Redacción Farmacosalud.com
Un estudio1 realizado por investigadores del Hospital del Mar (Barcelona) ha validado un modelo que ya había sido concebido en un trabajo anterior y que permitirá a los cirujanos y anestesiólogos predecir si un paciente sufrirá dolor crónico después de una intervención quirúrgica. Se trata de una herramienta única por sus características, ya que se basa en el análisis de 6 factores de forma previa a la cirugía. Una de las variables que se analiza es el estado psicológico del enfermo (si presenta problemas de ansiedad o depresión). “El componente mental del cuestionario de salud SF-12 (que es el que forma parte de nuestro modelo de riesgo) refleja con gran sensibilidad los aspectos psicológicos del paciente, y en aquellos pacientes con valores más bajos (es decir, con más problemas) la incidencia de dolor crónico postquirúrgico es mayor”, explica el Dr. Antonio Montes, jefe de la Unidad del Dolor del Servicio de Anestesiología del Hospital del Mar.
“Otros estudios utilizan como predictores psicológicos el catastrofismo, la depresión y la ansiedad; en nuestro primer trabajo estos valores también eran indicadores de mayor riesgo de dolor crónico, pero desde un punto de vista estadístico pudimos demostrar que sólo con determinar la variable ‘componente mental’ del SF-12 era suficiente para nuestro modelo de riesgo”, detalla Montes en declaraciones a www.farmacosalud.com. También se vio que si se añadían las variables ‘catastrofismo, depresión o ansiedad’, el sistema no mejoraba su capacidad de predicción.

Autor/a de la imagen: E. Arandes / www.farmacosalud.com
Fuente: Gentileza del Hospital Sagrat Cor de Barcelona (IMAGEN DE ARCHIVO de un quirófano)
“Cualquier persona tiene un nivel determinado de catastrofismo”
La nueva herramienta predictora permite mejorar, antes de la intervención, aspectos psicológicos del paciente como la angustia y el catastrofismo. Según el anestesiólogo, “el tipo de cirugía no influye en el nivel de catastrofismo. Cualquier persona tiene un nivel determinado de catastrofismo, y esta condición se ha demostrado que es un buen predictor de la cronificación de cualquier tipo de dolor (puede ser postoperatorio, o puede ser por ejemplo tras una lumbalgia aguda)”.
Además de analizar el estado psíquico del individuo que será intervenido, el modelo valora el tipo de procedimiento quirúrgico que se llevará a cabo, la edad del paciente y su estado físico, y la posible existencia de dolor en el área afectada antes de la cirugía o bien en otras zonas del cuerpo. Esta fórmula da una curva ROC (siglas en inglés de Receiver Operating Characteristic, ‘Característica Operativa del Receptor’, una representación gráfica de la sensibilidad del sistema) del 73% sobre la predicción para desarrollar dolor crónico después de la cirugía.
Una herramienta que presenta un alto grado de fiabilidad
El novedoso modelo se ha validado gracias a un estudio multicéntrico, GENDOLCAT, liderado por médicos del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital del Mar, en el cual han participado 17 centros de España y la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor1. Esta herramienta tiene un alto grado de fiabilidad, como lo demuestra el hecho de que el pronóstico obtenido se cumpla en 7 de cada 10 casos. Su utilidad ya había sido probada en un estudio anterior que contó con la participación de 23 hospitales y cerca de 3.000 pacientes, pero ahora se quería validar con un grupo de enfermos, algunos de ellos de centros diferentes a los de los participantes en el primer estudio, antes de que tuviesen que entrar en quirófano.

