Redacción Farmacosalud.com
“Con la llegada del verano se agrava la escasez de pediatras, se agrava la escasez de médicos de familia y se agrava la escasez de médicos en general; pero desde luego, en el caso de los pediatras de Primaria, que somos los más escasos, es el ámbito que más se agrava de todos”. Así de preocupada se muestra la doctora Concepción Sánchez Pina, pediatra de Atención Primaria (AP) en el Centro de Salud San Andrés de Madrid y presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), en relación a los problemas que pueden surgir en pleno período vacacional en el terreno de la atención sanitaria infantil. Según datos del Portal de Estadística del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, hay 6.400 plazas de pediatría en los centros de salud españoles y de estas un 30% aproximadamente no están cubiertas por pediatras titulados. Así las cosas, la ya archiconocida falta de pediatras en AP “se cubre con médicos extranjeros y médicos de familia no especializados en pediatría”, explica a www.farmacosalud.com la doctora Sánchez Pina. En el caso concreto del período vacacional, en España esta carencia “se cubre pasando dos y hasta tres consultas juntas por parte de los pediatras que permanecen en los centros y en menor proporción con médicos no especializados en pediatría”, precisa.
“Los pediatras recibimos cuatro años enteros de formación en lactantes, niños y adolescentes; rotamos por el hospital durante cuatro años incluyendo tres meses por Atención Primaria. Los médicos de familia reciben formación en pediatría, rotando tres meses por urgencias de pediatría del hospital y en las consultas de los centros de salud, pero no reciben formación en recién nacidos, lactantes, niños y adolescentes como los pediatras. La formación de los médicos de familia en pediatría es de tres meses y la de los pediatras de cuatro años; la formación en pediatría de los médicos de AP es aceptable, pero los pediatras somos especialistas en niños”, recuerda la presidenta de AEPap.
Otra organización científica que ha opinado sobre esta situación es la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), que ha emitido un duro comunicado en el que se puede leer lo siguiente: “Las condiciones en las que se atiende a los niños españoles en Atención Primaria son cada vez peores. Un tercio de los profesionales que atienden las 6.400 plazas de pediatras de Atención Primaria en España no son pediatras, sino médicos de familia sin la formación requerida para obtener el título de pediatría. Con la llegada del verano y las vacaciones de los profesionales esta situación se agrava, ya que las 6.400 plazas apenas se refuerzan, traspasando el problema a los pediatras que no están de vacaciones y empeorando la calidad y el tiempo de atención de los que atienden a nuestros niños”.
La cosa puede complicarse en las zonas turísticas
¿Llegados a este punto, qué ocurre -desde la perspectiva de atención a los pacientes pediátricos- en los territorios en los que se incrementa la población durante el verano? “En los centros de salud de las zonas donde hay una llegada masiva de turistas en verano de alguna forma se agrava el problema de la falta de pediatras. De todas formas, imagino que las autoridades sanitarias de estas localidades costeras tendrán prevista la situación de desbordamiento de la asistencia sanitaria a todos los niveles”, deduce Sánchez Pina.
Lo que sí sabe con absoluta certeza esta experta es que sus compañeros de especialidad tienen hechos todos los ‘deberes’ que les corresponden para poder encarar las posibles complicaciones asociadas a la llegada de turistas extranjeros, como pueden ser los problemas de entendimiento de origen idiomático: “Los pediatras de AP normalmente tenemos recursos para atender a los pacientes extranjeros. Muchas veces estos pacientes vienen acompañados de traductores y, en principio, no suele haber problemas. Los pediatras de Atención Primaria están muy bien preparados y tienen muchos recursos… incluso tenemos traductores informáticos en los programas que usamos normalmente. Los pediatras de AP españoles no tienen por qué tener ningún problema a la hora de atender a un niño extranjero”.
En cuanto a la atención dispensada a aquellos menores que llegan a España con patologías ‘importadas’ de su país de origen, circunstancia que puede verse perfectamente agravada en verano con la llegada de turistas y visitantes, Sánchez Pina rompe otra lanza en favor de sus compañeros de profesión: “Hay preparación. De hecho, en nuestro último Congreso hemos tratado el tema de las posibles enfermedades que vienen con los niños extranjeros; hay mucha documentación y mucha preparación en los pediatras para abordar todo este tipo de enfermedades”.
