Redacción
El microbioma intestinal (la variedad y el volumen de bacterias en el intestino) podría estar involucrado en la gravedad de COVID-19. Según los resultados de un estudio publicado en la revista científica Gut de The British Medical Journal, la composición de la microbiota intestinal, los niveles de citocinas y los marcadores inflamatorios en pacientes contagiados por Coronavirus están asociados a la duración y gravedad de la enfermedad.
Los investigadores también sugieren que la disbiosis de la microbiota intestinal, después de la resolución de la enfermedad, podría contribuir a los síntomas persistentes. A estos síntomas también se les conoce como “COVID prolongado”, lo que destaca la necesidad de comprender cómo los microorganismos intestinales están involucrados en la inflamación.
Detalles de la investigación
Los autores del estudio están vinculados con la Universidad China de Hong Kong. Allí recolectaron muestras de sangre y heces de 100 pacientes con COVID-19, entre febrero y mayo de 2020. En total, se secuenciaron 274 muestras de heces.
La composición del microbioma intestinal se alteró significativamente en pacientes con COVID-19 en comparación con individuos sin COVID-19, independientemente de si los pacientes habían recibido medicación (p <0,01). Varios comensales intestinales con potencial inmunomodulador conocido como Faecalibacterium prausnitzii, Eubacterium rectale y Bifidobacterias estaban subrepresentados en los pacientes y permanecieron bajos en las muestras recolectadas hasta 30 días después de la resolución de la enfermedad. Además, esta composición perturbada exhibió estratificación con la gravedad de la enfermedad concordante con concentraciones elevadas de citocinas inflamatorias y marcadores sanguíneos tales como proteína C reactiva, lactato deshidrogenasa, aspartato aminotransferasa y gamma-glutamil transferasa.
En el informe destacaron que “el papel potencial que juegan los microorganismos intestinales en COVID-19 podría permitir el uso de un perfil de riesgo basado en microbiomas para identificar a las personas en riesgo de enfermedad grave o síntomas inflamatorios posteriores”.
Las consecuencias del COVID-19
En este sentido, los autores encuestaron a varios pacientes hasta 30 días después de eliminar el SARS-CoV-2, ya que es probable que la microbiota intestinal permanezca significativamente alterada después de que el paciente se recupere del COVID-19.
A la luz de los informes, “estos pacientes experimentan síntomas persistentes como fatiga, disnea y dolores articulares, más de 80 días después de la aparición inicial de los síntomas. Por lo tanto, postulamos que el microbioma intestinal disbiótico podría contribuir a problemas de salud relacionados con el sistema inmunológico posteriores al COVID-19”, han matizado.
Los investigadores compararon la composición de la microbiota intestinal de las primeras muestras de heces de cada paciente con COVID-19 con sujetos sin COVID-19. Esto se hizo con el fin de evaluar si la composición de la microbiota intestinal fue alterada. Encontraron que los miembros de los Bacteroidetes eran relativamente más abundantes en pacientes contagiados en comparación con los que no lo estaban (23,9% frente al 12,8%). De cara a las Actinobacterias, estas estuvieron más presentes en los individuos sin COVID-19 (26,1% vs 19,0%).
Sin controlar el uso de antibióticos, las diferencias de composición en la microbiota intestinal de COVID-19 se debieron principalmente al enriquecimiento de especies como Ruminococcus gnavus, Ruminococcus torques y Bacteroides dorei. Asimismo, destacó el agotamiento de otras como Bifidobacterium adolescentis, Faecalibacterium prausnitzii y Eubacterium rectale.
Por otra parte, al examinar los efectos de los antibióticos, las diferencias entre las cohortes se relacionaron principalmente con el enriquecimiento de taxones como Parabacteroides, Sutterella wadsworthensis y Bacteroides caccae; mientras que el agotamiento de Adlercreutzia equolifaciens, Dorea formicigenerans y Clostridium leptum fue más visible en los individuos contagiados. No obstante, la mayoría de los taxones implicados comprendían menos del 0,1% de abundancia relativa promedio en estas muestras.
Una de las claves: la microbiota intestinal
En palabras de Mikel García Iturrioz, director técnico de Misohi Nutrición, “esto puede ayudar a explicar por qué algunas personas sufren la enfermedad de forma más virulenta que otras. Parece que una de las claves está en la microbiota intestinal, ya que puede influir en la gravedad de la COVID-19, así como en la magnitud de la respuesta del sistema inmunológico a la infección.”
“Las poblaciones de bacterias intestinales probióticas disminuyen con la edad, tanto en número total como en diversidad de especies bacterianas; por ejemplo, es habitual detectar niveles más bajos de bifidobacterias en adultos de edad avanzada. Estos cambios en la composición de la microbiota intestinal pueden ser un factor que contribuya a otros cambios fisiológicos relacionados con la edad, como una función de barrera epitelial intestinal reducida, una función inmune más deficiente y un estado inflamatorio aumentado.”
“Si se confirma que la disbiosis intestinal puede favorecer la gravedad de COVID-19, los tratamientos con probióticos y otras terapias reguladoras de la microbiota intestinal podrían ser de gran ayuda en estos pacientes.”
En la actualidad se están llevando a cabo distintos estudios sobre el impacto de la regulación de la microbiota en la gravedad de la respuesta frente al COVID-19, alguno de ellos realizado por equipos de investigadores españoles.
Referencias
Yeoh YK, Zuo T, Lui GC, Zhang F, Liu Q, Li AY, Chung AC, Cheung CP, Tso EY, Fung KS, Chan V, Ling L, Joynt G, Hui DS, Chow KM, Ng SSS, Li TC, Ng RW, Yip TC, Wong GL, Chan FK, Wong CK, Chan PK, Ng SC. Gut microbiota composition reflects disease severity and dysfunctional immune responses in patients with COVID-19. Gut. 2021 Jan 11:gutjnl-2020-323020. doi: 10.1136/gutjnl-2020-323020.