Redacción Farmacosalud.com
Uno de los puntales de la recientemente creada Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), el movimiento más representativo de España (con 15.079 asociaciones y más de 5.746.000 afiliados), es garantizar la protección jurídica de las personas de edad avanzada ante lo que se denomina ‘soledad no deseada’. Para Miguel Ángel Cabra de Luna, secretario general de PMP, actualmente los servicios sanitarios y sociosanitarios de España están actuando contra esta problemática “como pueden… como están saturados, los pobres hacen lo que pueden”. Se trata de un tipo de soledad que, según manifiesta, acaba llevando en volandas a algunos ancianos hasta las consultas médicas en busca de algo de atención y compañía: “Estoy convencido de que hay muchas visitas a médicos o servicios sanitarios que no son necesarias… esos mayores van a la consulta para no estar solos. Tengamos en cuenta que 2’1 millones de personas que tienen más de 65 años viven solas y aún no sabemos cuántas de ellas tienen una soledad no deseada”.
No obstante, y en base a estadísticas recogidas en otros países, todo parece indicar que un 80% de esos ancianos estaría en tal situación de desamparo. “Hay personas que quieren vivir solas y no les importa estarlo, al revés, son felices”, señala Cabra de Luna. Pero eso no es óbice para no tomar ejemplo de iniciativas como la japonesa -Japón tiene los índices de longevidad más altos del mundo-, donde han creado un “Ministerio dedicado a la soledad” con el fin de mejorar la vida del colectivo de ciudadanos no acompañados, precisa Cabra de Luna.
Necesidad de un centro de referencia que combata la soledad no deseada
“Entendemos que en España debe haber un centro de referencia en todas las Administraciones públicas para combatir” la falta de acompañamiento vital, ya que se trata de un fenómeno que conlleva “un incremento del gasto y un problema de salud mental” para las personas afectadas, agrega. Mención aparte merece el abandono rural o la soledad vivida en la conocida como ‘España vaciada’, donde la población más claramente perjudicada es la compuesta por sujetos de edad avanzada.
A modo de posibles soluciones, el secretario general de PMP recuerda que los ancianos pueden desarrollar tareas que, coordinadas adecuadamente por las Administraciones, pueden redundar en beneficio de todos. “Los abuelos adoptivos, que son personas mayores que atienden a familias ajenas que no pueden recoger a sus hijos al salir del colegio por problemas de conciliación, es una figura de voluntariado que hace sentirse útil a quien la desempeña”. Otra de las alternativas para solventar psicológicamente la soledad no deseada es la adquisición y cuidado de una mascota (perro, gato, etc.), siempre y cuando acompañarse de ese animal “no sea una imposición”, matiza.
Pensiones, sanidad y coordinación socio-sanitaria, cuidados y dependencia, y envejecimiento activo
La PMP, asimismo, busca la aplicación real y efectiva de los derechos de los mayores y de su calidad de vida, para lo que -según sostienen- se requieren avances importantes en el sistema de pensiones, la sanidad y la coordinación socio-sanitaria, los cuidados y la dependencia, y el envejecimiento activo y saludable. En relación a todo ello, Cabra de Luna apunta lo siguiente:
• Pensiones: “estamos a favor del actual enfoque del Pacto de Toledo”.
• Sanidad y coordinación socio-sanitaria: “la interconexión entre ambas es necesaria -afirma-. Lo han intentado varios gobiernos y, mayormente, no se ha avanzado. Ahora que todo ello depende de la Comunidades Autónomas, quizás sea el momento de poder avanzar en esta línea. Y es que, a veces, interconectar las Administraciones parece algo imposible. La interdisciplinariedad es el presente y futuro y, si no hay una coordinación entre lo social y lo sanitario, no resolveremos el problema”.
• Cuidados y Dependencia: “el sistema de Dependencia ha estado a punto de colapsarse por inanición y por un planteamiento de darwinismo social increíble pero cierto… ha habido tantos recortes que, en un momento determinado, las listas de espera se solventaban cuando morían los que estaban esperando, y sin haber recibido ningún tipo de prestación por este concepto, lo que es escandaloso. Ahora se está mejorando el tema porque va a crecer el gasto por Dependencia en casi un 40% en los Presupuestos Generales del Estado y con el Plan de recuperación, resiliencia y reconstrucción, pero aún falta mucho. Nos gastamos en Dependencia el 0'7 del PIB (Producto Interior Bruto), cuando en los países de nuestro entorno esa cifra está en el 1’2 o 1’4”.
