Redacción Farmacosalud.com
¿Está preparada la Medicina de Familia ante la amenaza de la viruela del mono? “En la mayoría de los Centros de Salud carecemos del acceso a la prueba diagnóstica. Necesitamos poder acceder a las pruebas de detección de las patologías emergentes con la máxima celeridad, porque es algo que ya vivimos en su momento con la COVID y que nos ha vuelto a pasar con esta afección”, contesta la Dra. Remedios Martín Álvarez, nueva presidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), quien considera que “en España existe un déficit de inversión en Atención Primaria (AP)”. Hablando del COVID-19… la Dra. Martín Álvarez quiere destacar la concienciación y “auto-responsabilidad” mostrada por los ciudadanos frente al coronavirus SARS-CoV-2, ya que “son muchas las personas que, aun teniendo autodiagnósticos negativos y con la presencia de síntomas en vías altas, están usando la mascarilla en todos sus ámbitos de relación social” para evitar nuevos contagios.
-‘Trabajaré para recuperar el prestigio de la especialidad’. Estas han sido sus primeras palabras tras ser designada máxima representante de semFYC. ¿Por qué ha perdido prestigio la Medicina de Familia española?
En España existe un déficit de inversión en Atención Primaria (AP). La situación actual de este nivel asistencial y la falta de planificación de los gestores en la mayoría de casos, entre otros factores, nos conducen a una situación crítica. Con este escenario, desde la semFYC ya hemos presentado una propuesta de Ley General de Atención Primaria que se fundamenta en valores tan importantes para nuestra sociedad científica como el acceso universal a una AP pública que asegure la accesibilidad, la coordinación de la AP con el resto de los agentes sociales y de salud, la capacidad resolutiva de los EAP (Equipos de Atención Primaria) y la eficiencia y la sostenibilidad del nivel asistencial, así como las mejoras organizativas, el desarrollo de una cartera de servicios y el blindaje de la financiación.
-¿Qué otros objetivos se ha marcado al frente de semFYC?
El reto más importante de cara al futuro es asegurar un nuevo modelo de Atención Primaria, necesario para dar entrada al resto de actores que participan en la AP: enfermeros, auxiliares, decanos, administrativos sanitarios y el resto de trabajadores deben caminar juntos hacia ese nuevo modelo. Por este motivo, creemos que es necesaria una ley de Atención Primaria que asegure que, independientemente de quién esté en el Gobierno, los ciudadanos tengamos una AP de valor, segura, inclusiva, sostenible y económicamente bien presupuestada. Además, todos nuestros socios esperan que la Sociedad defienda su especialidad y su situación como médicos y médicas. Es interesante saber que somos una organización científica feminizada: el 70% somos mujeres, un porcentaje que se incrementa enormemente en el rango de edad más joven. Y hay que hacer saber a las administraciones y a la sociedad en general la importancia que tiene la conciliación laboral-familiar… y esto no sólo para las mujeres, sino también para los hombres.
Por otro lado, uno de los desafíos más interesantes es el Real Decreto de Especialidades y Áreas de Capacitación, las ACES. Poquísimos días después de la Asamblea de Sevilla pasó por el Consejo de Ministros el Real Decreto que abre la puerta a constituir nuevas especialidades y ACE. Desde la semFYC llevamos más de 15 años reivindicando una ACE de Urgencias y otra de Cuidados Paliativos. La Sociedad ya desarrolló la base para la implantación de las ACE de Urgencias y Emergencias y la de Cuidados Paliativos mediante dos documentos de resumen de su corpus de tronco en 2011 y 2015, respectivamente.
El Real Decreto permitirá un progreso asombroso en el reconocimiento de todas las vocaciones que existen en el seno de la Medicina Familiar y Comunitaria. De hecho, ya nos hemos puesto en contacto con la Comisión Nacional de la Especialidad para explicar esta posición de la Sociedad en la solicitud de crear una ACE de Urgencias y Emergencias, y otra de Cuidados Paliativos.