La rotación de pediatras, uno de los ejes para reforzar las plantillas
En el marco del 64º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP), celebrado recientemente en Valencia, ha tenido lugar también la 12ª Reunión de la AEPap, donde se ha puesto de manifiesto que la Pediatría de AP “es el elemento más débil de la cadena del primer nivel asistencial, el eslabón que más hay que reforzar”, indica Sánchez Pina, en unas declaraciones difundidas por la AEPap. Para que todos los niños tengan un pediatra de cabecera y poder garantizar la calidad en la atención, son precisas ratios máximas de 1.000 tarjetas sanitarias por pediatra. “Para ello, es imprescindible aumentar el número de pediatras en al menos 275 y dimensionar adecuadamente el número de tarjetas considerando las características de la población atendida”, detalla.
La situación se ha visto agravada ante la falta de sustituciones. “El 90% de los pediatras de Atención Primaria tiene que pasar consultas de compañeros supliendo vacaciones, permisos de formación o bajas laborales”, añade. A juicio de la presidenta de la AEPap, las primeras medidas que deberían tomarse inmediatamente para reforzar las plantillas de esta especialidad en AP pasan por “ampliar la formación de los pediatras en Atención Primaria, aumentar la rotación de los pediatras en AP, favorecer de alguna forma a los profesionales de AP que tienen a residentes rotando con ellos, y alargar la rotación de los médicos residentes de pediatría por AP”.
Sánchez Pina, además, resalta que “muchos pediatras de AP de nuestro país empezarán a jubilarse en cinco años, llegando a superar las cifras de entrada de residentes a nuestra especialidad en 2020-2025. Esto provocará que no haya suficientes pediatras para el recambio generacional; no entendemos como no se cubren como mínimo las 432 plazas ya acreditadas para formar pediatras en los hospitales docentes españoles”.
Pautas para un verano saludable
Por otro lado, la AEPap ofrece en su página web Familia y Salud algunos consejos para los meses más calurosos del año.
Seguridad en el agua. Medidas de protección
El agua es uno de los elementos que más preocupa a los padres en estas fechas, pero existen una serie de pautas que pueden hacer que tu hijo se maneje sin riesgos en el medio acuático. En la medida de lo posible es importante enseñar a los niños a nadar y a bucear desde pequeños. Recuérdales que intenten bañarse acompañados, es más divertido y podrán pedir ayuda si tienen algún problema. Si te quedas en la orilla, no les pierdas de vista y asegúrate de que ellos puedan verte (recuerda que nunca debes dejar a un niño al cuidado de otros niños). Desde pequeños, incúlcales la importancia de conocer y respetar las zonas de baño y las señales de advertencia, así como las indicaciones de las banderas en la playa. Cuidado: todos los años mueren niños ahogados por falta de supervisión.
Recuerda que tú eres el mejor ejemplo para tu hijo: no te metas de forma brusca en el agua, ni te tires de cabeza sin comprobar antes la profundidad. Utiliza siempre cremas protectoras solares, con factor 15 o superior. Si es posible, aplícalas 30 minutos antes de estar expuesto al sol y vuelve a aplicarlas cada dos horas y después del baño. Protege tus ojos y los de tus hijos con gafas de sol. Los rayos del sol pueden lesionar tu piel y ojos, produciendo quemaduras y cáncer. Dales de beber agua de forma continua y procura que estén a la sombra.
Primeros auxilios. ¿Qué puedo hacer yo?
Casi siempre, la primera persona que atiende una emergencia no es un profesional sanitario, sino un familiar o viandante. Por eso es bueno tener unos conocimientos básicos para saber qué hacer en estas situaciones, ayudando a accidentados o enfermos repentinos mientras llegan los sanitarios. Lo más importante en estos escenarios es conservar la calma y tratar de evitar nuevas lesiones o que se agraven otras existentes. Es importante no mover al niño accidentado, salvo que corra peligro en el lugar en que está o haya que practicarle una reanimación cardiopulmonar. Mientras el personal sanitario llega hasta el lugar, se debe tranquilizar al herido y mantenerlo caliente; no es recomendable darle comida, bebida ni medicación.
