajas que puede aportar la digitalización.
9. Potenciar la explotación del Big Data sanitario y el uso de Inteligencia Artificial sobre datos no estructurados y cuya calidad no esté contrastada.
10. Desarrollar un proceso de digitalización jerárquico, piramidal (Top to down).