-Su nombramiento como nueva presidenta de semFYC ha tenido lugar en el XLII Congreso de esta organización médica. ¿Qué contenido en concreto de la reunión quisiera destacar por su relevancia?
Durante la reunión se eligió, de forma asamblearia, la nueva junta a través de la votación de las 17 sociedades federades que integran la semFYC. Además fue, desde el fallecimiento de Salvador Tranche, quien fue presidente de la Sociedad, una emotiva ocasión de reencuentro. En esta cita se configuró una junta de ilusión, en la que se mantienen cuatro seniors para dar un poco de continuidad al proyecto semFYC, pero, sobre todo, se incorpora mucha gente joven que viene con muchas ganas.
Por otro lado, esta es una junta muy feminizada y debemos tener en cuenta que entre lo que son residentes y jóvenes médicos, el colectivo está todavía más feminizado. De ahí que viéramos que era importante incorporar mujeres dentro de las vocalías y en el ámbito de jóvenes médicos. También concluimos que era necesario reforzar más toda la parte de innovación, la universidad, investigación… por eso tenemos un perfil directivo que toca todos los perfiles de todos los ámbitos de la Medicina de Familia: investigación, universidad, unidades docentes, prevención de la salud dentro del programa PAPPS, el PACAP o Comunicación y Salud. Somos una junta que está formada con todo lo que son las estructuras transversales importantes dentro de semFYC. A su vez, contamos con representantes de todas las áreas competenciales en las que estamos las y los médicos de familia. Así, tenemos representantes que vienen del ámbito rural y la urgencia, además de nuestros residentes y jóvenes médicos, y luego todo lo que son las estructuras propias de semFYC como coordinadores de grupos de trabajo de Programas, Comunicación y Salud, Unidades Docentes, Investigación y Universidad.
-Estamos ya en la séptima ola de COVID-19. ¿Cómo lo ven desde Atención Primaria?
En el mes de marzo presentamos una propuesta para sentar las bases que permitan determinar el momento y la forma de un cambio de estrategia nacional en la gestión de la COVID-19, entendiendo que va a redundar en mejoras generales para el SNS (Sistema Nacional de Salud) y la atención a nuestros pacientes. Para la semFYC es capital contribuir a construir un adecuado modelo de vigilancia epidemiológica -que no sólo se oriente al actual escenario COVID-19- y al mismo tiempo salvaguardar los servicios sanitarios, especialmente de la AP. Todo ello pasa, sin duda, por el fomento y el aumento de la autonomía y la autorresponsabilidad en salud de la población, y la posibilidad de que los profesionales puedan dedicar su tiempo asistencial a las actividades que aportan valor clínico, así como a las personas con enfermedades crónicas.
-¿Es usted partidaria de volver a la obligatoriedad del uso de la mascarilla en interiores?
Las cuestiones relativas a la obligatoriedad de la mascarilla en interiores están ampliamente reguladas por el Gobierno y han constituido un tema que, de hecho, durante todo el proceso epidémico ha sido susceptible de controversias vinculadas a dichas regulaciones.
El marco que tenemos ahora mismo es claro y no hay obligatoriedad de usar la mascarilla en interiores, salvo en aquellos espacios que determina la ley. Sin embargo, como médico de familia y ante el aumento de autodiagnósticos que efectivamente se están percibiendo desde las consultas, debemos hacer una llamada al civismo por parte de la población y a su capacidad de analizar las situaciones que sí puedan entrañar un riesgo. Como ejemplo paradigmático de una situación que sí puede entrañar un riesgo, podría estar hablándose de espacios cerrados y sin ventilación intensa manifiesta en los que puede haber un determinado volumen de personas de edad avanzada. En estos casos, a lo que apelaría es al sentimiento de tener que proteger a las personas con mayor riesgo. Se ha percibido que vamos avanzando hacia esta auto-responsabilidad de forma clara y vemos que ya son muchas las personas que, aun teniendo autodiagnósticos negativos y con la presencia de síntomas en vías altas, están usando la mascarilla en todos sus ámbitos de relación social.
