Redacción Farmacosalud.com
El helado de plátano, combinado con crema de cacahuete, es una de las recetas que alivian la mucositis asociada a los tratamientos hemato-oncológicos, según se indica en la guía ‘El dolor en el paciente hemato-oncológico: antes, después y durante el tratamiento’. De acuerdo con el nuevo documento, ‘el plátano es la base de este helado. Es una fruta 'harinosa' que sola o mezclada con bebida de avena nos ayuda a mejorar las irritaciones y quemazones del tubo digestivo durante los procesos de quimio*. La crema de cacahuete es un plus de proteína y grasa interesante […] Cuando la compres, asegúrate de que sólo lleva cacahuetes y como mucho una pizca de sal’.
* quimio: quimioterapia
‘La mucositis es una inflamación de la superficie de la mucosa que recubre el interior del tracto digestivo; la boca, la garganta y el esófago son algunas de las zonas más afectadas. Tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y puede afectar a la mucosa oral, pero también a cualquier mucosa de todo el tracto digestivo hasta el ano’, se lee en la guía.
En caso de que el paciente sufra esta alteración en pleno proceso terapéutico, el manual aporta varias recomendaciones, como por ejemplo la aplicación de crioterapia oral: ‘la crioterapia, o enfriamiento rápido de la cavidad bucal utilizando hielo, provoca vasoconstricción local y así reduce el flujo sanguíneo de la mucosa oral. Para fármacos citotóxicos y antineoplásicos, como el 5-fluorouracilo o el melfalán, que tienen una vida corta y a veces son administrados como una inyección en bolo, la crioterapia puede reducir la cantidad de fármaco que llega a las membranas de la mucosa oral y, por lo tanto, puede reducir la mucositis causada por la actividad citotóxica local de estos fármacos’.
Consejos para manejar el dolor antes, durante y después del tratamiento
La nueva guía es una iniciativa de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, entidad que ha contado con la colaboración de la Fundación Grünenthal para la elaboración del manual. ‘El dolor en el paciente hemato-oncológico: antes, después y durante el tratamiento’ proporciona consejos para manejar el dolor vinculado a las enfermedades hematológicas en sus diferentes etapas del tratamiento, así como a nivel emocional por el impacto psicológico y funcional que este tipo de sintomatología tiene en los pacientes.
Las particularidades de las enfermedades hematológicas como la leucemia, linfomas o el mieloma múltiple, entre otras, implican que los enfermos y sus médicos afronten desafíos distintos a los asociados con tumores sólidos. El documento presentado ahora ofrece una hoja de ruta clara para abordar el dolor que acompaña a las afecciones hematológicas, enfatizando la necesidad de emprender un enfoque diferenciado y especializado.
La guía, que alude también a un estudio de Grünenthal que incluyó a centenares de pacientes con Dolor Neuropático Oncológico (DNO) y que ahonda en la afectación causada por este tipo de sintomatología, revela que en Europa se registran 2,7 millones de nuevos casos anuales de DNO. Uno de cada cinco pacientes presenta dolor intenso a diario, el 47% ha tenido que faltar al trabajo o a clases y el 12% ha abandonado su profesión debido a las molestias padecidas. Además, a nivel emocional, el 37% manifiesta que este trastorno les ha afectado en la autoestima.
Derivar al nutricionista y al fisioterapeuta
Ante estos datos, el manual sostiene que muchos de los dolores que puede experimentar un paciente son manejables, por lo que controlarlos y mejorar la calidad de vida es un objetivo fundamental del tratamiento. La publicación resalta, además, que el uso de los medicamentos indicados y la adopción de una alimentación adecuada y equilibrada junto con la realización de ejercicio físico pueden aliviar algunas de estas percepciones dolorosas. Por ello, se insta a los pacientes a que acudan a su médico para que les derive al nutricionista y al fisioterapeuta con el fin de evaluar qué tipo de dieta y ejercicio pueden ser apropiados. Asimismo, resulta muy útil proceder a una gestión del miedo e incertidumbre, algo que debería cubrirse siempre con apoyo emocional especializado.
El documento también hace hincapié -como se ha apuntado anteriormente- en la importancia de practicar ejercicio físico en el transcurso del tratamiento oncológico, dado que durante dicho proceso puede disminuir la densidad ósea, lo que puede dar lugar a la osteoporosis, cuyas principales causas son los tratamientos médicos y un prolongado período de inmovilidad. Una reducción significativa en la densidad ósea puede comprometer la integridad estructural del hueso, especialmente si se pierde la estabilidad, por lo que, ante indicios de osteoporosis, se debe incrementar la actividad física. El deterioro de los huesos por las llamadas lesiones líticas es especialmente significativo en las personas que padecen mieloma múltiple.
“Muchas veces el paciente asume que el dolor constituye una parte normal del cáncer”
Ana Martins, presidenta de la Fundación Grünenthal, destaca el hecho de que instituciones como la Fundación Josep Carreras contra la leucemia “dediquen su conocimiento y esfuerzos en elaborar publicaciones como esta, en las que se recogen recomendaciones e información para ayudar a estos pacientes a afrontar los episodios de dolor en las diferentes fases del tratamiento, así como testimonios de pacientes que pueden servirles de ayuda en su día a día”.
Por su parte, Alexandra Carpentier, responsable de Experiencia del Paciente de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, subraya la importancia de informar al hematólogo sobre el dolor padecido, ya que muchas veces el enfermo "asume que el dolor constituye una parte normal del cáncer”. Así las cosas, resulta crucial tratar el dolor en cuanto aparece o impedir su progresión antes de que comience a hacer estragos porque, una vez que se intensifica, puede ser más complicado de tratar. “Además -refiere Carpentier-, muchos de los dolores que puede experimentar un paciente son manejables”, de manera que propiciar su control y mejorar la calidad de vida de los sujetos afectados constituye un "objetivo fundamental del tratamiento”.