Redacción Farmacosalud.com
El Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario Vall d'Hebron (Barcelona) ha llevado a cabo con éxito un tratamiento indicado para las cicatrices que dejan las quemaduras -especialmente aquellas que afectan a una superficie considerable de piel-, consistente en aplicar técnicas regenerativas con células madre adultas obtenidas del tejido adiposo de los mismos enfermos. Es decir, las células madre se inyectan en las cicatrices que han dejado las quemaduras. De momento, la técnica se ha aplicado a 2 pacientes, si bien es aplicable a un número importante de afectados, especialmente los que tienen secuelas en grandes zonas del cuerpo. El doctor Joan Pere Barret, jefe de dicho Servicio, ha comentado que, desde un punto de vista estético o visual, “todavía estamos viendo los efectos a largo plazo en las áreas tratadas”, si bien están comprobando que hay “una difuminación de las cicatrices”.
Según el doctor, en las áreas tratadas “disminuye la actividad hipertrófica* de la cicatriz”. A medida que van transcurriendo las semanas y los meses del proceso regenerativo, “hay una difuminación progresiva” de dichas señales cutáneas, “aunque todavía no hemos conseguido borrarlas por completo”, ha precisado en declaraciones a www.farmacosalud.com.
La terapia se aplica sólo en adultos, pero podría incluir más edades
El perfil del candidato al tratamiento con células madre corresponde a un paciente que, aparte de la cicatriz hipertrófica en áreas extensas (no cicatrices puntuales-lineales, como podrían ser las postquirúrgicas), presenta restricciones del movimiento derivadas de las señales de cicatrización en la piel. Así pues, la terapia “no sólo difumina las cicatrices, sino que aumenta la elasticidad y la ‘ampliabilidad’ del tejido, con lo cual las cicatrices se vuelven más elásticas y el paciente refiere que nota menos tensión cuando hace los movimientos… la movilidad mejora y el rango de función de las extremidades superiores, que es donde hemos tratado, aumenta mucho y los pacientes refieren una menor tensión y una mayor libertad de movimientos”, ha afirmado Barret.
“En principio, el tratamiento -prosigue el especialista- se podría aplicar a cualquier edad; no obstante, por motivos de bioseguridad tan sólo lo realizamos en pacientes adultos, cuyos tejidos son adultos y no hay un crecimiento activo de ninguna zona de los huesos, ni de cartílagos ni de otras zonas, y podemos tratarlos sabiendo que no podemos tener ningún otro efecto todavía desconocido, con lo cual ahora mismo sólo lo planteamos en pacientes de entre 18 y 60 años”.
Aspirado del tejido adiposo para conseguir las células madre
El tejido de los enfermos se obtiene con pequeñas incisiones milimétricas, a través las cuales se aspira el tejido adiposo para poder aislar las células madre adultas y la fracción mesenquimal, han indicado fuentes del Hospital Vall d’Hebron. Una vez preparadas, se inyectan de nuevo dentro de las cicatrices y sus tejidos blandos, mediante instrumentos de un diámetro muy reducido que permiten la introducción de un pequeño número de células en cada área tratada. Las células madre mesenquimales crean así un microambiente en el tejido que estimula la creación de nuevos vasos, secretan factores de crecimiento y promueven la creación de nuevas estructuras moleculares que regulan la deposición de colágeno (elemento de la cicatriz) y aumentan los elementos elásticos, lo que crea, a largo plazo, una estructura física más parecida a los tejidos normales.
El objetivo de este innovador tratamiento consiste en mejorar las características físicas de las cicatrices para poder aumentar su elasticidad, flexibilidad, mejorar las secuelas antiestéticas y aumentar el estado de vitalidad de estos tejidos. Las células y el tejido implantado tienen la capacidad de vivir en las zonas de nueva implantación y aumentar la viabilidad y la calidad de las cicatrices. Una vez arraigan los implantes, tienen la potencialidad de crear una nueva estructura dentro de las marcas cutáneas, lo que contribuye a mejorar la arquitectura de la nueva dermis y aumentar su capacidad funcional, redundando en una mejora significativa de la calidad de vida de los enfermos. Los pacientes tratados refieren un aumento de la flexibilidad, mayor hidratación y mejora del contorno de las cicatrices. Los beneficios de este tipo de terapia, que se pueden trasladar a cualquier atrofia en los tejidos blandos, se hacen patentes transcurridos unos meses, ya que las células madre regeneran y optimizan la calidad de los tejidos después de un tiempo prudencial desde el implante.
*Hipertrofia: desarrollo o aumento excesivo