Redacción Farmacosalud.com
Quien avisa no es traidor… Doctor Alex Pasarin, coordinador del Servicio de Rehabilitación del Hospital Sant Rafael de Germanes Hospitalàries (Barcelona): “En los años pares se da mayor incidencia de fascitis y lesiones del Aquiles; este hecho coincide con que en los años pares se celebran campeonatos mundiales de fútbol o juegos olímpicos y un mayor número de población no preparada, con mala calidad de aparato locomotor, empieza a correr o hacer deporte”. Se entiende que esas personas no preparadas se dejan llevar por la influencia que ejerce el espíritu olímpico o bien por el frenesí del fútbol a la hora de decidirse a practicar deporte, por lo que insistimos: quien avisa no es traidor… estamos en 2016, año par, año de Juegos Olímpicos y de Eurocopa de selecciones de fútbol...
“La fascitis plantar y, después, la tendinitis de Aquiles son algunas de las lesiones más frecuentes en los corredores y, como en toda la patología del aparato locomotor, la clave es la prevención, ya que las garantías de curación absoluta cuando se pasa a fase crónica son pocas”, advierte Pasarin a través de wwwfarmacosalud.com.
Los conceptos básicos en la prevención en estas dos lesiones son:
1- Variar con frecuencia la altura del tacón del calzado, sobre todo en las mujeres. “En este sentido, se ha comprobado que si pasan todo el invierno con tacón alto y en verano utilizan siempre calzado plano aumenta la probabilidad de sufrir estas lesiones”, afirma el doctor Pasarin.
2- Ser conscientes que son lesiones por sobrecarga. La sobrecarga es un término relativo y que, en este caso, depende de dos factores: el primero y más importante es la calidad de nuestro aparato locomotor, es decir, tener músculos fuertes y elásticos y tener un buen nivel de colágeno, así como un cartílago y huesos resistentes. Esta calidad a partir de los 35 años empieza a perderse y, si no se ha adquirido con anterioridad haciendo ejercicio, el capital es menor y las pérdidas tienen mayores consecuencias. El segundo factor son las cargas; así, si aplicamos cargas superiores a la resistencia de nuestro aparato locomotor las garantías de que suframos una lesión son superiores. “Por lo tanto, hay que ser conscientes de los retos deportivos que nos planteamos”, señala.
En este sentido, “hay un interesante estudio que objetiva que en los años pares se da mayor incidencia de fascitis y lesiones del Aquiles; este hecho coincide con que en los años pares se celebran campeonatos mundiales de fútbol o juegos olímpicos y un mayor número de población no preparada, con mala calidad de aparato locomotor, empieza a correr o hacer deporte. Es evidente la mayor incidencia actual en individuos que nunca han realizado deporte alguno y empiezan a los 40 años a jugar al pádel o a correr, primero, las carreras de 10 km, después la media maratón y, al final, la maratón”, comenta el facultativo.
3- El tercer factor preventivo es hacer una preparación física correcta y bien dirigida en relación al deporte que se quiera practicar. En esta preparación física, uno de los pilares básicos es el estiramiento y la flexibilización muscular, herramientas básicas para contrarrestar las retracciones musculares que conlleva la vida sedentaria actual. “Es curioso observar, en la llegada de cualquier carrera popular, la poca gente que se dedica a hacer estiramientos”, desvela el coordinador del Servicio de Rehabilitación del Hospital Sant Rafael de Germanes Hospitalàries.
4- El cuarto factor es ser consciente de las limitaciones de la edad. Ello “no quiere decir que una persona sea mayor a los 50 años, sino que tiene que entender que su cuerpo no es el mismo que cuando tenía 20 años”, argumenta el doctor.
Atención a los riesgos podológicos asociados a la llegada del ‘buen tiempo’
Poco a poco va llegando lo que popularmente se conoce como ‘buen tiempo’, de manera que ya hay que ir guardando la ropa de abrigo y sustituirla por piezas más frescas. Lo mismo sucede con el calzado: pasamos de utilizar zapatos cerrados, de suela rígida y, muchas veces, con tacón, a llevar calzado más abierto, flexible y plano, como abarcas o chanclas. Este cambio de calzado suele afectar el pie e incluso puede llegar a provocar lesiones, como las susodichas fascitis plantar y tendinitis de Aquiles. "En primavera constatamos un aumento de estas patologías, relacionado con el hecho de que el paciente, que ha llevado zapatos más rígidos y con tacón durante buena parte del invierno, pasa a llevar un calzado más abierto y más plano", explica Pasarin, en unas declaraciones recogidas por el centro hospitalario Sant Rafael de Germanes Hospitalàries. De hecho, en las medidas de prevención destacadas anteriormente, el galeno ya apuntaba la conveniencia de que, sobre todo en el caso de las mujeres, se varíe con frecuencia la altura del tacón del calzado.