Recuerda que la actuación básica en primeros auxilios se resume en las siglas P.A.S. (Proteger, Avisar, Socorrer).
1. PROTEGER. Hay que hacer seguro el lugar del accidente. Siempre es mejor alejar el peligro que mover al accidentado (cortar la corriente si hay un electrocutado, controlar el fuego y ventilar si hay humo, aparcar bien y señalizar el siniestro si hay un accidente de tráfico…)
2. AVISAR. Llamar al 112. En primer lugar hay que identificarse. Después, informe del lugar exacto, tipo de accidente y las circunstancias que lo pueden agravar. Se debe informar también del estado del paciente y de sus heridas.
3. SOCORRER. Siempre hay que tener presente dos prioridades: salvar la vida y evitar que las lesiones se agraven. Se hará una valoración primaria para identificar las situaciones que pueden amenazar la vida (estado de consciencia, respiración, circulación sanguínea, buscar pulsos, hemorragias…) y una valoración secundaria analizando el resto de lesiones, siguiendo un orden descendente desde la cabeza hasta las extremidades. Si la persona está consciente y es capaz de comprender, hay que tranquilizarle y ofrecerle confort hasta que lleguen los sanitarios. Si no reacciona pero sí respira, hay que colocarla en posición de seguridad (posición lateral, extender un brazo por encima de la cabeza y flexionar la rodilla para estabilizarlo). Si no respira, habrá que iniciar la reanimación cardiopulmonar básica.
Decálogo del niño viajero
Si vas a viajar este verano es importante planificar tu viaje con antelación. La AEPap recomienda leer el 'Decálogo del Niño viajero', un documento que recoge las diez normas básicas a tener en cuenta antes de viajar para disfrutar al máximo del viaje. De entre las recomendaciones destaca la importancia de informarse acerca de las vacunas necesarias ante un viaje internacional. Además, es aconsejable preparar y llevar un botiquín en el que guardar cosas tan básicas como un termómetro, tiritas, suero oral o ibuprofeno o protegerse frente al calor, así como la tarjeta sanitaria europea o un seguro de viaje si se sale al extranjero. Es esencial protegerse de los mosquitos que transmiten enfermedades como dengue, zika o malaria.
Viaja con seguridad en la Operación Salida
Próximamente tendrá lugar la segunda Operación Salida de las vacaciones de verano, en la que se prevé que muchas familias se desplacen para disfrutar de un merecido descanso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes de tráfico son uno de los problemas de salud pública más importantes del mundo: cada año, mueren en las carreteras cerca de 1,25 millones de personas (en España se dejaron la vida en las carreteras el año pasado 1.126 personas, 20 de ellas menores de 14 años).
El vehículo, la vía, el factor humano etc., son algunos de los factores que pueden influir en un accidente. Por ello, debemos estar preparados antes de un viaje. Conscientes de que la prevención supone unas de las medidas más eficaces, desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) se ofrecen algunas pautas para disfrutar de un viaje seguro y recomiendan la ‘Guía para Padres sobre la Prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil’, recientemente publicada por el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría y la Fundación Mapfre.
Seguridad en los viajes
No olvides en primer lugar las consideraciones básicas, como revisar el vehículo antes del viaje, evitar las distracciones al volante (llamadas telefónicas, GPS, dispositivos electrónicos…), no consumir alcohol ni drogas, respetar las normas de circulación (velocidad máxima, distancia de seguridad, condiciones de la vía…) así como evitar la fatiga parando cada 2 horas aproximadamente. Recuerda que debes dar ejemplo a tus hijos poniéndote siempre el cinturón de seguridad y cumpliendo las normas de circulación. “Si tienes que realizar una pausa por cualquier motivo nunca dejes a los niños dentro del coche, porque el interior del vehículo puede llegar a alcanzar temperaturas muy elevadas en verano”, amplía la Dra. María Jesús Esparza, pediatra de AP y coordinadora de la ‘Guía para Padres’.
