Redacción Farmacosalud.com
Una investigación liderada por especialistas de GeSIDA, el grupo de estudios del SIDA de la SEIMC, Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, y de la Fundación para la Investigación y Prevención del Sida en España (FIPSE), ha concluido que la infección por VIH no empeora el pronóstico de pacientes que han recibido un trasplante de hígado como tratamiento de su hepatitis C. El citado estudio ha sido presentado como comunicación en el Congreso sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), el encuentro científico más relevante a nivel mundial sobre retrovirus e infecciones oportunistas, que se ha celebrado en Seattle.
El estudio, financiado por FIPSE y el Ministerio de Sanidad (MSSSI), compara la evolución a 5 años de 74 pacientes con VIH y 222 sin VIH, y revela que la infección por VIH no tiene ningún impacto ni en la supervivencia después del trasplante de hígado ni en la recidiva del hepatocarcinoma, unos resultados que avalan la indicación del trasplante de hígado en pacientes coinfectados por VIH y hepatitis C con hepatocarcinoma. Se trata de una conclusión de gran relevancia, pues los estudios sobre supervivencia de los pacientes con VIH después de un trasplante de hígado han sido hasta ahora limitados y controvertidos. La investigación de los especialistas de GeSIDA, llevada a cabo entre 2002 y 2014, viene a arrojar resultados bastantes esclarecedores sobre la cuestión.
Recurrencia del cáncer hepático
Concretamente, y después de una media de seguimiento de 46 meses, el estudio muestra que la recurrencia del cáncer hepático al primer, tercer y quinto año en los pacientes VIH positivos versus pacientes VIH negativos fue del 7% vs 5%, 17% vs 11% y 20 vs 19%, con un ratio de repetición muy similar: 0,229 y 0,266 persona-año, respectivamente. En toda la serie, la invasión microvascular fue el único factor de riesgo independiente asociado a la recidiva del hepatocarcinoma. Con respecto a la supervivencia a 1, 3 y 5 años fue en los pacientes infectados por VIH del 87%, 78% y 69%, mientras que en los pacientes no infectados fue del 89%, 78% y 73%, siendo la coinfección por VHC y los nódulos satélites las variables independientes asociadas a la mortalidad, han apuntado desde GeSIDA.