Redacción Farmacosalud.com
El doctor Domingo Hernández Marrero, nuevo presidente de la Sociedad Española de Trasplante (SET), admite que la aplicación de órganos artificiales para sustituir a órganos que han perdido su función está “un poco lejos de aplicarse en humanos que necesiten un multitrasplante. No obstante, se está ensayando en animales de experimentación un riñón biónico que incorpora células renales a un andamiaje de estructuras de silicio, filtrando sustancias de desecho de nuestro organismo como un riñón humano, con lo que se evitaría así la diálisis crónica”. Según Hernández Marrero, “en un futuro próximo” el riñón biónico “podría ser una alternativa para suplir la función renal en los pacientes que así lo necesiten”.
El facultativo, además, califica de “sorprendentes” las noticias que llegan de Brasil y que giran en torno al éxito de un vendaje a base de piel de pez tilapia para pacientes quemados que puede llegar a evitar, finalmente, cirugías de injerto para dichas zonas quemadas. Ahora bien, a renglón seguido el doctor apela a la cautela porque “se necesitan estudios clínicos más amplios para confirmar estos hallazgos”. Para el nuevo presidente de la SET, entre las asignaturas pendientes en el mundo de los trasplantes figura “mejorar la supervivencia de los injertos y de los pacientes” e “incrementar el trasplante con donante vivo, especialmente el renal y el hepático”.
-España es líder mundial en donación de órganos y en trasplantes… ¿eso facilita su labor al frente de la SET?
Efectivamente, España es un país referente en el ámbito mundial en donación y en trasplantes y esto, obviamente, conlleva una responsabilidad indudable para la actual Junta Directiva de la SET a la hora de mantener, difundir e incrementar, aún más si cabe, el nivel científico derivado de nuestra excelente actividad de trasplantes, lo que permitirá mejorar los resultados. Al mismo tiempo, el hecho de que sea una Sociedad Científica de diferentes tipos de trasplantes de órganos pudiera facilitar el intercambio de conocimientos, el fomento de iniciativas o el establecimiento de estrategias conjuntas para abordar los temas médicos y socio-sanitarios más preocupantes en el campo de los trasplantes de órganos sólidos.
-Uno de sus objetivos al frente de la Sociedad es la creación del Registro Científico de Trasplante dentro de la SET que aúne toda la actividad trasplantadora de los diferentes órganos, algo que, sumado al ya eficiente Registro de donación y trasplante de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), puede contribuir a mejorar los resultados en términos de supervivencia. ¿Para cuándo podría estar disponible el Registro de la SET?
El Registro de la ONT ofrece una información muy valiosa de donación y trasplante en nuestro país que todos compartimos y que tiene un gran reconocimiento a nivel nacional e internacional. Asimismo, existen otros registros que proporcionan una información muy útil sobre la actividad de trasplantes de órganos como los Registros autonómicos u otros registros científicos como el Registro de trasplante Hepático, el de Trasplante Cardiaco o el registro de Diálisis y Trasplante de la Sociedad Española de Nefrología.
Por tanto, para poner en marcha un Registro Científico global de Trasplantes se necesita el consenso y la colaboración de la propia ONT, de las sociedades científicas y de los registros autonómicos para poder ensamblar toda la información en aras de poder obtener conclusiones que mejoren los resultados de nuestros trasplantes. Esto conlleva un trabajo arduo entre todos los responsables para que, con compromiso, generosidad, y disponibilidad, se pueda llevar a cabo satisfactoriamente. Siendo optimista, durante estos dos años de candidatura daremos los primeros pasos en esta dirección.
-¿Al margen de dicho Registro, en el ámbito de los trasplantes, qué asignatura pendiente hay actualmente en España?
Los trasplantes de órganos son el tratamiento de elección para los pacientes con déficit funcional severo de cada órgano correspondiente, pero en la actualidad continuamos observando una pérdida crónica e inexorable de la funcionalidad de los injertos aún en las mejores condiciones de partida (como el trasplante con donante vivo) y una excesiva mortalidad de los receptores con respecto a la población general de similar edad y sexo. Por tanto, una de las asignaturas pendientes en el mundo de los trasplantes es mejorar la supervivencia de los injertos y de los pacientes. Sin duda, esto conlleva una serie de medidas que van surgiendo del conocimiento científico como optimizar la inmunosupresión, minimizar los factores de riesgo cardiovascular, profundizar en los mecanismos de senescencia tisular, disminuir la incidencia de diabetes post-trasplante o evitar los tiempos de isquemia alargados del injerto, entre otros.
Al mismo tiempo, otra de las asignaturas pendientes en España es incrementar el trasplante con donante vivo, especialmente el renal y el hepático. Esta modalidad de trasplante ofrece los mejores resultados en términos de supervivencia, pero en los últimos años esta actividad ha disminuido a pesar del esfuerzo denodado de los profesionales del trasplante. No creo que sea una falta de mentalización de los ciudadanos ni de los médicos responsables, si bien es verdad que España es un país con una incrementada tasa de donación tras muerte encefálica o tras parada cardio-respiratoria, y esto quizás pudiera originar una relajación en los esfuerzos para lograr la donación de vivo. En cualquier caso, debemos aunar fuerzas para mantener la esperanza en este tipo de trasplantes y fomentar esta actividad en los próximos años.
-Usted ha sido nombrado nuevo presidente de la SET durante el 5ª Congreso de esta Sociedad, celebrado recientemente en Madrid. ¿Qué avances conocidos en esta reunión congresual destacaría, podría detallarlos?
Los contenidos de las sesiones científicas se han centrado esencialmente en los avances en investigación básica, los problemas clínicos emergentes y la innovación técnica en la práctica clínica de los trasplantes, temas que fueron abordados por alrededor de 350 expertos nacionales y extranjeros de los diferentes campos de investigación en el trasplante de órganos sólidos.