Sistemas de retención
Se calcula que el uso correcto de los sistemas de retención infantil en el automóvil podría reducir un 75% la mortalidad y hasta un 90% la cifra de lesiones graves en caso de accidentes. Los niños necesitan un sistema que se ajuste a su talla, peso y edad; un requisito normativo que sólo está vigente en 52 países del mundo, que cubren apenas al 17% de la población mundial. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en el año 2015 cuatro de los 13 niños menores de 12 años muertos en accidentes de tráfico no llevaban ningún sistema de retención en el coche. Por eso, los especialistas siguen insistiendo en la importancia de proteger a los menores en los viajes (también en desplazamientos cortos, habituales en verano) para lograr reducir a cero esta cifra. Es importante, además, acudir a un establecimiento oficial para probar y aprender a colocar el sistema de retención infantil homologado en el vehículo, porque una sillita mal colocada multiplica por cuatro el riesgo de lesiones en caso de accidente.
¿Cómo saber que sillita es la adecuada?
Desde octubre de 2015, la nueva legislación de la DGT obliga a llevar a los niños en los asientos traseros (no en el asiento del copiloto como anteriormente), hasta que alcancen una estatura de 1,35 metros. Las únicas excepciones a esta norma son los vehículos biplaza o cuando los asientos de atrás ya estén ocupados por otros niños en sillita. En taxi, pueden viajar sin sistema de retención sólo en los desplazamientos dentro del núcleo urbano y siempre en los asientos traseros. Además, se recomienda que los niños viajen en el sentido contrario a la marcha mientras sea posible, porque se ha demostrado que esta posición reduce las lesiones gracias a la protección que ofrece para la cabeza y el cuello.
Los sistemas de retención son básicamente cuatro:
• Grupo 0 y 0+: recién nacidos hasta 13 kg aproximadamente. Pueden usarse hasta los 18 meses aproximadamente y se deben colocar siempre en el sentido contrario a la marcha para proteger cabeza, cuello y columna (por el tamaño de la cabeza y la fragilidad de su columna, estas zonas del cuerpo son las más vulnerables en los niños de 0 a 2 años).
• Grupo 1: de 9 a 18 kg aproximadamente (de 1 a 4 años más o menos). Estas sillas se fijan al asiento del vehículo mediante el cinturón de seguridad o sistema Isofix. Es importante que el menor no saque los brazos por encima de sus arneses para que no pierda efectividad.
• Grupo 2 y 3: de 15 a 36 kg aproximadamente. Se trata de cojines y asientos elevadores pensados para niños de 4 a 12 años, que son demasiado grandes ya para las sillitas, pero pequeños aún para el cinturón de seguridad. Funcionan elevando al pequeño a la altura necesaria para que pueda usar con seguridad el cinturón del propio automóvil.
• A partir de 135 cm (mayores de 12 años): los menores con una estatura superior o igual a 135 cm pueden usar el cinturón de seguridad, aunque la DGT recomienda que hasta los 150 cm sigan empleando sistemas de retención del grupo 2 o 3.
Para disfrutar la bicicleta con seguridad… usa siempre el casco
En verano muchas familias aprovechan para disfrutar y pasear en bicicleta. Para ello es fundamental protegerse y recordar que el uso del casco es obligatorio para los menores de 16 años, tanto en vías urbanas como interurbanas, siendo además obligatorio para todas las edades en vías interurbanas. Lo recomendable es circular por carriles y vías especiales para ello; no obstante, si se circula por la acera hay que ir a la velocidad de los peatones y respetando siempre la distancia de un metro con respecto a estos.
Los pediatras de AP resaltan que, aunque no sea obligatorio, es conveniente llevar casco para montar en bicicleta en todas las vías y edades: “El casco debe ser adecuado al tamaño del niño y debe llevarse bien sujeto” concluye la Dra. María Jesús Esparza.