Redacción Farmacosalud.com
‘Historias con Sello’ es el nombre del innovador programa que lleva a cabo el Nou hospital evangèlic (Nhe) [Nuevo Hospital Evangélico], en Barcelona. De acuerdo con esta iniciativa, los empleados trabajan en pequeños grupos en los que se les explican los valores de la entidad y, después, cada uno de esos trabajadores recoge historias que se viven en el centro hospitalario para, posteriormente, exponerlas en una sesión grupal. “Ha sido todo un descubrimiento ver la cantidad de buenas historias que pasan a diario en nuestros hospitales”, afirma Reyes Gualda, directora general del Grupo Asistencial Evangélico.
“Este proyecto nació en 2021, cuando elaboramos nuestro plan estratégico 2022-2025 y lo denominamos ‘las actitudes que queremos’. Fue entonces cuando hicimos una reflexión profunda de nuestros valores. Los actualizamos y los resumimos en Integridad, Compasión, Cooperación, Excelencia y Fe. Queríamos que fueran prácticos y útiles para guiarnos en nuestra forma de hacer. Por eso pensamos en el formato de talleres, a los que asisten todo tipo de profesionales”, explica Gualda a través de www.farmacosalud.com.
“Los profesionales, juntamente con los pacientes, son los verdaderos protagonistas”
En el primer año, los talleres estuvieron enfocados en comprender los comportamientos asociados a cada una de estas cualidades humanas. “Con ejemplos prácticos, veíamos los valores y los antivalores. Este año, el enfoque es diferente, aunque persigue el mismo objetivo: profundizar en los valores. Ahora, el énfasis lo ponemos en subrayar, reconocer y dar a conocer historias reales que los reflejen y en las que los profesionales, juntamente con los pacientes, son los verdaderos protagonistas”, expone.
“Nuestro objetivo era recoger unas 20 historias y ya tenemos más de 40. Las recopilamos en dos sesiones por grupo. En la primera, aprendemos a identificar buenas historias. En la segunda, seleccionamos entre nosotros aquellas que nos han emocionado y que creemos que pueden ayudar a otros a entender y vivir en persona los valores corporativos. Posteriormente, se crean pequeñas presentaciones con imágenes, música y texto, que captan la esencia de esa historia y que se distribuyen a todo el equipo. De momento, lo hacemos en clave interna. A estos talleres les llamamos ‘Historias con sello’ porque muestran la huella que nos gustaría dejar en la memoria de los pacientes y familiares. Queremos apostar por la cultura de las buenas historias, esas que nos animan y edifican y, sobre todo, llevan el bien a los pacientes”, sostiene Gualda.
Distintos individuos de diferentes procedencias, creencias y culturas
En un hospital se viven muchas experiencias. Es una entidad viva por sí misma, donde las personas se debaten entre la salud y la enfermedad, y en la que no faltan ni el estrés ni la gestión emocional de momentos complicados. Es lugar de encuentro donde confluyen distintos tipos de individuos de diferentes procedencias, creencias y culturas. El personal del hospital forma parte de este escenario vivo y está activamente implicado en muchas de estas historias. Desgraciadamente, a menudo el habitual ritmo de trabajo acelerado relega dichas vivencias a un segundo plano.
No obstante, las historias narradas en el formato de sesión colectiva -algo así como una especie de ‘terapia de grupo corporativa’- ayudan al personal sanitario a identificar buenas prácticas y a sensibilizarse con el prójimo, con el objetivo último de ponerse en la piel del paciente. Es una oportunidad para que cada profesional, internamente, identifique y reflexione sobre qué comportamientos impactan en una mejor experiencia del enfermo y el entorno.
