Redacción Farmacosalud.com
Tras años de desarrollo, el grupo de oftalmología Miranza anuncia la finalización del Proyecto VEMoS (Virtual Eye Model System), puesto en marcha con el propósito de desarrollar un modelo virtual del ojo integrado en un software madurado y validado clínicamente con datos reales de cada paciente, para conseguir una reducción de los efectos adversos de la cirugía refractiva y mejorar así la satisfacción de los pacientes a través de los resultados en salud ocular. El proyecto, liderado por la clínica oftalmológica Vissum Grupo Miranza, se ha llevado a cabo a través de un dispositivo de diagnóstico oftálmico desarrollado especialmente para VEMoS, con la misión de facilitar nuevas herramientas avanzadas para el análisis visual.
La coordinadora de I+D+i [Investigación, Desarrollo e Innovación] en Vissum Grupo Miranza, Alejandra Rodríguez Zunino, explica que en la actualidad no existe una única técnica para las cirugías refractivas, por lo que el cirujano selecciona la técnica y los parámetros quirúrgicos más adecuados a partir de datos como los índices de refracción, las irregularidades oculares o la morfología corneal. Sin embargo, “la complejidad de estos datos y su dependencia de fórmulas teóricas y estudios de cohorte pueden exponer al cirujano a fallos en la predicción”, advierte Rodríguez Zunino.
“El simulador hace lo mismo que haría el ojo cuando entra la luz hasta la retina”
A esta situación se le aúna el hecho de que, si bien existen nuevos dispositivos que combinan varias mediciones, “por lo general son necesarios diversos equipos para obtener toda la información ocular del paciente, lo que pone de manifiesto la necesidad de contar con un dispositivo integral que agrupe todas estas mediciones y un software que permita estandarizar la técnica seleccionada y personalizada para cada paciente, con el fin de mejorar la toma de decisiones del cirujano antes de la cirugía y reducir los efectos adversos”, señala la responsable de innovación y desarrollo.
Marina José Martínez, ingeniera biomédica del Proyecto VEMoS, añade que “el simulador hace lo mismo que haría el ojo cuando entra la luz y atraviesa las distintas capas hasta llegar a la retina, que es cuando vemos la imagen como tal. El ojo virtual hace eso, simula matemáticamente el efecto de la luz cuando pasa por todas las capas hasta llegar al final”.
Longitud del ojo, grosor del cristalino…
A lo largo de esta investigación, publicada recientemente en la revista ‘Diagnostics del Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI)’, el software desarrollado ha realizado predicciones y simulaciones de diferentes escenarios mediante parámetros como la longitud del ojo, el grosor del cristalino, el grosor y las irregularidades de la córnea, y la sensibilidad de contraste, entre otros.
Actualmente, el proyecto VEMoS presenta nuevos desafíos. El más importante de ellos es el desarrollo de una red neuronal. “Al proporcionar al sistema los resultados tras la cirugía, el modelo de ojo virtual tiene la capacidad de analizar sus predicciones y la respuesta obtenida por el paciente para irse autoajustando y mejorando, es decir, el software a partir de un paciente conocido genera un aprendizaje automático”, precisa Rodríguez Zunino.
En el marco de la elaboración de la nueva metodología, se han recopilado datos biométricos de 1.400 ojos en cuatro centros especializados, dos de ellos en España (Miranza IOA y Vissum Grupo Miranza) y otros dos en Europa, concretamente en Portugal y Dinamarca. El Dr. Jorge Alió Sanz, director clínico del proyecto, asegura que “tras el estudio, hemos podido comprobar que el dispositivo y los resultados se aproximan a la realidad, lo que representa un gran avance en la personalización de la cirugía refractiva a través de un sistema de Inteligencia Artificial que cuenta con información diagnóstica de cada paciente y que hasta ahora no se estaba teniendo en cuenta en su totalidad, para mejorar la calidad de imagen retiniana”.
El objetivo final del estudio es incorporar el software VEMoS a la práctica clínica diaria como una herramienta de utilidad para la toma de decisiones prequirúrgicas y la minimización de los errores de cálculo, a partir de todos los parámetros analizados. El proyecto, financiado por la Unión Europea a través del programa Horizon 2020, está alineado con la iniciativa ‘VISION 2020: El derecho a la Visión’, que fue impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) con el propósito de eliminar la ceguera evitable para el año 2020.
1.300 millones de personas padecen algún tipo de deficiencia visual en el mundo
La discapacidad visual afecta la calidad de vida de las personas en todos los ámbitos: el social, educativo, laboral y económico. Se estima que alrededor de 1.300 millones de individuos padecen algún tipo de deficiencia visual en todo el mundo, de acuerdo con la OMS. Además, cada vez son más las personas con errores de refracción debido a múltiples factores como el envejecimiento y el tiempo de uso de una visión de cerca, principalmente.
En la actualidad, los errores de refracción no corregidos, como son la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia se consideran la primera causa de mala visión, responsables de casi el 50% de todos los problemas oculares, lo que pone de manifiesto la importancia de realizar acciones para contrarrestar esta tendencia.