Según añade, del 1.300.000 personas en proceso de Dependencia, han visto reconocidas las prestaciones unas 850.000, quedándose por el camino casi 500.000 que siguen aguardando o que, a pesar de que se les ha reconocido la ayuda, todavía no la reciben.
• Envejecimiento activo y saludable. Es fundamental que los mayores se sientan activos y, en este sentido, realicen actividades de voluntariado, practiquen deporte adaptado a sus posibilidades, etc. “El ejercicio de todo ello, aparte de que redunda en un beneficio extraordinario para nuestra salud y nuestra longevidad y nos permite ser felices por ser autónomos y no dependientes, puede llegar a abaratar costes médicos, farmacéuticos y hospitalarios”.
“Las políticas de salud pública, como se ha demostrado con el COVID, funcionan nada más que regular”
Otro de los objetivos de la nueva Plataforma se centra en defender los derechos sanitarios de los mayores y pensionistas ante los poderes públicos, privados y el conjunto de la sociedad. En principio -aduce el portavoz-, esos derechos sanitarios están cubiertos en territorio español, si bien la pandemia de COVID-19 ha causado graves perjuicios a los sistemas sanitarios. “Además -prosigue-, contamos con sólo mil geriatras, es decir, menos de 30 geriatras por cada 100.000 personas mayores de 75 años… no nos hemos adaptado todavía a la nueva realidad: y es que hay 9’3 millones de mayores de 65 años, una cifra que va a ir in crescendo por el progresivo envejecimiento de la población... por tanto, el sistema sanitario también tiene que adaptarse”.
Según Cabra de Luna, 1 de cada 3 pacientes que acuden a los Centros de Salud tienen más de 65 años de edad, y más de 66.000 de ellos ocupan alrededor del 50% de las camas hospitalarias de agudos, que en España suman casi 133.000. Muchas ocupaciones de las camas hospitalarias por parte de ancianos se convierten en cuadros crónicos, por lo que si esos pacientes estuvieran en residencias para mayores “sería algo bueno para todos, porque el coste de una cama en un hospital es mucho mayor que en un centro residencial; aunque también es verdad que hay que mejorar los centros de atención a mayores”, remarca el representante de la PMP.
“Desgraciadamente, las políticas de salud pública, como se ha demostrado con el COVID, funcionan nada más que regular”, apostilla Cabra de Luna.
Es evidente que la PMP ha nacido en un contexto sanitario, social y económico marcado por una pandemia que ha desencadenado una crisis sanitaria sin precedentes, y cuyo ensañamiento ha incidido especialmente en los colectivos más vulnerables, entre ellos el de las personas mayores. Ahora que empieza a verse un poco de luz al final del túnel, sobre todo gracias a la vacunación masiva, las personas de la Tercera Edad y pensionistas -subraya el portavoz de dicha asociación- ven el futuro inmediato con cierto optimismo, aunque, eso sí, acompañado de un más que notable ánimo supervisor: “Somos positivos y, hemos pasado tantas dificultades, que sabemos cómo lidiarlas. Pero tenemos que estar vigilantes, muy vigilantes, en el sentido de que no queremos retrocesos, porque en España ha habido etapas en las que ha habido retrocesos en relación a las personas mayores”.
“Sin ingresos fiscales suficientes, no hay sanidad”
En opinión de Cabra de Luna, la falta de un buen despliegue de las políticas de Dependencia ha imposibilitado hasta el momento que cierto número de mujeres que cuidan de individuos dependientes hayan podido incorporarse al mercado de trabajo. Si se incorporaran, se incrementarían las cotizaciones a la Seguridad Social mediante dos vías: las aportadas directamente por esa población femenina, y por la creación de nuevos puestos de trabajo destinados a sustituir a esas mismas mujeres, las que por ahora se dedican a la atención de ancianos que no pueden valerse por sí mismos. También debe haber mayor justicia fiscal (lucha contra los paraísos fiscales y fraude financiero…), ya que, “sin ingresos fiscales suficientes, no hay sanidad”, recuerda.
Por último, Cabra de Luna advierte que los mayores, en especial las mujeres, se sienten a menudo discriminados. Es lo que se llama edadismo, o discriminación por razones de edad. Muchos ancianos sienten que otros deciden por ellos y, a pesar de los avances jurídicos que se han logrado y que van encaminados a devolver la dignidad a las personas de edad avanzada, hay otros aspectos en los que se está retrocediendo, asegura el secretario general de la PMP. Sin ir más lejos, ahí están las desigualdades tecnológicas, como el “calvario” que viven algunos mayores para poder operar con entidades financieras (se les anima a que hagan las gestiones mediante ordenador desde casa, y no todos tienen los conocimientos suficientes para poder hacerlo), ejemplifica.