Relatos de toda índole
‘Historias con Sello’ implica a todas las personas que trabajan en el Grupo Asistencial Evangélico de una forma muy transversal y heterogénea, incluyendo a todos los departamentos. De este modo, los trabajadores adquieren nuevas habilidades comunicativas, sienten el reconocimiento de su labor y se sienten parte del equipo, a la vez que se crea una cultura de las buenas historias. Una de las curiosidades de esta iniciativa es que, dada la gran rotación de turnos que hay en el hospital, algunas historias se van confeccionando entre todos, ya que -por ejemplo- una parte del equipo ha estado con un paciente en un momento concreto, y otra parte del equipo en otro. Así, entre todos, tienen la vivencia completa y se sienten orgullosos de haber sido partícipes de ella, lo que les anima a compartirla.
“A veces, distintos profesionales mencionan la misma historia, cada uno desde su punto de vista, lo que se convierte en una gran oportunidad para abrir la perspectiva, aprender y cooperar mejor en el trabajo”, detalla la directora general del Grupo Asistencial Evangélico. “A menudo aparecen historias difíciles que impactan emocionalmente en el trabajador -agrega-. Por supuesto, el hecho de compartirlas también ayuda y reconforta”. Concretamente, con respecto a las vivencias sobre situaciones dolorosas, verbalizar lo ocurrido y expresar cómo uno se ha sentido es beneficioso, dado que el resto de experiencias narradas y sus testimonios pueden constituir también un apoyo psicológico para los profesionales. “Por otra parte, en situaciones de alegría con historias más positivas, el grupo se anima y se felicitan entre ellos”, señala Gualda.
El ‘sin techo’ en estado terminal que, antes de morir, pudo reconciliarse con su hermana
Hay un relato que es especialmente conmovedor: un paciente que vivía en la calle llega al centro hospitalario evangélico en estado terminal y, tras asegurar que está completamente solo en la vida, más adelante confiesa que tiene una hermana con la que hace muchos años que no mantiene ningún tipo de contacto. El Hospital hace sus averiguaciones y puede contactar con la hermana, quien al final se reconcilia y acompaña a este enfermo en sus últimos días de vida. Esa labor, indudablemente, trasciende el trabajo meramente clínico, por lo que uno se pregunta si no se está ante una nueva práctica hospitalaria, la ‘trans-hospitalización’ (por ‘trans’ se entiende ‘ir al otro lado’, o dejar momentáneamente la labor meramente asistencial para asumir un rol activo más allá de los muros del hospital).
“Más que transhospitalización -interviene Gualda-, diría que nuestra manera de entender la salud y el bienestar es holística, integral. Nuestro Modelo de Atención Centrado en la Persona comprende atender también otras necesidades más allá de las físicas. Me gusta pensar que podemos conectar y ayudar a las personas en momentos cruciales de su vida, como en el ejemplo anteriormente comentado. Que el equipo de profesionales del Nhe entienda cuáles son esos momentos clave e intuya qué podemos hacer por los pacientes, es algo mágico. Por ello promovemos estas historias, para que cada vez nos sea más fácil conectar con los usuarios y mejorar radicalmente la experiencia de las personas que confían en nosotros. Lo que queremos, en definitiva, es honrar nuestro lema: ‘Personas que cuidan de personas’”.
Por su parte, Marc Fuentes, impulsor del nuevo programa y cofundador de la consultora Fully Human, asegura que “durante las sesiones, vemos un cambio en la mentalidad... como los comentarios centrados en la queja o la frustración van dando lugar a formas de pensar motivadoras, cohesionadoras, en pro del bien común”.
Los valores son esenciales en las empresas o entidades, puesto que son el fundamento de las acciones que los sujetos que trabajan en ellas llevarán a cabo. Inciden directamente en las actividades diarias de los empleados y colaboradores, en sus interrelaciones y en sus hábitos. La forma en que los trabajadores gestionan sus responsabilidades y su productividad en base a los valores corporativos tiene un impacto directo en la eficacia del plan estratégico de cada organización. Así, unos valores bien trabajados y cristalizados son capaces de orientar comportamientos y enfoques de los profesionales. Pero, para que así sea, deben ser compartidos. Y esto es lo que pretende el programa ‘Historias con Sello’.