Redacción Farmacosalud.com
Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF, en los Estados Unidos) ha tratado con éxito a una paciente con depresión severa y de muy larga duración mediante estimulación cerebral profunda (ECP) personalizada, siendo la primera vez que se aplica la ECP ‘a la carta’ para abordar un trastorno depresivo de tanto calibre. El Dr. Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), se muestra muy prudente con respecto a los resultados de este estudio (la ECP individualizada se ha probado en una sola persona y por lo tanto los datos son aún muy preliminares), pero en paralelo también admite que dicho trabajo es todo un avance, ya que la identificación personalizada de “circuitos implicados en la sintomatología depresiva es una opción que, de confirmarse en estudios posteriores, abre puertas que hasta ahora no teníamos abiertas en el tratamiento de la depresión”.
La estimulación cerebral profunda tradicional había logrado éxitos limitados frente a esta afección mental, en parte porque la mayoría de los dispositivos sólo pueden proporcionar estimulación eléctrica constante, generalmente en una única área del cerebro. Ya en 2004 se propuso, tras unos estudios de neuroimagen, estimular una zona del cerebro en concreto, la CG25, en pacientes con depresión grave que no habían respondido a ningún tratamiento, ni tan siquiera a la electroconvulsoterapia. La mayoría de esas personas estaban siendo tratadas con terapia combinada mediante fármacos y psicoterapia. A partir de aquí se realizaron varios ensayos clínicos -incluidos unos llevados a cabo en el Hospital de Sant Pau (Barcelona)-, en los que se observó que el 40-50% de los enfermos crónicos de depresión y resistentes al tratamiento respondían a la ECP clásica.
Ahora bien, esos estudios no eran de registro, es decir, no habían sido solicitados por las agencias reguladoras, mientras que los ensayos clínicos que con posterioridad sí fueron promovidos por las agencias reguladoras no arrojaron resultados convincentes sobre la eficacia de la ECP como tratamiento para trastornos depresivos, dado que únicamente se habían obtenido resultados marginalmente positivos. Con todo, el Dr. Pérez Sola puntualiza que los estudios promovidos por esas agencias “no tenían una muestra tan buena como la presentada en las investigaciones desarrolladas como proyectos propios”.
Dos ensayos pedidos por la FDA, determinantes para descartar la ECP como tratamiento antidepresivo
Sea como fuere, se realizaron dos ensayos clínicos impulsados por la FDA (Agencia del Medicamento de Estados Unidos) para la indicación de la ECP como terapia para la depresión, y los resultados no fueron los esperados, tal y como se ha apuntado anteriormente. “Lo cual no quiere decir que la técnica no funcione -subraya el presidente de la SEPB-, pero los ensayos que tenían que ser definitivos para que este procedimiento llegara a los enfermos salieron negativos, y por ello se paró el desarrollo de la tecnología ECP como tratamiento para trastornos depresivos graves”.
En cambio, lo que ha hecho ahora el equipo de la UCSF es crear un enfoque de medicina de precisión (y no administrar lo mismo para todos, por decirlo de alguna forma) que ha permitido identificar y modular el circuito del cerebro de una paciente asociado con sus síntomas depresivos, es decir, se ha descubierto un biomarcador neuronal -un patrón específico de actividad cerebral que indica la aparición de síntomas-, y se ha aplicado un dispositivo de estimulación que responde terapéuticamente sólo cuando reconoce dicho patrón. Para ser más concretos, la aplicación de electrofisiología intracraneal y estimulación eléctrica focal ha servido para identificar e individualizar el biomarcador, mientras que el posterior implante del dispositivo crónico de estimulación y detección cerebral profunda ha dado lugar a una terapia que podría denominarse de ‘circuito cerrado’. “Yo prefiero hablar de ‘circuito personalizado’… Hay que ser prudente con esta ECP, pero, hombre, su aplicación es, de momento, una oportunidad terapéutica para la depresión”, comenta el Dr. Pérez Sola, a su vez director del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar (Barcelona) e IP del CIBERSAM.
Técnicamente hablando, para poder llevar a cabo el tratamiento de ‘circuito cerrado’ o ‘personalizado’, los investigadores colocaron uno de los cables de los electrodos del dispositivo en el área del cerebro donde el equipo había encontrado el biomarcador, y el otro cable en la región del circuito de depresión de la paciente, donde la estimulación aliviaba mejor los signos de su estado de ánimo.
Un procedimiento inspirado en la ECP administrada en el ámbito de la epilepsia
La tecnología de registro intracerebral, incluso de neurona única, es un procedimiento utilizado en el tratamiento de la epilepsia refractaria. Lo que se hace ante los cuadros epilépticos es monitorizar los circuitos y administrar el tratamiento sobre los circuitos que están alterados y que, por lo tanto, funcionan como biomarcadores. En el caso del trastorno depresivo, “lo que se ha hecho es llevar a cabo un registro con implantes intracerebrales y, a partir de ahí, ver el circuito de la sintomatología depresiva de la paciente. Y, una vez identificado, se ha procedido a implantar el dispositivo para la ECP, que se activa cuando dicho circuito se pone en marcha”, indica el experto.
Se trata de una terapia absolutamente individualizada, o sea, con potencial para adaptarse a cada enfermo en concreto. En otras palabras, de la misma manera que cada persona tiene un rostro específico, las rutas cerebrales implicadas en la sintomatología depresiva también son únicas según cada caso, de ahí la relevancia y el probable éxito de la ECP personalizada como abordaje mayoritario de las depresiones graves. De alguna forma, esta ECP avanzada se ha inspirado en el implante de electrodos para la epilepsia.
A juicio del Dr. Pérez Sola, las técnicas de neurociencia van a complementar cada vez más las técnicas psiquiátricas tradicionales (fármacos, psicoterapia) en el abordaje de los trastornos depresivos: “Nuestra expectativa para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales es poder tener biomarcadores -ahora en Psiquiatría tenemos muy pocos y con una fiabilidad escasa- y ser capaces de realizar una monitorización y registro en tiempo real. Lo que hace el artículo de los investigadores de California es demostrar que la ECP personalizada es una opción terapéutica que puede utilizarse frente a la depresión”.
Artículo de referencia:
Scangos KW, Khambhati AN, Daly PM, Makhoul GS, Sugrue LP, Zamanian H, et al. Closed-loop neuromodulation in an individual with treatment-resistant depression. Nat Med. 2021. https://doi.org/10.1038/s41591-021-01480-w