Redacción Farmacosalud.com
La Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina ha manifestado en reiteradas ocasiones su creciente preocupación por el déficit de profesorado en la docencia del Grado de Medicina. Según el informe de la Conferencia titulado Estudio de la vida media académica del profesorado permanente con docencia en el grado de medicina. Estimación de las necesidades de profesorado, ‘en los últimos años se ha producido una disminución muy significativa del número de profesores permanentes, particularmente el de profesores vinculados a los centros sanitarios’. A este respecto, el Dr. Antoni Trilla, vocal de la Junta del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB) [Colegio de Médicos] y decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona (UB), comenta que “la enseñanza de la Medicina presenta algunas características diferenciales con las de otros grados: notablemente, la necesidad de disponer de profesores vinculados a instituciones sanitarias y, por otra parte, la gran cantidad de enseñanza práctica que comporta aprender ‘el oficio de médico’. De entrada, faltan muchos profesores, se incorporan como profesores permanentes muy tarde (por ejemplo, a los 56 años de media para los profesores vinculados), su vida media académica es corta y además va en descenso".
"Mi opinión: este es un grave problema que exige una visión amplia, inteligente y pragmática e inversiones decididas para poder solucionarlo”.
De acuerdo con el nuevo documento, ‘se ha generado una situación tan preocupante que consideramos que la formación de los futuros médicos se encuentra en una situación crítica. De no tomarse medidas urgentes, la calidad de esa formación no está asegurada’. A juicio de Trilla, todo ello significa que la calidad de la medicina española, en general, podría bajar y repercutir negativamente en los pacientes: “sin duda. Los mejores profesionales asistenciales tienen que ser también los mejores profesores. La medicina es una combinación de experiencia, ciencia y criterio. Si no hay suficientes docentes y, especialmente, si éstos, en determinadas áreas de conocimiento, no tienen experiencia asistencial relevante ni contacto con la realidad, la calidad se verá comprometida”.
“Enseñar forma parte de nuestro código deontológico”
‘La estimación de las necesidades de profesorado muestra que, además de tener una vida académica corta, existe un déficit muy significativo de docentes, más aún considerando que participan en la docencia de otros títulos de la Rama de Ciencias de la Salud’, según reza el informe. El Dr. Trilla considera que existen varias medidas que ayudarían a dilatar la vida académica de los profesores de Medicina, como sería por ejemplo contemplar la adopción de una estrategia que “incluyera una revisión del proceso de acreditación docente por ANECA (en Catalunya, también por parte de AQU) del profesorado clínico vinculado”.
“No es razonable exigir un conjunto de criterios de investigación que dejan fuera de la carrera académica a buena parte de médicos asistenciales de gran valía y prestigio. Además, los profesionales deberían poder incorporarse a los cuerpos docentes mucho antes. En resumen: es necesario revisar los criterios de acreditación para plazas vinculadas, ofertar las plazas necesarias y promocionar la actividad docente entre los médicos asistenciales. Enseñar forma parte de nuestro código deontológico”, apunta el vocal de la Junta del COMB.
“Sin tratar con pacientes, resulta difícil aprender bien el oficio de médico”
Asimismo, el nuevo documento sostiene que, ‘actualmente, el déficit estimado para las universidades públicas del conjunto del profesorado permanente y ayudante doctor ascendería a 2.654 vinculados y 1.163 no vinculados para tener una relación estudiante/profesor similar a la Rama de Ciencias’. O sea, cerca de 4.000 plazas de déficit de docentes de Medicina… “Si no hay cambios radicales, en la línea de lo propuesto, me temo que no será posible, ni de lejos, cubrir esta necesidad” de cobertura de plazas, advierte el Dr. Trilla.
“Debería revisarse también la normativa actual que regula el número máximo de alumnos y personal en formación que puede tener contacto con los pacientes en un momento determinado. Es obvio que hay que salvaguardar determinados derechos de los pacientes, pero sin tratar con pacientes, resulta difícil aprender bien el oficio de médico”, indica el decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.
“Finalmente -concluye Trilla-, una reflexión: debemos cambiar muchas cosas para adaptarnos a los tiempos actuales y poder formar a los médicos que necesitará nuestra sociedad. Si desde las Universidades y la Administración no podemos hacerlo, será un fracaso colectivo con graves repercusiones sociales. Como dijo un exdecano de Harvard: ‘Si cree que la educación es cara, intente la ignorancia’.