Redacción Farmacosalud.com
En la génesis de la arterioesclerosis el tamaño de las partículas LDL tiene una importancia “significativa” porque al ser partículas de un tamaño menor “van a cruzar el endotelio arterial y se van a quedar atrapadas en el espacio subendotelial con más facilidad”, comenta el profesor Rafael Carmena, catedrático emérito de Medicina de la Universidad de Valencia y director general del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA del Hospital Clínico Universitario de Valencia. “Además, una vez están en el espacio subendotelial, estas partículas más pequeñas y más densas se unen con gran rapidez y facilidad a los proteoglucanos que existen en el espacio subendotelial. Y una vez se quedan atrapadas en esta red de proteoglucanos es cuando son sometidas a modificaciones, por ejemplo la oxidación, que las convierten en partículas más aterogénicas. O sea, el tamaño realmente es una de las consecuencias importantes para que haya más riesgo de arterioesclerosis y los estudios que haya hechos en humanos demuestran que cuando hay un mayor número circulante de partículas LDL pequeñas y densas hay una mayor riesgo de enfermedad cardiovascular”, revela el experto.
En el siguiente vídeo, Carmena alude a diversos procesos biológicos en los que se registra actividad de las partículas LDL.
“Liposcale, una prueba avanzada de lipoproteínas”
“Se ha visto en diferentes publicaciones que las determinaciones de colesterol LDL no son suficientes para evaluar y tratar el riesgo cardiovascular”, sostiene el doctor Roger Mallol, director de Biosfer Teslab. Además, “un gran estudio reciente ha demostrado que las determinaciones de colesterol LDL en pacientes con triglicéridos altos son muy dispares en función de los kits de análisis que utilicemos y en función del fabricante”, asegura Mallol, quien agrega que “necesitamos otras técnicas analíticas que sean más fiables y más robustas en las determinaciones de los parámetros de riesgo cardiovascular”. El especialista apela a “múltiples evidencias científicas” para afirmar que “la concentración de partículas LDL es mejor predictor de riesgo cardiovascular que el propio colesterol LDL cuando estas dos determinaciones son discordantes”. Y por otra parte, “la resonancia magnética nuclear se está posicionando y está emergiendo como una nueva técnica analítica realmente muy fiable y robusta en la práctica clínica. En este sentido, ya existe la prueba Liposcale, que es una prueba avanzada de lipoproteínas que proporciona la concentración de partículas LDL basada en la técnica de resonancia magnética nuclear. Es una técnica muy fiable, muy robusta y muy versátil: no sólo podemos determinar la concentración de partículas LDL, sino que también podemos analizar las partículas HDL. Y ya fuera del perfil lipoproteico, también podemos obtener información sobre otros metabolitos de bajo peso molecular, con lo cual se demuestra que es una técnica analítica con gran recorrido y gran potencial para la caracterización del riesgo cardiovascular residual”, argumenta Mallol.
“Cuando tratamos en base a las cantidades de partículas más que al colesterol, el riesgo disminuye”
El 75% de las moléculas que circulan por plasma son lípidos y se organizan en innumerables partículas de medidas distintas. Dado que hasta ahora se trabajaba sólo con unos parámetros muy concretos como son los niveles de colesterol y triglicéridos, el “importante avance” que ha supuesto la nueva metodología de análisis de las alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas permite tener “una fotografía muy amplia de la situación metabólica del paciente”, señala el profesor Lluís Masana, catedrático de Medicina de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Según Masana, “estamos delante de una nueva era en el abordaje de las alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas… por eso el médico va a tener un apoyo importante en esta materia”. Aunque se tenga un colesterol normal, “en ocasiones como este colesterol está empaquetado en partículas pequeñas y más numerosas, el riesgo cardiovascular sigue estando presente”, aduce el profesor de la Rovira i Virgili. A estos pacientes por ahora “no se les puede hacer ningún tratamiento” porque “nosotros trabajamos solamente con cifras de colesterol”, admite el profesor. “Está demostrado que cuando tratamos en base a las cantidades de partículas más que al colesterol, el riesgo cardiovascular de estos pacientes disminuye”, remarca.
Los tres especialistas han participado en la Mesa redonda ‘Riesgo y lipoproteínas: ¿el tamaño importa?’, celebrada con motivo del XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA). Carmena ha ejercido como moderador de la sesión, mientras que Mallol ha impartido la ponencia ‘Lipoproteínas, más allá de la concentración a través de la resonancia magnética’ y Masana he hecho lo propio con la ponencia titulada ‘Aterogénesis y eventos: perspectiva desde la clínica’.