Miembros del equipo impulsor del estudio (de izq. a dcha): el Dr. Antonio Montes, Luis Moltó, Fernando Escolano, Olga Comps y David Bande
Fuente: Hospital del Mar
En el nuevo trabajo, se ha seguido a un total de 1.088 pacientes durante 18 meses para evaluar la posible aparición de dolor postquirúrgico. Todos ellos tenían que someterse a una intervención quirúrgica por hernia inguinal, histerectomía (extracción total o parcial del útero) vaginal o abdominal o toracotomía (apertura de la caja torácica para acceder a los pulmones). Un anestesiólogo especialista en dolor analizó si esas personas, tras ser operadas, sufrían dolor postquirúrgico y si tales molestias se mantenían cuatro meses después de la intervención, descartando otros posibles orígenes.
El nuevo modelo no pronostica la intensidad de las posibles molestias
Disponer de la herramienta predictora permitirá a los cirujanos y anestesiólogos planificar con más precisión las operaciones, realizar el abordaje más adecuado e, incluso, pensar en la posibilidad de no llevar a cabo la cirugía, tal y como manifiesta el Dr. Montes mediante un comunicado: “El modelo validado con este estudio nos facilita un punto de partida para ensayos controlados y auditorías de estrategias de reducción del riesgo que sólo se centren en pacientes de alto riesgo. También permite a los cirujanos y a los anestesiólogos planificar de forma avanzada estrategias de reducción del riesgo de dolor postquirúrgico. Esta planificación da margen a los equipos quirúrgicos para plantearse utilizar técnicas mínimamente invasivas o reconsiderar la recomendación o no de realizar determinadas intervenciones para patologías en las cuales no hay riesgo para la vida del paciente”.
En los casos en los que se descarte intervenir, sólo se recuperaría la idea de operar ante la aparición de ciertos cuadros extremos. “El caso más claro es el de la cirugía de hernia inguinal. En esos pacientes con riesgo muy elevado para desarrollar dolor crónico y en los que hay un bajo riesgo de complicaciones por no realizar la operación, sería adecuado informar al paciente de síntomas de alarma que podrían indicar la necesidad de la cirugía (por ejemplo, estrangulamiento de la hernia y oclusión intestinal)”, precisa Montes, a su vez investigador principal del nuevo estudio1, cuyo título es ‘Presurgical risk model for chronic postsurgical pain based on 6 clinical predictors: a prospective external validation’.

Material quirúrgico
Autor/a de la imagen: E. Arandes / www.farmacosalud.com
Fuente: Gentileza del Hospital Sagrat Cor de Barcelona (IMAGEN DE ARCHIVO)
El modelo predice la existencia o no de dolor, pero no su intensidad. En el primer estudio realizado en 3.000 pacientes, se analizó la intensidad del dolor postquirúrgico y se observó que, de los sujetos que habían desarrollado dolor crónico, entre un 20-25% presentaban dolor moderado o intenso (el porcentaje variaba según el tipo de cirugía: hernia inguinal, toracotomía, histerectomía abdominal, o histerectomía vaginal). De un 25 a un 60% continuaban tomando analgésicos a los 4 meses de la cirugía. En el caso de la hernia inguinal, un 2% de los pacientes continuaban sin trabajar por dolor a los dos años de la intervención.
El dolor crónico postquirúrgico, un problema de primer orden
Tras considerar que la nueva herramienta puede aplicarse de forma general a los cuatro procedimientos quirúrgicos analizados, los investigadores estudiarán ahora si su uso puede extenderse a otro tipo de cirugías. El dolor crónico postquirúrgico es un problema de salud de primer orden; tanto es así, que únicamente en Estados Unidos es una de las causas de la epidemia de consumo y adición a los opioides para combatirlo, un fenómeno que afecta a casi dos millones de personas (según datos del año 2013).
El trabajo ‘Presurgical risk model for chronic postsurgical pain based on 6 clinical predictors: a prospective external validation’ ha sido galardonado en la XXI Edición de los Premios de Investigación en Dolor de la Fundación Grünenthal y la Cátedra Extraordinaria del Dolor de la Universidad de Salamanca, debido a su originalidad, interés científico, relevancia y avances propuestos.
Referencias
1. Montes A, Roca G, Cantillo J, Sabate S, for the GENDOLCAT Study Group. Presurgical risk model for chronic postsurgical pain based on six clinical predictors. PAIN. 2020;161:2611-2618.