Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Universitario de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona) ha llevado a cabo, por primera vez en el mundo, un trasplante renal ortotópico con cirugía robótica. El injerto ortotópico consiste en extraer un riñón del paciente e implantar el órgano del donante en la zona que ha quedado ‘vacía’, lo que lo diferencia del trasplante renal heterotópico, que se caracteriza por implantar el órgano donado como un tercer riñón al tiempo que se conservan los dos riñones deteriorados. La innovadora cirugía robótica para trasplante ortotópico evita las complicaciones de la lumbotomía (incisión convencional), como la posibilidad de que aparezcan infecciones.
El injerto renal ortotópico es una cirugía compleja poco frecuente que consiste en extraer un riñón del paciente con insuficiencia renal (normalmente, el izquierdo) e implantar un órgano de donante en el mismo lugar. Se trata de un procedimiento más complejo que el trasplante renal heterotópico, el más habitual, en el que se conservan los dos riñones deteriorados del paciente y el órgano de donante se implanta como un tercer riñón en una posición inferior, la fosa ilíaca, conectado a la arteria y la vena de esta región anatómica. La técnica del trasplante renal ortotópico, desarrollada a nivel mundial en los años 70 por el equipo del Dr. Josep M. Gil-Vernet, se utiliza principalmente en pacientes que no pueden recibir un trasplante heterotópico por problemas vasculares en las arterias ilíacas.
El robot Da Vinci permite practicar una incisión más pequeña
Hasta ahora, todas las transferencias renales de tipo ortotópico se habían practicado mediante una herida intercostal grande que implicaba una recuperación más larga y dolorosa y con más riesgo de complicaciones. Por primera vez, el Hospital Universitario de Bellvitge ha llevado a cabo una intervención ortotópica mediante el sistema quirúrgico robotizado Da Vinci, que permite practicar una incisión más pequeña -de la dimensión justa para introducir el riñón- y efectuar las suturas arteriales y venosas con más seguridad gracias a la precisión de los brazos robóticos y la visión aumentada de que dispone el cirujano.
“El trasplante ortotópico es un recurso para aquellos pacientes en los que no es posible realizar un trasplante en los vasos iliacos, ya sea por trasplantes previos en la pelvis o por patología vascular en los vasos iliacos (básicamente ateromatosis en las arterias iliacas), o por los dos factores juntos. Históricamente, este tipo de injerto se realizaba en muy pocos casos, pero en la actualidad encontramos con más frecuencia pacientes de mayor edad que ya han recibido uno o varios trasplantes, y que tienen una ateromatosis iliaca más importante y que son tributarios de un nuevo trasplante. En este escenario, el injerto ortotópico puede ser necesario en un mayor número de casos”, explica a www.farmacosalud.com el Dr. Francesc Vigués, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Bellvitge.
Se facilitan los trasplantes de riñón derecho y con arteria renal sin parche de aorta
Según Vigués, la ventaja más evidente del trasplante ortotópico robótico es que “evita todas las complicaciones de la lumbotomía. La lumbotomía es una incisión que comporta la sección de varios planos musculares; por tanto, comporta una elevada incidencia de dolor en la herida, hipotonía muscular y eventraciones. Estas complicaciones de la herida quirúrgica se eliminan al introducir el riñón a trasplantar por una herida mucho más reducida y sin sección de plano muscular” (como se hace con la innovadora cirugía robótica).
Por otro lado, la imagen del campo quirúrgico que se obtiene con el robot está aumentada x10. Esto permite una anastomosis más precisa y facilita la intervención en aquellos casos con vasos más pequeños como son los trasplantes del riñón derecho (vena mucho más corta), y los casos de trasplante de donante de vivo con una arteria renal sin parche de aorta, y por tanto de menor calibre.
La nueva técnica robotizada permite la deambulación desde el primer día
Con respecto al postoperatorio inmediato, el nuevo procedimiento robotizado permite reducir “de forma importante el dolor y las complicaciones de la herida quirúrgica, como infecciones. Permite la deambulación desde el primer día y el alta del paciente va a depender de la evolución funcional del injerto renal, pero no se verá retrasada por problemas quirúrgicos de la herida”, subraya el Dr. Vigués. Es importante destacar que las complicaciones de la lumbotomía se traducen en dolor crónico y eventraciones que pueden precisar de intervenciones y colocaciones de mallas. Por tanto, se trata de complicaciones que van más allá del postoperatorio inmediato y que pueden prolongarse durante meses, pero que se evitan con la nueva técnica robótica.
A juicio de Vigués, este procedimiento tiene buenas perspectivas de futuro porque “los resultados son tan positivos como los de los demás trasplantes, y cada vez tenemos en listas de espera más pacientes de edad avanzada, algunos con problemas circulatorios que imposibilitan el trasplante convencional”. El facultativo está convencido de que el trasplante ortotópico tendrá “más indicaciones en los próximos años por las características de los pacientes en lista de espera: mayor edad, más patología vascular y mayor incidencia de terceros y cuartos trasplantes. Difícilmente superará al trasplante convencional heterotópico en número, pero sí que es un recurso a tener en cuenta que permitirá trasplantar pacientes que no pueden trasplantarse de otro modo y que seguirían en hemodiálisis, con la consiguiente pérdida de calidad de vida”.
Sin diferencias con el injerto heterotópico en términos de rechazo
“En términos de rechazo -agrega el Dr. Vigués-, el trasplante ortotópico es exactamente igual que el trasplante heterotópico, ya que es el injerto que hemos trasplantado el que genera la reacción de inmunidad del paciente que lo recibe, y esto se produce independientemente de dónde se coloque el riñón. Sí que hay que destacar que las complicaciones del riñón en posición ortotópica son más complejas de tratar que los trasplantes en la pelvis porque se trata de una zona anatómicamente de más difícil acceso”.
El primer paciente trasplantado mediante la técnica ortotópica robótica ha sido un hombre de 65 años que ha recibido un órgano de donante cadáver. Además de la insuficiencia renal, este paciente tenía varios antecedentes quirúrgicos abdominales que impedían practicarle un trasplante heterotópico. Sin el nuevo recurso quirúrgico, habría tenido que continuar en tratamiento de diálisis el resto de su vida. Su evolución tras el injerto está siendo buena. Para Vigués, este logro ha sido posible gracias a la larga experiencia del Servicio de Urología de Bellvitge en cirugía robótica. Un tipo de intervención urgente y a menudo fuera del horario habitual como esta -afirma a través de un comunicado-, “sólo es posible cuando el hospital llega a disponer de un número crítico suficiente de cirujanos, personal de enfermería y otros especialistas experimentados en el trabajo en un quirófano robotizado”.
El Hospital Universitario de Bellvitge ha sido este último año el centro hospitalario de España que ha practicado más trasplantes renales (con un total de 196 intervenciones). En 2009, fue uno de los pioneros en incorporar la cirugía urológica robótica. En octubre de 2018 fue el tercero de España en iniciar un programa de injerto de riñón mediante cirugía robótica, y en diciembre del mismo año el primero de España y uno de los primeros de Europa en efectuar un trasplante de riñón de un donante cadáver. En la última edición de los premios TOP 20, ha sido reconocido como el mejor hospital de España en el área del riñón y las vías urinarias.