Redacción Farmacosalud.com
En estos últimos meses se ha vivido una situación excepcional con la pandemia del COVID-19. El sistema sanitario se ha visto expuesto a una enorme tensión, amenazando con su colapso en algunos momentos. ¿En momentos tan críticos tiene cabida el humor? A través de un webinar, Pallapupas – Pallassos d’Hospital (Payasos de Hospital) ha querido explicar su experiencia durante los peores momentos de esta crisis sanitaria, que ejemplifican como incluso en estas situaciones el humor sigue siendo una herramienta importante para la salud emocional. De esta manera, y en un formato virtual, diferentes profesionales sanitarios han expuesto sus experiencias con el humor durante estos meses de COVID-19 y cómo a través de esta herramienta ha sido posible mejorar tanto la experiencia de los propios pacientes, reduciendo su estrés, como mejorar el ambiente en el trabajo y cuidar de la salud emocional de los propios profesionales, todo ello redundando finalmente en mejores resultados de la práctica clínica.
La pandemia ha supuesto un reto mayúsculo para toda la sociedad. La situación excepcional que se ha vivido ha supuesto un gran estrés emocional para todo el mundo. Los pacientes que han tenido que superar esta enfermedad desconocida han tenido que hacer frente a muchas incógnitas, descubriendo cómo se comportaba a medida que iba evolucionando. Entre la sociedad en general también se han vivido meses complicados, con el miedo al contagio propio y de familiares. Pero, sin duda, los profesionales sanitarios han sido los que más expuestos se han visto. Ellos han estado en primera línea luchando contra el virus y han padecido de cerca las consecuencias de toda la pandemia. Un gran estrés que sin duda ha tenido un impacto en su bienestar emocional.
Fuente: Pallapupas / Galènia Comunicació Mèdica
Para Meritxell Cucala, enfermera responsable de Proyectos e Innovación y del programa de voluntariado en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), “ha costado mucho en instituciones tan serias como la nuestra que el humor entrara, pero poco a poco gracias al trabajo de los Pallapupas se han ido haciendo un hueco. Ahora, tras los momentos más duros que hemos vivido con la pandemia de la COVID-19, el humor está regresando y ha supuesto una verdadera bocanada de aire fresco para todos los profesionales”.
El humor al final de la vida
El bienestar emocional de los profesionales sanitarios es importante, y mucho más en situaciones excepcionales como la pandemia. Sin embargo, ¿hasta qué punto el humor tiene lugar cuando nos enfrentamos con situaciones que pueden derivar en fallecimientos numerosos como ha ocurrido durante esta crisis? Para hablar de la importancia del humor como recurso en esos momentos, se ha contado con la intervención del Dr. Andrés Morgensten, médico especialista en Cuidados Paliativos del Hospital Materno-Infantil de Vall d’Hebron (Barcelona): “Para poder cuidar a los pacientes que se encuentran en estas situaciones tan complicadas, los médicos primero deben aprender a tener cuidado de ellos mismos. En este sentido, el humor es una herramienta fundamental que nos puede ayudar a sobrellevar riesgos como el agotamiento emocional en momentos complicados”.
Sin embargo, hacer reír a los demás no es algo sencillo y también es necesaria una formación que ayude a entender y leer los ambientes que se crean en las consultas para saber cómo actuar en cada momento. “Esto es una formación que falta ahora mismo en los grados de las carreras sanitarias. Necesitamos incidir en este sentido en la importancia de mejorar la comunicación entre médico y paciente, algo en lo que el humor es una herramienta esencial”, añade Morgensten.
Angie Rosales, fundadora y directora de Pallapupas, recalca la necesidad de llevar a cabo un cambio en los paradigmas de la sociedad que ayude a entender cómo el trabajo de estos profesionales del humor tiene cabida dentro del sistema sanitario como herramienta esencial para su humanización. Además, es indispensable para la salud emocional de todos los agentes de este sistema: usuarios, pacientes, familias y los propios profesionales.
