Redacción Farmacosalud.com
Un hombre tetrapléjico ha recuperado la capacidad de andar con cierta naturalidad -con ayuda de un caminador- por primera vez en el mundo gracias a una interfaz que responde a sus pensamientos. El Dr. Joan Vidal, director Docente e Investigador Principal de la línea de Neuroreparación y Terapias Avanzadas del Instituto Guttmann (Badalona, en Barcelona), calcula que esta novedosa tecnología podría ser aprobada para su uso generalizado en lesionados medulares en un plazo máximo de “3 o 5 años”, tanto por parte de la agencia reguladora del medicamento en los Estados Unidos, la FDA, como por parte de la agencia europea, la EMA.
Gert-Jan, un ciudadano holandés de 40 años de edad que sufrió una lesión medular hace una década a raíz de un accidente en bicicleta, ha logrado restablecer el control natural de sus piernas paralizadas. Cabe precisar que este hombre padece una tetraplejia incompleta (conserva algo de capacidad motora o sensitiva), a diferencia de las lesiones completas medulares, en las que no hay capacidad motora ni sensitiva por debajo del nivel de la lesión.
Doble implante: uno de tipo cerebral y otro medular
Años atrás, Gert-Jan participó en un estudio pionero de implante epidural para pacientes medulares, lo que incluía un proceso de rehabilitación posterior centrado en el uso de dicho dispositivo. Lo que se ha visto ahora es, de alguna manera, la segunda parte o continuación de aquel estudio, dado que le han colocado un doble implante a nivel cortical, es decir, le han practicado algo así como un puente digital inalámbrico entre los niveles encefálico-cerebral y medular. Así, el paciente goza de voluntariedad en lo relativo a los movimientos gracias al dispositivo cerebral, que es el encargado de dar las órdenes del movimiento, y el estimulador epidural o medular que tenía implantado previamente, que es el que modula la orden para que la persona pueda caminar.
El neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del Centro Hospitalario Universitario de Vaud de la EPFL en Suiza, han investigado varios métodos para que las personas con daños en la médula espinal puedan recuperar la capacidad de andar. Para el Dr. Vidal, hay un antes y un después en el ámbito de las lesiones medulares tras el éxito terapéutico protagonizado por Gert-Jan: “Son pacientes que sufren discapacidades muy graves, como es el hecho de quedar postrados en una silla de ruedas para toda la vida, por lo que la posibilidad de cambiarles un poco el pronóstico realmente es algo espectacular”.
“Es una buena línea de investigación -prosigue Vidal-, estamos en un buen momento… el grupo de Courtine ha conseguido un paso más, es decir, no solamente estimulamos, sino que controlamos voluntariamente esa estimulación con un implante a nivel cerebral, de manera que podemos enviar una señal de nuestro pensamiento en el que se manifieste la voluntariedad de querer andar o dar unos pasos. Y, a partir de aquí, la señal enviada es recibida directamente por el mencionado estimulador epidural, que se pone en marcha y genera la modulación ordenada”.
Funcionalidad incluso cuando el sistema tecnológico estaba en OFF
Tras casi 16 semanas de terapia intensiva, Gert-Jan fue capaz, además, de mostrar funcionalidad aun cuando el sistema estimulador estaba en OFF, o apagado. “El paciente continúa ‘funcionando’ sin necesidad de la estimulación en ON. Esto nos da un plus en lo que es la interpretación de los resultados, es decir, los fenómenos de plasticidad que se han conseguido a nivel de la médula espinal y el cerebro con la aplicación de estos estimuladores incluso van más allá, puesto que mejoran la funcionalidad sin que haya una estimulación directa”, precisa el experto del centro Guttmann.
Así pues, el equipo de investigación liderado por Courtine y Bloch ha observado mejoras significativas en las capacidades sensoriales y motoras del paciente, habilidades que se han mantenido incluso cuando el dispositivo tecnológico estaba desconectado. De todo ello se deduce que, más que regenerarse, el sistema neurológico residual que queda tras una lesión medular es capaz de crear nuevas conexiones. “Se genera una sinapsis, se crean nuevas conexiones… con la modulación podemos conseguir cambios funcionales sin necesidad de reparar estructuras de la célula, entendiendo como reparación el típico proceso de regeneración. Si modulamos la respuesta mediante estimulación, lo que estamos haciendo es aumentar el número de conexiones medulares, lo que comporta la creación de nuevas redes neuronales que, a su vez, facilitan la plasmación de esas renovadas funciones”, explica el Dr. Vidal.
Parece claro que la técnica descrita refuerza en grado sumo el concepto de plasticidad como recurso sin fecha de caducidad, por decirlo de algún modo. La plasticidad se genera en el Sistema Nervioso Central (SNC) y, si bien originalmente se pensaba que sólo en fases iniciales de la vida se producían fenómenos de plasticidad, ahora ya se sabe que esta capacidad puede existir durante toda la vida. “Estamos creando nuevas redes neuronales a partir de nuevos axones* que se van conectando entre ellos cuando estimulamos, y esos axones, si los guiamos a través de la rehabilitación mediante técnicas estimuladoras en fase ON, logramos que las sinapsis aprendan lo que hemos diseñado, o sea, en el caso del paciente con lesión medular, aprenden a asumir un patrón de marcha”, indica Vidal.
*Axón: prolongación filiforme de una neurona, por la que ésta transmite impulsos nerviosos hasta una o varias células
En otras palabras, aprovechando la capacidad de crecimiento espontáneo de los axones, lo que hay que hacer es impedir que esos axones crezcan desordenadamente. Para ello, hay que modular el procedimiento con el fin de crear nuevos nudos o redes neuronales convenientemente ordenados en función del fin perseguido. “Regenerar algo que está muerto es muy complicado”, de lo que se trata es de neuromodular y aplicar técnicas de neuroplasticidad, concluye.