Redacción Farmacosalud.com
Ya era hora… pensarán los afectados de halitosis (fetidez del aliento) cuando sepan que ya existe un equipo médico que atiende de manera especializada el problema de su mal aliento. Y es que el Centro Médico Teknon (Barcelona), del grupo Quirónsalud, ha incorporado la denominada Unidad de Halitosis Hospitalaria, un servicio que por sus características y prestaciones es pionero en Europa. El doctor Jonas Nunes, doctorado en Halitosis y director de dicha Unidad y del Instituto del Aliento, relata que se decidió crear el nuevo servicio al evidenciarse el vacío que existía a la hora de atender a este tipo de pacientes: “Tomamos una decisión de comprometernos cuando empezamos a apreciar el sufrimiento elevado (sobre todo psicosocial) que afectaba a todos aquellos que padecían este problema y que, mientras buscaban solución, sentían que la Medicina se había olvidado de ellos. Esa decisión significó apostar por tecnología punta compleja y onerosa, trabajar arduamente a lo largo de ocho años probando protocolos clínicos a través de ensayos clínicos multicéntricos en España y Portugal (Instituto del Aliento y la Universidad de Sevilla), lidiar con trastornos obsesivo-compulsivos relacionados, integrar información escasa, dispersa (y en muchos casos sesgada) presente en la literatura científica, ordenar pautas y un equipo multidisciplinar de forma eficiente, y finalmente, atrevernos a abrir puertas ilusionando a un grupo de personas que ya había visitado previamente a varios profesionales de la salud, sin éxito”.
“No teníamos una institución o equipo médico de referencia con quien aprender -refiere el galeno en declaraciones a www.farmacosalud.com-. Realmente, no fue un camino fácil. Para llegar hasta donde hemos llegado, tuvimos que implicarnos no sólo a nivel profesional sino también en el ámbito personal. A día de hoy estamos muy contentos porque el conocimiento aprehendido ha resultado en una dinámica de trabajo cómoda y eficaz. Fue en este punto cuando el doctor Jordi Coromina, yo, y la dirección del Centro Médico Teknon decidimos abrir las puertas ya organizados como Unidad Hospitalaria de Halitosis, de forma que también pudiéramos ofrecer a los compañeros médicos una ayuda y un lugar de referencia y confianza para el tratamiento de los pacientes más complejos”.
Se calcula que más del 25% de la población padece halitosis, informan desde el grupo Quirónsalud. Las personas con mal aliento se encuentran en una derivación constante por parte de los profesionales de la salud, quienes tratan de hallarles una solución para un problema que tiene un gran impacto en la calidad de vida. La creación del nuevo equipo multidisciplinar (gastroenterología, otorrinolaringología, medicina interna, etc.) del Centro Médico Teknon, que integra en una sola unidad el estudio y tratamiento más completo de la halitosis, puede suponer el principio del fin de este peregrinaje médico. La Unidad está encabezada por Nunes y el doctor Jordi Coromina, director de otorrinolaringología en Teknon.
En casos especiales se trabaja para lograr un diagnóstico etiológico en tan sólo 24 horas
El nuevo equipo identifica con rapidez si la halitosis es consecuencia de una mala higiene bucal o bien obedece a otras causas. La obtención del diagnóstico etiológico -tal y como está establecido- es un proceso que actualmente lleva una semana (en casos especiales, como el de los pacientes internacionales, se trabaja para lograrse en tan sólo 24 horas). En la primera consulta se recogen varias muestras biológicas para bioquímicas salivares, PCR cuantitativa bacteriana, y la más importante, la del aliento. “A todos los pacientes les aplicamos escalas psicológicas previamente al inicio del tratamiento y al final del mismo. Adicionalmente, variando con la sintomatología presente, les pueden ser realizadas otras pruebas diagnósticas (en este caso nos beneficiamos bastante de la tecnología existente en el Servicio de Diagnóstico por Imagen aquí, en Teknon). A la semana, una vez integrada toda la información (sobre todo la que obtenemos en laboratorio relacionada con los compuestos volátiles), alcanzamos el diagnóstico etiológico, y son asignados al paciente los profesionales y el protocolo de tratamiento y de mantenimiento correspondientes”, precisa el doctor Nunes.
La Unidad del Aliento dispone del biosniffing -la ‘nariz electrónica’- y la cromatografía de gases, métodos de análisis que permiten la separación de gases de una muestra de aire por adsorción selectiva. Son tecnologías que permiten estudiar una muestra de aire y que, a día de hoy, se aplican más comúnmente en el estudio de la calidad del aire y polución, eficacia desodorante de productos cosméticos, análisis de toxicidad gaseosa y deterioración de productos o conservación de alimentos, entre otros usos.
Los cromatógrafos gaseosos, cuando están asociados a un espectrómetro de masa, permiten separar e identificar todos los compuestos volátiles o gases presentes en una muestra de aire. Se puede también medir su concentración (en partes por millón, billón, trillón, etc.). Según el especialista, “las ‘narices electrónicas’ van aún más allá. La adsorción selectiva permite separar cada gas existente, ordenándolo en una columna y expelerlo uno a uno permitiendo al observador percibir si posee olor y cuáles son sus características. En el aliento humano pueden existir hasta 3.000 gases, pero no todos poseen olor (es decir, una estructura físico-química que permita que nuestros receptores olfativos puedan percibirlo y caracterizarlo)”.
