Redacción Farmacosalud.com
En opinión del doctor Francisco Brenes, presidente del Comité Organizador de las IV Jornadas Nefrourológicas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y médico de Familia en el Centro de Atención Primaria Llefià de Badalona (Barcelona), “posiblemente sería mucho más fisiológico, higiénico y funcional hacer un autosondaje 2-3 veces al día” que optar por un sondaje permanente en los casos de pacientes de hiperplasia benigna de próstata (HBP) que permanecen largos períodos en lista de espera para ser operados. Según Brenes, con el autosondaje “posiblemente tendríamos hasta una mejoría terapéutica cuando se haga el tratamiento quirúrgico porque con esta técnica la vejiga va a mantener su función de llenado y vaciado. La vejiga es un músculo que se va llenando y vaciando: si tú lo tienes siempre vacío este músculo no hace su función. Con el autosondaje se mantiene la vejiga estimulada de cara a la rehabilitación que se lleva a cabo tras la intervención quirúrgica”.
“A veces -comenta el doctor- hay sujetos con HBP que hacen una retención de orina a los que sí se les puede poner una sonda permanente durante un tiempo, generalmente menos de 10 días, a la espera de la operación. Pero hay pacientes en lista de espera que pueden permanecer unos 5 o 6 meses con sondas permanentes aguardando a que les intervengan quirúrgicamente, y claro, esa vejiga no hace su función. Que sería mejor aplicar el autosondaje a la espera de una operación quirúrgica en hiperplasia benigna de próstata es una opinión mía y de mucha gente. Aunque recurrir a esta técnica en HBP no es la indicación actual -o sea, hoy por hoy no está en los protocolos-, es un procedimiento que en algunos centros hospitalarios ya se plantean llevarlo a cabo”. Para Brenes, esta alternativa a la sonda permanente sería ideal sobre todo en el caso de pacientes “relativamente jóvenes”. En definitiva, sería un procedimiento beneficioso y un alternativa al sondaje permanente “no solamente para los pacientes de HBP, sino para los pacientes que hayan hecho una retención de orina por un proceso obstructivo, generalmente por HBP”, subraya el doctor desde www.farmacosalud.com.
Dos millones de pacientes de HPB sin tratar en España
Se estima que en España entre 850.000 y 900.000 varones reciben tratamiento para la Hiperplasia Benigna de Próstata, si bien unos dos millones de pacientes están sin tratar y muchos de ellos sin diagnosticar. Con el objetivo de dar a conocer la HBP y hacer hincapié en la importancia del tratamiento supervisado por los profesionales sanitarios en esta patología, recientemente se ha puesto en marcha la campaña LA PRÓSTATA SÍ IMPORTA, impulsada por la compañía GSK con el aval de SEMERGEN, la Asociación Española de Urología (AEU), semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria), SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) y el COFM (Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid).
La campaña cuenta con una web -www.laprostatasiimporta.com- y una completa información acerca de la próstata, la HBP, sus síntomas, consejos médicos, etc. En esta página los usuarios pueden realizar un sencillo test para evaluar la intensidad de sus síntomas, en base a la Puntuación Internacional de Síntomas Prostáticos (IPSS) y concienciarse, a través de su información, de la importancia de realizar revisiones periódicas para su diagnóstico. De hecho, a partir de los 50 años de edad es importante que los varones acudan a su médico ante posibles síntomas de HBP. Micciones frecuentes durante el día, necesidad de orinar dos o más veces por la noche, sensación de vaciado incompleto y/o goteo al orinar, incontinencia urinaria, dolor o escozor al orinar son algunos de los síntomas que pueden aparecer en este sector de la población.
Con la edad, la próstata puede experimentar un crecimiento progresivo de carácter benigno. El resultado es que la uretra queda comprimida, lo que dificulta el paso de la orina y provoca alteraciones al orinar. Aunque en un primer momento el afectado no sienta molestias, con el tiempo pueden aparecer síntomas frecuentes. En ocasiones pueden surgir dificultades derivadas de la HBP, alteraciones del funcionamiento de la vejiga, infecciones urinarias, formación de cálculos en la vejiga e incluso un deterioro progresivo de la función de los riñones. De ahí que sea recomendable que todos los varones con síntomas del tracto urinario inferior se sometan a una revisión periódica a partir de los 50 años.
