Redacción Farmacosalud.com
El Col·legi de Metges de Barcelona (CoMB) [Colegio de Médicos de Barcelona] ha publicado el documento ‘La protección digital de menores y adolescentes’, dossier en el que se propone retrasar hasta los 16 años de edad la posibilidad de disponer del primer teléfono móvil inteligente. Para uno de los autores de la guía, el psicólogo Marc Masip, el hecho de carecer de un móvil avanzado hasta esta edad no supone quedarse incomunicado o poco comunicado con respecto a los compañeros de clase, ni tampoco tiene por qué empujar al menor sin teléfono hacia la automarginación: “es un falso mito que los chicos tengan o no tengan amigos por tener o no tener móvil. Sin duda, es un error, porque es un tema (hacer amistades) que se basa más en las habilidades sociales”.
“En ningún caso acaba siendo un motivo de marginación… más bien, es todo lo contrario, ya que los chicos que usan mucho el móvil tienen más aislamiento social y por lo tanto menos vida social”, asegura Masip, quien se ha especializado en tratar adicciones a las nuevas tecnologías y también es CEO y fundador del programa terapéutico Desconnect@. Los adolescentes con edades por debajo de los 16 años, además, “no tienen el cerebro todavía desarrollado" para asumir este tipo de apertura al mundo, es decir, “no saben utilizar el teléfono móvil de forma correcta y, por lo tanto, no podemos dárselo”, expone el experto.
Masip recuerda que, precisamente, la franja etaria de los 16 es la que marca Meta en sus aplicaciones, como Instagram o WhatsApp, como edad ideal para empezar a disponer de un móvil inteligente. Antes -precisa-, los menores no deben poder manejar libremente estos dispositivos porque no son necesarios para sus tres áreas funcionales vitales, que son la “educación, la vida social y el entorno familiar”.
El bullying más cruel no va asociado a la carencia de smartphone (móvil inteligente)
A juicio de Masip, otra creencia equivocada es la que presupone que retrasar el primer smartphone hasta los 16 años puede, en el peor de los casos, incitar a casos de bullying escolar, en los que la persona acosada sea el/la chico/a sin teléfono inteligente. La posibilidad de que la hipotética víctima se esté apañando con un móvil de los de antes, no inteligente ni conectado a internet, y que ello acabe provocando las burlas de los demás, no es un escenario contemplado por el psicólogo: “en ningún caso genera burlas. De hecho, los casos más complicados de bullying y ciberacoso los estamos viendo a través del móvil (inteligente), y con una viralización e intencionalidad mucho mayor y mucho más dolorosa y, por tanto, causando mucho más malestar en los adolescentes”.
El veto hasta los 16 años es una de las medidas planteadas en el apartado del documento dedicado a detallar el papel que deberían tener las familias a la hora de proporcionar protección digital a niños y adolescentes. En concreto, el CoMB realiza las siguientes propuestas y recomendaciones:
• Los cuidadores deberían considerar la posibilidad de restringir las pantallas de los dormitorios y establecer períodos sin pantallas en casa (durante las comidas, los deberes y la hora antes de acostarse).
• No exponer a pantallas a menores en la franja de edad de 0-6 años
• A partir de los 6 años, al iniciarse el menor en el uso de pantallas, hacerlo siempre de forma acompañada con un adulto
• Evitar el uso de pantallas por parte de los padres durante el amamantamiento del bebé. Priorizar el contacto visual y la expresividad con la criatura
• Retrasar la adopción del 1.er teléfono inteligente hasta los 16 años. Si el menor necesita una herramienta para comunicarse en casos de emergencia antes de esa edad, considerar dispositivos ‘no-inteligentes’
• ANTES de entregar el 1.er teléfono inteligente, configurar la red doméstica y los dispositivos con sistemas de protección parental dirigidos a:
-Filtrar contenidos y aplicaciones accesibles
-Gestionar las ventanas del tiempo de uso de los dispositivos
-Gestionar los límites de tiempo para determinadas aplicaciones
-Proteger el descanso
“Los chicos no pueden estar solos en el patio”
En relación al ámbito educativo, el nuevo dossier propone el establecimiento de Espacios Libres de Móviles en los centros de Secundaria y educación postobligatoria con el fin de ‘reforzar la socialización entre los alumnos’. Estos espacios deberían incluir el comedor, áreas de ocio-juego/patio, áreas de uso común con alumnos de etapas Infantil y Primaria (en su caso) y actividades educativas no lectivas (salidas...)