Sin tratamiento efectivo en casos muy extremos (enfermos terminales, por ej.)
Así pues, estos aparatos de estudio molecular permiten identificar cualquier gas presente en el aliento humano, con el fin de poder elegir el tratamiento adecuado para cada caso. Ahora bien… ¿Existen tratamientos efectivos para todo tipo de halitosis? Nunes contesta lo siguiente: “En general, dentro del contexto de los pacientes que visitan nuestra unidad hospitalaria, sí. Teniendo en cuenta todas las posibles causas, no siempre. Es decir, en nuestra unidad estamos hablando de pacientes que padecen el problema desde hace tiempo y en los que su estado de salud no está gravemente afectado. Las pautas que desarrollamos son bastante efectivas: una tasa de éxito del 97% que está respaldada por expertos externos e instituciones académicas independientes (del Reino Unido e Italia)”.
La excepción que confirma la regla conduce hasta aquellos casos en que la halitosis es una señal o síntoma de una patología más grave. “Y realmente hay ciertas condiciones médicas que la pueden desencadenar y que, en casos concretos, no tienen solución (por ejemplo, pacientes en estado terminal con cáncer de pulmón, cirrosis hepática, etc.). Por supuesto, son situaciones en las que ya hay un diagnóstico con un nexo de causalidad muy evidente y, por motivos obvios, no son pacientes que nos visitan en el contexto de nuestra unidad”, remarca.
El éxito absoluto de la terapia se mide bajo tres criterios básicos
Hasta la fecha, Nunes ha tratado a más de 9.000 pacientes de más de 90 países con una enorme tasa de éxito -como se ha señalado anteriormente, altísima, del 97%- mediante el protocolo HCP Arthyaga, basado en la multidisciplinaridad del tratamiento de la halitosis. “Siempre estamos aprendiendo y en evolución, pero la casi totalidad de las causas (del mal aliento) que nos aparecen las tenemos desenmascaradas. El 97% representa casos en los que se logró un éxito absoluto bajo tres criterios obligatorios: gases con mala olor presentes en el aliento por debajo de la raya de la percepción humana, un amigo/familiar que vea al paciente frecuentemente y que confirme la ausencia permanente del mal aliento, y que el paciente tratado crea y viva como si no tuviera mal aliento”, detalla el doctor Nunes.
“Esto significa que, en relación a ese 3% restante, están incluidos casos de halitofóbicos (cumplen los primeros dos criterios, pero no el tercero; no lo consideramos éxito porque aún existe un problema por solucionar, aunque no físico/biológico), aquellos casos que mejoran bastante pero en los que, sin embargo, aún existe un poco de mal olor que es percibido (se observó una mejoría parcial), y aquellos casos en los que no se observó mejoría. Además, hay que contar que, aunque obtengamos el diagnóstico etiológico, no siempre la respuesta biológica a los tratamientos es la esperada. Por ejemplo, la dificultad de tratar un paciente con Síndrome de Sjögren muy severo que presenta mal aliento por hiposalivación severa. Como estamos recibiendo pacientes de varias partes del mundo, existen casos en los que encontramos cierta dificultad para definir el diagnóstico, si bien es cierto que estas situaciones están cada vez menos presentes porque nuestro muestreo aumenta día a día, permitiéndonos aprender de ello”, comenta el facultativo.
Amigdalitis crónica caseosa: un trastorno “exageradamente” autopercibido
Por cierto, el doctor Coromina es pionero en Europa en la aplicación de láser para la eliminación del caseum en las amígdalas. El caseum son unas ‘bolitas blancas’ que se originan por la descomposición de los alimentos y que algunas veces pasan a llenar unos pequeños agujeros (criptas) que muchas personas tienen en las amígdalas. Mediante la aplicación del láser se eliminan todas las capas superficiales y medias de las amígdalas, y así desaparecen todas las criptas y todo el caseum. Según datos de un estudio multicéntrico realizado por el Instituto del Aliento (que será publicado en breve), ese trastorno es la cuarta causa más frecuente de mal aliento entre aquellos pacientes que buscan ayuda médica en España.
“El mal aliento resultante del caseum es un mal olor que, en ciertos casos, puede ocupar fácilmente toda una habitación, percibiéndose en el aire espirado por la nariz, aunque el paciente esté con la boca cerrada. Lo curioso de esta causa de mal aliento es que, mientras que en muchas de las principales causas de halitosis es muy frecuente que el paciente no tenga autopercepción de que padece mal aliento (y por eso no pide ayuda si nadie le informa), la amigdalitis crónica caseosa es, diría incluso, exageradamente autopercibida. Es decir, uno nota claramente que hay un mal olor muy intenso y persistente, que se vuelve aún más notorio para el paciente cuando la amígdala expele uno de esos tonsilolitos. Esto significa que, en los casos más leves, es posible que el paciente se sienta incomprendido, ya que nadie más corrobora su tesis de que tiene mal aliento, aunque él lo perciba como un hecho. Ese factor de perturbación constante, cuando coinciden ciertas condiciones, puede predisponer a una halitofobia”, explica el doctor Nunes.
“La eliminación de las criptas con láser realizada con maestría por el doctor Jordi Coromina es, sin duda, una técnica muy apreciada por los pacientes de nuestra unidad, ya que es más conservadora que la técnica convencional y les soluciona un problema cuya componente psicológica es más relevante que la biológica”, indica Nunes.