Redacción Farmacosalud.com
“Antes de la cesárea, mi pareja pidió poder cortar el cordón umbilical y yo como madre pedí, sobre todo (porque era muy importante para mí), tener el ‘piel a piel’ con el niño justo después de que naciera. Cuando llegó el momento incluso con mis manos ayudé a que el bebé saliera… Ellos sacaron la cabecita del niño y, cuando ya tenían a mi hijo medio sacado, me cogieron las manos y las acompañaron hasta ponerlas alrededor del bebé… y entonces tú ya lo coges y te lo pones encima mientras ellos van controlando que no se mueva mucho, que no te hagas daño, etc… Lo vivimos de una forma muy emocionante, muy diferente a lo que se espera vivir con una cesárea. Son momentos que tienes que vivir con tu pareja, es para gozarlo. Estamos muy agradecidos. La gente debe saber que existen este tipo de cesáreas”.
Son palabras de Bárbara Sandoval, madre acogida a la nueva modalidad de cesárea que se ha puesto en práctica en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona con el fin de favorecer el vínculo madre-hijo. Bárbara, que reside en el municipio de Gurb (Barcelona), comenta que tanto ella como Eusebi, su hijo, se encuentran en perfectas condiciones. Cabe recordar que una cesárea es un tipo de intervención quirúrgica que consiste en la realización de una incisión a la altura del abdomen con la finalidad de poder extraer la/s criatura/s. Se lleva a cabo cuando se considera que el parto vaginal puede comportar serias complicaciones.
En una cesárea provínculo siempre se garantiza la seguridad de la madre y del bebé
El Hospital Vall d’Hebron ofrece a las mujeres embarazadas que requieren una cesárea la posibilidad de escoger aspectos clave del procedimiento con el objetivo de potenciar la humanización y la emoción del momento. Este tipo de cesárea provínculo se hace siempre garantizando la seguridad de la madre y del bebé. Vall d’Hebron es, pues, un centro pionero a la hora de ofrecer a las mujeres más protagonismo para que vivan el parto de la forma más idónea para ellas y sientan que pueden establecer un buen vínculo con sus hijos desde el nacimiento.
Tal y como explica la doctora Elena Carreras, jefa de Obstetricia y Ginecología de dicho centro hospitalario, “cuando una mujer tiene su hijo por cesárea, el equipo médico toma más protagonismo en el parto. Como una cesárea es una intervención quirúrgica, los profesionales quieren estar seguros de que todo irá bien”. Cuando sale el bebé, se le hacen muchas pruebas y la madre no es la primera persona que lo puede coger en brazos; puede pasar un buen rato hasta que la madre puede tener su hijo sobre el pecho; no se deja que el acompañante de la madre corte el cordón umbilical, etc”. Son factores que, según Carreras, hacen que “la madre no viva su parto como una situación especial y única para recordar toda la vida”.
'¿Quieren silencio para que la primera voz que escuche el bebé sea la de la madre?'
Ahora, Vall d’Hebron quiere iniciar un cambio de paradigma en la forma en que se llevan a cabo las cesáreas ofreciendo un tipo de intervención que otorga más protagonismo a la madre y que favorece el vínculo con su hijo. “El factor más importante en una cesárea es la seguridad, porque las que hacemos en Vall d’Hebron siempre se realizan por un motivo médico que afecta a la madre o a la criatura. No se realizan cesáreas de manera gratuita”, apunta la doctora. En Vall d’Hebron, con este tipo de cesárea provínculo se garantiza al cien por cien la seguridad de la madre y el bebé, pero ofreciendo mucho más margen a la madre para que tome decisiones muy importantes sobre un momento tan especial. “El vínculo afectivo entre madre e hijo se establece desde el mismo momento del nacimiento -prosigue la facultativa-. Ofrecemos opciones para las cuales actualmente las mujeres no tienen poder de decisión”.
Así, los profesionales plantean la posibilidad de que la mujer decida si quiere ver la salida del bebé, si quiere ser ella quien acabe de sacar al bebé, si quiere tenerlo sobre su pecho inmediatamente y cuánto tiempo, si quiere que su acompañante corte el cordón umbilical, si quiere una luz tenue o una música especial, si quiere que los profesionales estén callados cuando nazca el bebé para que la primera voz que escuche sea la de la madre... “Vall d’Hebron es un centro pionero en España ofreciendo un escenario del parto por cesárea en que la familia puede disfrutar del nacimiento del bebé”, añade Carreras. Además, el sensor que evalúa la frecuencia cardiaca en la madre no se coloca en el pecho, sino en la espalda, y el pulsómetro no se coloca en la mano, sino en el pie, para facilitar que la madre pueda coger a su hijo y tenerlo piel con piel.
En una reunión previa se aclaran las dudas
Cuando los profesionales sanitarios programan una cesárea, ya sea por motivos médicos de la mujer o del niño, también evalúan la posibilidad de que la intervención sea provínculo, es decir, que la gestante tome muchas decisiones sobre su futuro parto. “Establecemos qué factores puede decidir la madre, siempre teniendo en cuenta la seguridad de madre e hijo”, comenta la ginecóloga y experta en obstetricia. De este modo, los profesionales sanitarios se reúnen con la futura parturienta para explicarle que ella puede tomar determinadas decisiones sobre su parto para que lo viva de la forma más personal posible. En estas reuniones previas, la madre puede exponer sus deseos e inquietudes a los profesionales. “Respondemos a todas sus dudas para ayudarla a hacer que el parto sea muy especial. Por lo tanto, se hace un plan de parto por cesárea, y la madre escoge cuál es la opción que ella prefiere”, precisa.
La búsqueda de la garantía de máxima seguridad es uno de los argumentos que llevan a los profesionales sanitarios a mostrarse reticentes a la hora de dejar ciertas decisiones en manos de las madres. Pero, tal y como matiza Carreras, ya existen estudios internacionales que “demuestran que este tipo de cesárea provínculo no es menos segura. No hay más riesgo de sangrado, infecciones u otros tipos de complicaciones y en cambio las madres se sienten mucho mejor atendidas y disfrutan de su parto”.