-¿Está preparada la Medicina de Familia ante la amenaza de que la viruela del mono haya venido para quedarse o incluso expandirse?
La monkeypox es un caso muy paradigmático de cómo pueden funcionar las infecciones emergentes. En cuanto a infección emergente me refiero al proceso de enfermedad que no está presente de forma natural en nuestra comunidad y que se manifiesta de un modo similar al que lo ha hecho esta infección: se han producido unos primeros casos aislados que ha costado un poco más diagnosticar correctamente porque no es una infección habitual en nuestro medio pero que, en el momento en que se han diagnosticado, todo nuestro sistema de salud y nuestras alertas como médicos han funcionado y están funcionando extraordinariamente bien. Estamos, yo misma estoy, detectando casos en la consulta.
El único pero que le podría encontrar al proceso de la monkeypox -y para nosotros que somos médicos de AP es un pero importante- es que en la mayoría de los Centros de Salud carecemos del acceso a la prueba diagnóstica. Necesitamos poder acceder a las pruebas de detección de las patologías emergentes con la máxima celeridad, porque es algo que ya vivimos en su momento con la COVID y que nos ha vuelto a pasar con esta afección. Hemos estado diagnosticando por cuadros clínicos… ¿Lo seguiremos haciendo mientras no tengamos acceso a las pruebas clínicas? Por descontado, pero no es el escenario ideal de trabajo. Porque, además, genera desconfianza hacia el nivel asistencial de la Atención Primaria el tener que decir ‘probablemente es una infección por monkeypox, pero tendrás que ir a un hospital para que te lo acaben de determinar’. Solucionar esto es muy fácil, pero hace falta voluntad.
-¿Y qué puede decirnos acerca del aumento de casos de sarna?
Pues, sinceramente, es algo que nos preocupa mucho; es un proceso que está bajo investigación porque sí que es verdad que ha habido un aumento de casos y las indicaciones nos pueden llevar a pensar que, de un modo u otro, ese incremento ha estado vinculado con las épocas del confinamiento. Se está investigando si hay relación con esto, pero todavía no existe una determinación clara al respecto. Este es uno de esos momentos de impasse que a la prensa le resultan muy incómodos, pero que forman parte del día a día del ejercicio médico y, sobre todo, de la investigación sanitaria: es cuando os decimos ‘parece que pudiera ser una hipótesis de trabajo, pero todavía no hay concreción al respecto de una relación estrecha causa-efecto’.
-¿Le preocupa también el incremento y gravedad de los casos de tuberculosis infantil en España?
Sé que ha habido un posicionamiento de las Sociedades de Pediatría sobre la necesidad de disponer de comprimidos orales dispensables de dosis fija combinada de antituberculosos de primera línea para el tratamiento del niño con tuberculosis en España.
La cuestión de fondo e importante que hallamos aquí es la preocupación latente de que se creen resistencias frente a los tratamientos, no sólo de la tuberculosis, sino en general de todos los procesos infecciosos provocados por bacterias. Desde la semFYC hace tiempo que trabajamos en el entorno de las resistencias microbianas y hemos sido un actor muy demandante de un plan para hacer frente a las resistencias microbianas desde AP -de hecho, participamos en el mismo desde el momento en que se implantó-. Hemos impulsado numerosas acciones de actualización sobre el uso prudente de antibióticos y de las nuevas formas de prescripción orientadas a combatir las resistencias, e incluso estamos siendo promotores del proyecto HAPPY PATIENT, que, financiado por el 3rd EU-Funded Health Program, es una de las iniciativas puestas en marcha desde la Comisión Europea para afrontar la amenaza de escasez de antibióticos útiles para combatir las bacterias.
Creo que las infecciones emergentes, las resistencias microbianas y la necesidad de orientar el Sistema Nacional de Salud al envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades crónicas y, por ende, los pacientes pluripatológicos complejos, son tres de los retos importantes que, en el ámbito clínico, tenemos delante nuestro.