Dr. García-Marcos Álvarez / Redacción Farmacosalud.com
La inmunoterapia bacteriana actual, consistente en la administración de bacterias o productos derivados de ellas a pacientes, son vacunas que suelen prepararse a partir de bacterias comunes que causan enfermedades generalmente leves en el ser humano. La inmunoterapia bacteriana también recibe la denominación de vacunas bacterianas.
Las vacunas bacterianas suelen prepararse desde el cultivo del exudado del propio paciente (autovacunas) o bien mediante preparados de bacterias archivadas en los laboratorios (suspensiones bacterianas)[1]. “Las antiguamente llamadas autovacunas o suspensiones bacterianas individualizadas han caído en desuso, ya que, por su naturaleza, su estandarización es muy complicada y su eficacia clínica difícil de demostrar en ensayos controlados. Las preparaciones estandarizadas (la inmunoterapia bacteriana actual) son objeto de intenso estudio tanto a nivel de mecanismos de acción como clínico, dado que no siguen un patrón de vacuna convencional basado en una respuesta antígeno-específica”[2], señala el doctor Luis García-Marcos Álvarez, catedrático de Pediatría y FEA del Servicio de Neumología y Alergia Pediátrica del H.U. Virgen de la Arrixaca, en El Palmar (Murcia).
En cuanto a la administración de la inmunoterapia bacteriana, el doctor García-Marcos explica que “la vía oral, y más reciente la sublingual, es la usada en la inmunoterapia moderna”.
Posibles usos en alergias a ácaros y pólenes, asma y rinitis alérgica
Los resultados de varios estudios muestran que la inmunoterapia a base de lisados bacterianos tiene un efecto inmuno-modulador que se ha relacionado a una reducción del número y severidad de infecciones respiratorias y un aumento en la eficacia de la inmunoterapia específica con Dermatophagoides (2B) y pólenes cuando se utiliza conjuntamente con productos derivados de bacterias (2A)[3]. Según el experto, “los resultados de algunos estudios recientes sugieren que los estímulos bacterianos inclinan el sistema inmunológico hacia una situación ‘antialérgica’, lo que proporcionaría un efecto sinérgico con la inmunoterapia alérgeno-específica como la de ácaros o pólenes”.
También se han realizado estudios acerca de la inmunoterapia bacteriana para el asma alérgica y rinitis alérgica. Hay resultados recientes en los que estas vacunas, tal y como se ha apuntado anteriormente, pueden ayudar a ‘reconducir’ el sistema inmunológico hacia una ‘posición’ no alérgica: “Esto facilitaría la mejor evolución de un asma o una rinitis alérgica. Por otro lado, la protección frente a infecciones respiratorias (aunque sean virales, para las que también hay datos prometedores con estas vacunas) favorece también la mejor evolución del asma; debe tenerse en cuenta que una buena proporción de los episodios de asma se debe a infecciones respiratorias virales”, aduce García-Marcos.
Es más, la inmunoterapia bacteriana podría tener aplicación en otro tipo de alergias, más allá de los ácaros, polen, asma y rinitis, tal y como indica el doctor: “Las vacunas bacterianas actuales siguen demostrando una activación del sistema inmune innato que favorece la vuelta a la situación normal desde una situación pro-alérgica, por lo que podrían ser de ayuda, al menos en teoría, en cualquier enfermedad alérgica”. De todas formas, “se necesitan estudios” sobre esas enfermedades antes de realizar afirmaciones en ese sentido, recalca.
Una estrategia aplicable en pacientes alérgicos pediátricos
Hoy por hoy el uso de la inmunoterapia bacteriana en alergia es muy limitado. Sin embargo, es posible que en el futuro estas vacunas puedan emplearse como prevención primaria de enfermedades alérgicas en individuos predispuestos. De hecho, al menos hay un ensayo clínico en marcha en Estados Unidos en el que se están usando lisados bacterianos en niños en riesgo de padecer asma para ver si con estos tratamientos se registra una menor proporción de prevalencia de asma en el futuro.
Así pues, con este ejemplo de ensayo clínico, para el especialista está claro que la inmunoterapia bacteriana puede aplicarse perfectamente en pacientes alérgicos pediátricos: “Creemos que estas vacunas funcionan reorientando el sistema inmunológico. Esta reorientación es probablemente más fácil y duradera en el caso de sistemas inmunológicos que aún están madurando”.
Las sibilancias en lactantes, contexto en el que probar las vacunas bacterianas
De acuerdo con el catedrático de Pediatría y FEA del Servicio de Neumología y Alergia Pediátrica del H.U. Virgen de la Arrixaca, “el contexto de las sibilancias en lactantes (un problema que tiene 1 de cada 3 lactantes al menos una vez, en el primer año de la vida) probablemente es el mejor para probar la eficacia de estas modernas vacunas bacterianas”. Sin ir más lejos, algunos datos indican que el número de episodios de sibilancias es significativamente menor en los niños vacunados que en los no vacunados. También es cierto que cuanto más frecuentes y graves sean esos episodios (causados por diversos tipos de virus) más probabilidades hay de que el niño afecto acabe desarrollando asma. “Si, por medio de las nuevas vacunas bacterianas, disminuimos el número y gravedad de los episodios de sibilancias, probablemente disminuiremos la prevalencia de asma. Este es el propósito del ensayo clínico aludido con anterioridad”, subraya García-Marcos.
Los posibles beneficios de la estrategia inmunoterápica bacteriana en pacientes pediátricos con alergia están aún por ver, si bien “se puede aplicar el razonamiento de la reorientación del sistema inmunológico. Sin duda, serían necesarios ensayos clínicos en otras enfermedades alérgicas además del asma”, refiere el doctor. En este sentido, hay que sacar a colación la ‘teoría de la higiene’ que -en síntesis- viene a decir que “las enfermedades alérgicas han incrementado su prevalencia de manera exponencial en los últimos tiempos porque el sistema inmunológico no está ‘entrenado’ correctamente al no haber apenas bacterias con las que ‘medirse’, “lo que provoca una reorientación hacia las enfermedades alérgicas”, expone. En los estilos de vida tradicionales de las granjas de Bavaria (Alemania), por ejemplo, en los que hay un contacto habitual con animales de granja y estiércol, la sensibilización a alérgenos habituales (ácaros, pólenes, etc.) es menor.
Referencias
1. granadaotorrino.com. ‘Vacunas bacterianas’. Difusión online http://granadaotorrino.com/tratamientos/tratamientos-garganta/vacunas-bacterianas/
2. Tejera-Alhambra M., Palomares O, Perez de Diego R, Diaz-Lezcano I, Sanchez-Ramon S. New Biological Insights in the Immunomodulatory Effects of Mucosal Polybacterial Vaccines in Clinical Practice. Current Pharmaceutical Design. 2016; 28:6283 – 6293.
3. Larenas-Linnemann D., Ortega-Martell JA., Del Río-Navarro B., et al. “Guía Mexicana de Práctica Clínica de Inmunoterapia 2011”. Alergia 2011;58:3-51. Difusión online Elsevier http://www.elsevier.es/es-revista-revista-alergia-mexico-336-articulo-guia-mexicana-practica-clinica-inmunoterapia-X0002515111209882