En efecto, se trataron en profundidad temas científicos muy novedosos y de proyección futura en el campo de los trasplantes como la diabetes post-trasplante, un problema muy prevalente tras la intervención (20-25%) que pudiera condicionar una disminución de la supervivencia del injerto y del paciente. Asimismo, se abordaron en otras mesas plenarias transversales el empleo de inmunoterapia celular, las implicaciones patológicas de la senescencia celular, o los aspectos más relevantes para la optimización de la donación en asistolia controlada o la preservación de órganos. Y todo ello, sin olvidar las 180 comunicaciones científicas de los diferentes campos de los trasplantes de órganos sólidos que saldrán publicadas en la revista científica ‘Transplantation Proceeding’.
También se incluyó por primera vez una sesión de pacientes bajo el título ‘Integración de las personas con enfermedad crónica trasplantadas’, moderada por los presidentes de ALCER y FETCO, en la que se abordaron cuestiones sobre la integración social y laboral, así como la discapacidad como elemento diferenciador. Finalmente, este congreso sirvió de marco para celebrar el III Encuentro Ibérico de Trasplantes, organizado conjuntamente entre la Sociedad Española de Trasplante (SET) y la Sociedad Portuguesa de Trasplante (SPT), donde se tuvo la oportunidad de intercambiar experiencias y conocimientos entre las dos sociedades científicas.
-Precisamente, a raíz de esa sesión dedicada a los pacientes se ha conocido que las asociaciones de trasplantados defienden el reconocimiento de la discapacidad laboral para las personas que han recibido un injerto…
El trasplante de órganos también es el mejor tratamiento en cuanto a la recuperación de la calidad de vida de los pacientes. Obviamente, si los pacientes tras el trasplante continúan con comorbilidades importantes (diabetes mal controlada, deterioro de la función renal, infecciones frecuentes, etc.) que pudieran mermar la calidad de vida y limitar la autonomía y la reinserción laboral, los enfermos deberían tener un justo reconocimiento de su discapacidad laboral para facilitar el acceso a bolsas de empleo a las que todavía no pueden llegar. Pero, por otro lado, he sido testigo durante mi carrera profesional de muchos pacientes que, habiendo sido trasplantados con éxito, piden voluntariamente reincorporarse a su actividad laboral previa o iniciar con ilusión nuevos proyectos vitales o líneas de trabajo.
-Por cierto, la generosidad de las personas que dan un órgano en vida (por ejemplo, aquellos que dan un riñón, a veces a individuos desconocidos) es premiado con el reconocimiento social, pero… ¿si con el paso del tiempo esos donantes en vida tienen un problema vinculado a su donación (imaginemos que sufren un contratiempo con el único riñón que les queda), la sanidad y el sistema español les da la cobertura que merecen?
Tras la donación de vivo, el centro trasplantador tiene la obligación de vigilar y controlar la salud del donante de por vida. En general, tras la donación de vivo es muy infrecuente la aparición de problemas importantes de salud (por ejemplo, la insuficiencia renal severa en los donantes renales), pero si, desafortunadamente, el donante sufriese alguna complicación médica, estas personas tendrían y recibirían los mismos cuidados y prestaciones médicas en el tratamiento de sus afecciones que los receptores de sus órganos.
-¿El líneas generales, en qué nivel se encuentra la regeneración celular para los trasplantes (tratamiento celular para mejorar la calidad de un injerto)?
Se trata de un campo muy complejo y, actualmente, creo que estamos aún un poco lejos de aplicar técnicas de regeneración celular en humanos para incrementar las expectativas de supervivencia de los injertos. No obstante, se están realizando avances importantes en traumatología, o en el campo de las lesiones neurológicas. De hecho, se está investigando intensamente en la regeneración neuronal con células madre y sus posibles implicaciones en el mundo del trasplante. Asimismo, se investiga cada vez más en los mecanismos patogénicos de la senescencia precoz de los injertos, especialmente los renales, como la disminución de la producción de Klotho, una proteína que nos protege del envejecimiento y que se produce mayoritariamente en el riñón.
-¿Y los órganos artificiales -no procedentes de humanos ni de animales-, cómo pueden ayudar a mejorar un multitrasplante? Pongamos por caso que un mismo paciente necesite el trasplante de varios órganos, si bien alguno de ellos puede que no esté en buenas condiciones, por lo que se podría necesitar el recurso de un órgano artificial. ¿En qué momento se encuentra este tipo de injertos?
La aplicación de órganos artificiales para sustituir la actividad de nuestros órganos que han perdido su función está también un poco lejos de aplicarse en humanos que necesiten un multitrasplante. No obstante, se está ensayando en animales de experimentación un riñón biónico que incorpora células renales a un andamiaje de estructuras de silicio, filtrando sustancias de desecho de nuestro organismo como un riñón humano, con lo que se evitaría así la diálisis crónica. Estos estudios en animales se están llevando a cabo en la Universidad de California y en un futuro próximo podría ser una alternativa para suplir la función renal en los pacientes que así lo necesiten.
-En Brasil se está probando con éxito un vendaje a base de piel del pez tilapia para pacientes quemados, hasta el punto de que su uso puede llegar a evitar finalmente cirugías de injerto para esas zonas quemadas. ¿Cómo lo ve?
Efectivamente, han surgido noticias sorprendentes sobre la regeneración cutánea en grandes quemados utilizando la piel tratada del pez tilapia. Es posible que la propia composición peptídica y molecular de dicha piel pudiera favorecer estos resultados, pero debemos de ser cautos, ya que se necesitan estudios clínicos más amplios para confirmar estos hallazgos.