“Cuando hablamos de colegios libres de móvil, es fundamental no sólo pensar en la clase, sino también en el patio y comedor y en los tiempos muertos”, puesto que todos esos son los momentos clave para relacionarse y, por ese motivo, “es muy importante” vivirlos sin teléfono móvil, argumenta Masip. Según agrega, monitores, profesores y, en definitiva, el personal que vigila el patio tienen que estar pendientes no solamente de los comportamientos de los alumnos, sino también de procurar que “nadie esté solo. Yo, al precepto ‘Espacios Libres de Móviles’, le añadiría ‘y nadie solo’”. De hecho -señala el psicólogo-, el programa Desconnect@ establece que “los chicos no pueden estar solos en el patio”, una estrategia que se tiene que “trabajar más desde las instituciones” porque está comprobado que estar acompañado durante esos momentos de descanso favorece mucho más el establecimiento de vínculos sociales que el uso de los móviles, dado que a veces los menores que los manejan “están juntos, pero todos en silencio”.
Masip también destaca que, en las redes sociales, cada uno cuelga su “mejor versión”, pero cuando “se cuelga una versión más amplia de lo que realmente somos, hay una diferencia entre el ‘yo real’ y el ‘yo virtual’, lo que genera un espacio de frustración muy grande… y un niño frustrado tiene dos buenos amigos, que son la depresión y la adicción”.
Desplegar servicios como el denominado ‘SIM – Menores’
En el dossier del CoMB, asimismo, se pide a los operadores de telecomunicaciones desplegar servicios como el denominado ‘SIM – Menores’, cuya existencia estaría destinada a facilitar a las familias ‘un modelo de contratación de servicios de telefonía móvil especialmente diseñado para usuarios menores de edad y con las herramientas de protección parental preconfiguradas’. Este servicio habilitaría el acceso universal a la protección parental con independencia de la capacitación tecnológica de la familia, ya que pondría `'la responsabilidad de la protección bajo el paraguas del proveedor de telecomunicaciones’. De acuerdo con el manifiesto, la SIM para Menores debería incluir por defecto funciones de:
• Filtrado de contenidos mediante la configuración del APN (Access Point Name) con un servicio DNS (Domain Name Server) que bloquee el acceso a puestos y servidores de:
-Pornografía
-Apuestas y juegos de azar
-Drogas
-Violencia
-Disfunciones alimentarias, autolesiones
-Servicios P2P
-Juegos online
-Redes sociales
• Activar por defecto la función ‘Búsqueda segura’ de los motores de búsqueda
• Capacidad para establecer una limitación del tráfico de datos diario/mensual
• Protección de las ventanas de descanso con la capacidad de desconectar automáticamente de internet el terminal durante la noche, manteniendo el acceso a servicios de emergencia (por ej. llamada al 112...)
• Capacidad para identificar patrones de uso no-saludables y sugerir al usuario pausas de conectividad
El documento ‘La protección digital de menores y adolescentes (recomendaciones y propuestas concretas dirigidas a administraciones, operadores, desarrolladores y familias)' ha sido elaborado por un grupo de expertos en la materia y promovido por el CoMB, institución que no es ajena al debate público sobre la utilización de los teléfonos móviles inteligentes y otros dispositivos por parte de personas que no han alcanzado la mayoría de edad, y de las consecuencias de la sobreexposición o de la exposición prematura a las pantallas y a ciertos contenidos y aplicaciones.
El CoMB constituyó en mayo de 2023 un grupo de trabajo multidisciplinario con el fin de aportar un posicionamiento propio y ejercer así una de sus funciones: la defensa del derecho a la protección de la salud de las personas, en este caso de los menores y adolescentes. El grupo de especialistas se marcó como objetivo identificar y definir propuestas de actuación concretas y aplicables, dirigidas a los diferentes agentes económicos y sociales implicados, y plasmarlas finalmente en un consenso, como así ha acabado haciéndose.
Las sugerencias y consejos del dossier han sido formulados en un momento de gran sensibilidad social y coincidiendo con el impulso y el despliegue de un nuevo marco normativo, tanto a nivel europeo (Digital Act), como estatal (Ley General de Comunicación Audiovisual), que establece nuevas obligaciones para los agentes tecnológicos en cuanto a la protección de los menores.