Tener una sonda permanente implica mayores posibilidades de infección
El doctor Brenes enfatiza que el autosondaje posibilitaría una reducción del impacto de las enfermedades nefrourológicas. Ahora bien. ¿Todos los pacientes están preparados para sondarse ellos mismos? “Todos no -contesta el médico del CAP Llefià-. Hay que valorar el estado mental, la situación física, etc”. Esta técnica, que está indicada sobre todo para las personas que presentan lesiones medulares, evita complicaciones como las infecciones. “A menudo, con un autosondaje dos o tres veces al día es suficiente para mantener la vejiga vaciada”, explica el facultativo, quien añade que actuando así “evitamos tener que usar absorbentes y tener que utilizar sondas permanentes”, con lo cual “los pacientes tienen una calidad de vida posiblemente mucho mejor”. Según Brenes, “tener siempre una sonda permanente no deja de ser un punto de mayores posibilidades de infección, ya que es un cuerpo extraño que tenemos permanentemente en la vejiga; podemos tener más problemas de cálculos vesicales y podemos generar patologías que nos lleguen incluso al riñón. En cambio, el autosondaje es más fisiológico que tener siempre un cuerpo extraño en la vejiga y además nos garantiza el vaciado correcto de la misma”.
El autosondaje consiste en someterse a una higiene normal -lavar la zona genital con agua y jabón y secar bien con gasa- y a continuación aplicarse estas sondas de un solo uso, que son estériles y por lo tanto “no hace falta usar guantes estériles, pueden usarse guantes de un solo uso; es una técnica accesible que puede hacerse en casa. La puede llevar a cabo el mismo paciente o bien un cuidador. No requiere una gran preparación y puede administrarse siempre y cuando el paciente no esté aquejado de alguna patología que desaconseje su utilización”, señala el médico de familia. “En mujeres que tienen cistitis de muy difícil solución incluso se está viendo que el autosondaje consigue un vaciado más correcto de la vejiga”, agrega.
Las sondas permanentes pueden ser de látex, un material que “puede dar problemas de alergia”, comenta Brenes. Un sujeto que presente una función vesical alterada por deficiente regulación de vaciado también puede aplicarse un absorbente o ponerse un pipiducto, que es un dispositivo cuya forma recuerda a un condón. En la punta del pipiducto hay un tubito que, colocado en el pene, vacía la orina.
Pacientes medulares, de esclerosis múltiple o neuropatías, candidatos al autosondaje
Los pacientes de patologías medulares, esclerosis múltiple o neuropatías son candidatos al autosondaje debido a que son personas que pueden sufrir retención de orina. Por ejemplo, “en una vejiga neurógena es mucho mejor el autosondaje que el sondaje permanente, dado que vamos a tener ese problema toda la vida”, aduce el doctor.
Por otro lado, Brenes remarca que el cumplimiento de unas correctas medidas auto-higiénicas y dietéticas también posibilitaría una reducción del impacto de las enfermedades nefrourológicas. Así, en el ámbito de la HBP se recomienda no beber más de dos litros de agua al día y, sobre todo, antes de acostarse; moderar el consumo de alcohol, bebidas con cafeína, comidas picantes o ricas en grasa; fomentar la ingesta de verduras para evitar el estreñimiento, y realizar ejercicio de manera habitual para mantenerse en un peso óptimo. Todos estos consejos son igualmente aplicables para la vejiga hiperactiva, en la cual procede, además, usar el diccionario miccional.
A todo esto, se estima que alrededor de cinco millones de personas padecen una enfermedad renal crónica, han informado fuentes de SEMERGEN. En este sentido, Francisco Brenes cree que las líneas de actuación deben ir dirigidas a la mejora de los aspectos preventivos y de diagnóstico precoz, sobre todo en las personas de riesgo, y que debería evitarse el uso de fármacos nefrotóxicos, sobre todo AINES (antinflamatorios no esteroideos). Asimismo, sostiene que habría que disminuir la ingesta de sal y propiciar un buen control de las cifras de tensión arterial y una mejora de los niveles glucémicos en los diabéticos y los niveles de colesterol y triglicéridos en la población general y de riesgo.
Potenciar la relación entre el médico de AP y el urólogo
Aunque todavía se debe potenciar la relación que existe entre los urólogos y los médicos de Familia, “el nivel de colaboración ha mejorado mucho en los últimos años, fundamentalmente por el conocimiento mutuo a partir de la elaboración de diversos cursos y documentos conjuntos, entre los que destacan los criterios de derivación en HBP”, destaca el médico del CAP Llefià con motivo de las IV Jornadas Nefrourológicas de SEMERGEN, celebradas recientemente en Girona. De hecho, se están elaborando a nivel comarcal unos protocolos consensuados entre los dos niveles asistenciales que están permitiendo un mejor control y seguimiento compartido del paciente urológico. “Esta buena relación a nivel de sociedades debería extenderse a nivel local y autonómico, donde aún existen ciertas reticencias en algunos urólogos y médicos de Atención Primaria (AP)”, comenta Brenes, de acuerdo con unas declaraciones difundidas por SEMERGEN.