Cuando se utilizan tacones o zapato cerrado durante largo tiempo, los músculos trabajan menos y de manera concéntrica, es decir, se acortan. De este modo, según el especialista, cuando se pasa a utilizar un zapato abierto y plano, los músculos que impulsan el pie al caminar y mantienen la vuelta (el arco del pie) deben trabajar de manera excéntrica, se alargan, y se modifica la biomecánica del pie. "Si este cambio se hace de manera súbita es cuando pueden producirse lesiones, sobre todo en personas de más de 40 o 50 años, que es el periodo durante el cual empieza a dar síntomas el desgaste inevitable del aparato locomotor", refiere Pasarin.
Por lo tanto, se recomienda ir variando el tipo de calzado y alternar los tacones con zapato plano, no sólo durante el invierno, sino también durante la época de bonanza, con el objetivo de que el pie no se acostumbre a caminar con un tipo determinado de calzado. Aparte de los zapatos, los cambios en los hábitos, como el incremento del ejercicio al aire libre con un calzado inadecuado, también son una causa del aumento de este tipo de lesiones con la llegada del buen tiempo. "Cuando hace calor, mucha gente también utiliza las sandalias para salir a caminar en lugar de calzado deportivo transpirable que se adapte correctamente al terreno, y nuestros pies se resienten", alerta el experto.
Síntomas y tratamiento en el ámbito de la fascitis plantar
La fascitis plantar se manifiesta con dolor en la planta del pie, en el talón o en la cara interna del mismo. De inicio, el paciente lo puede notar tras un cambio de calzado o después de una caminata de duración fuera de lo habitual. El dolor inicial puede ser muy intenso y continuo, pero con las semanas va mejorando de manera progresiva. “En la fase crónica el dolor se presenta, sobre todo, al empezar a caminar tras estar sentado o, por la mañana, al dar los primeros pasos. Este dolor va mejorando cuando ya se ha iniciado la marcha pero reaparece al cabo de un tiempo”, precisa Pasarin.
¿Cuándo debe tratarse una fascitis plantar y qué tratamientos son los más efectivos? Según el especialista, “si el paciente acude al médico es porque solicita tratamiento, si bien hay fascitis plantares que se solucionan de manera espontánea, con paciencia y sin hacer reposo. Existen multitud de tratamientos descritos para la fascitis, lo que significa que ninguno es efectivo al 100%”. Las bases del tratamiento son:
-Tratar la inflamación en las fases iniciales con fármacos, crioterapia o infiltración y no hacer reposo de marcha, aunque duela.
-En la fase subaguda se debe tratar la lesión con terapia física (ultrasonidos, masaje profundo, ondas de choque, etc.) Si existe retracción de gemelos, soleo, flexores del dedo gordo o de la musculatura intrínseca del pie, es muy importante tratarlo con fisioterapia para estirar la musculatura retraída.
-En la fase crónica se pueden prescribir plantillas.
Síntomas y tratamiento en el ámbito de la tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles se caracteriza por la aparición de dolor en el tendón con tumefacción del mismo a nivel central o dolor en la inserción del tendón en el calcáneo. El ritmo del dolor es el mismo que en la fascitis. Por lo que respecta al tratamiento, “el planteamiento es el mismo que el de la fascitis, ya que son dos lesiones que afectan a dos zonas diferentes pero que forman parte del mismo sistema biomecánico, que es el de la propulsión del pie para la marcha”, explica Pasarin.
Cabe destacar que “es extraordinariamente raro” que los niños sufran de fascitis plantar o tendinitis de Aquiles, “debido al importante papel que juega la calidad del aparato locomotor en estas patologías”, indica el médico.
La Comisión de Mediación Corporativa, una medida pionera en podología
Por otro lado, el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía ha constituido la Comisión de Mediación Corporativa, una medida pionera en el ámbito colegial sanitario. La institución ofrece así a sus colegiados de las ocho provincias un servicio ágil y rápido de resolución de conflictos tanto entre profesionales de la podología como en casos de divergencias con los pacientes. La iniciativa tiene como objetivo principal el establecimiento de cauces que preserven el acercamiento entre las partes que no compartan una misma solución del problema suscitado, tanto dentro de las relaciones entre el podólogo y el paciente, como de los profesionales colegiados entre sí, siempre bajo las premisas de confidencialidad y agilización de soluciones.
Para el secretario del Colegio, Antonio Guerrero, “es evidente que existen los mecanismos propios de las Comisiones Deontológicas para la resolución de conflictos en las Corporaciones, pero el hecho de integrar la mediación como un plus de servicio dentro del catálogo colegial creemos que hará más sencillo el ofrecer instrumentos útiles de generación de acuerdos tanto en pacientes como en profesionales.”