Redacción Farmacosalud.com
El doctor Joaquín Sastre, jefe del Servicio de Alergia de la Fundación Jiménez Díaz (IDCsalud) en Madrid, es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Teniendo en cuenta la gran complejidad que presentan las patologías alérgicas, en las que intervienen factores genéticos, exposición a alérgenos y flora microbiana, los pronósticos de Sastre de cara al futuro no son precisamente muy halagüeños que digamos: “Desafortunadamente, mientras no sepamos más sobre estas interrelaciones es muy difícil tomar medidas preventivas para estas enfermedades. De hecho, se calcula que para el 2050 la mitad de la población de países desarrollados tendrá algún tipo de alergia”. No obstante, por el camino se van produciendo avances que permiten darse un respiro de optimismo, en tanto en cuanto ya se dispone de nuevos biomarcadores para el asma, “como el óxido nítrico exhalado, que nos orienta, por ejemplo, a saber la respuesta a ciertos tratamientos, incluidos los biológicos”, detalla el doctor. Por lo que respecta al alto índice de pacientes -un 50%- que abandonan la inmunoterapia indicada para tratar la alergia, el presidente de SEAIC opina que en esa tendencia “influyen ciertos factores como la información adecuada del paciente, las expectativas creadas y en menor medida el precio, ya que (esa terapia) tiene una aportación limitada por los sistemas públicos de salud”.
-¿Cuáles son sus prioridades al frente de la SEAIC?
Continuar los numerosos proyectos ya empezados y que están funcionando muy bien. Seguimos siendo una sociedad muy cohesionada con una asistencia a los congresos nacionales de casi el 80-90% de los socios. Aún así, una de las prioridades es generar documentos nacionales sobre calidad y seguridad asistencial.
-Usted ha indicado que quiere continuar las líneas de actuación establecidas en el Plan Estratégico de la SEAIC. ¿En qué punto está ahora el cumplimiento de dicho Plan?
El plan estratégico está pensado que dure hasta el 2018. Todos los temas se han implementado y se seguirá con este plan, que aborda a grandes rasgos la formación, la comunicación y las relaciones con otras sociedades, los pacientes y la sociedad civil.
-A menudo, la gente identifica alergias con primavera. ¿Qué afecciones alérgicas pueden desarrollarse también durante el resto del año?
Es verdad que la alergia al polen es una causa muy frecuente de alergia respiratoria (rinitis y asma), pero hay otra patología respiratoria alérgica causada por ácaros o epitelios de animales que son perennes y causan muchos problemas a los pacientes. Hay otras patologías que tampoco tienen estacionalidad, como la alergia a los alimentos, la urticaria o la alergia a medicamentos.
-La prevalencia de las enfermedades alérgicas ha aumentado notablemente en los últimos 40 años. ¿Por qué? ¿Cómo se puede frenar esa tendencia?
Este es un tema muy complejo porque intervienen factores genéticos, y a su vez éstos modificados por exposición a potenciales alérgenos respiratorios o alimentarios e incluso por nuestra flora microbiana. Desafortunadamente, mientras no sepamos más sobre estas interrelaciones es muy difícil tomar medidas preventivas para estas enfermedades. De hecho, se calcula que para el 2050 la mitad de la población de países desarrollados tendrá algún tipo de alergia.
-Se comenta que las terapias biológicas constituyen los tratamientos más prometedores para el asma y otras patologías alérgicas. ¿Cuál es la relación coste-beneficio de estos fármacos?
Estas terapias biológicas son coste-efectivas para pacientes con patología grave, tanto de asma como de urticaria crónica. Son y serán, las nuevas moléculas, un importante avance para pacientes con patologías graves.
-El paciente no tiene muy claro quién trata el asma: ¿El alergólogo o el neumólogo?
Las dos especialidades están capacitadas. Nuestra especialidad quizás aporta una visión más global de la enfermedad alérgica, ya que la gran mayoría de los pacientes con asma tienen otra enfermedad alérgica acompañante como la rinitis o la dermatitis atópica. Nuestra relación con la SEPAR* es excelente, y de hecho hacemos casi todas las reuniones sobre asma de forma conjunta, al igual que con Atención Primaria.
-¿Están mejorando los sistemas de inhalación de los fármacos?
Afortunadamente hoy disponemos de más tipos de inhaladores, por lo que cada uno se puede ajustar mejor a las necesidades del paciente, que al fin y al cabo es lo más importante.
-¿El ahorro que puede comportar la aplicación de las nuevas técnicas proteómicas y moleculares en el diagnóstico de las alergias puede compensar los altos costes de las terapias biológicas?
La proteinómica todavía no es una realidad y estamos investigando sobre su utilidad en el diagnóstico del asma. El estudio de los alérgenos a nivel molecular sí es ya una realidad: ha demostrado que nos es de utilidad para un mejor diagnóstico, nos orienta en ocasiones sobre el riesgo de padecer patologías más graves y nos ayuda a elegir más adecuadamente el tratamiento, tanto de evitación como la inmunoterapia con vacunas, con el consiguiente ahorro. En asma también disponemos de nuevos biomarcadores, como el óxido nítrico exhalado, que nos orienta, por ejemplo, a saber la respuesta a ciertos tratamientos, incluidos los biológicos.
-Se calcula que hasta un 50% de pacientes abandonan la inmunoterapia indicada para tratar la alergia. ¿Por qué se produce esa falta de cumplimiento y cómo se puede conseguir revertir esta tendencia?
Cualquier terapia crónica tienen un índice similar de mal cumplimiento por parte del paciente, y ésta no es una excepción. De cualquier forma, influyen ciertos factores como la información adecuada del paciente, las expectativas creadas y en menor medida el precio, ya que tiene una aportación limitada por los sistemas públicos de salud.
*SEPAR: Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica